28 de diciembre de 2018

Especial de Navidad (atrasado) - "Intercambio de Regalos"/"Hasta la Raíz"


El año había transcurrido más rápido de lo que se esperaba. Todos aquellos momentos que lograr recolectar se quedarían en su mente y corazón. Momentos malos, difíciles, crueles, bruscos, de todo tipo. Su navidad sería muy diferente a las demás. Aquel año había sido horrible, repleto por pérdidas tanto materiales como humanas. La mayoría en el reino había perdido su "espíritu navideño", por lo que muchas tiendas, comenzaban a cerrar más temprano a causa de este suceso. Muchos anhelaban el término del año. Sin embargo, también deseaban que terminase al menos de la mejor manera posible. Tratando de olvidar todo lo vivido durante este, conservando únicamente momentos buenos, olvidando tragedias, tristezas y sobre todo, dificultades.
Peach, como cada año, realizaba diversos festines públicos para el disfrute de su gente, todo con el único propósito de mostrarles una falsa impresión sobre ella misma. No obstante, en algunas ocasiones, llegaba a contagiarse de aquella felicidad que abundaba entre estas fechas. Intercambios, posadas, festivales, pastorelas... Un gran espíritu invadía las calles principales, inclusive, en los barrios pobres yacía la unión y paz tan característica de la Navidad. Finalmente decidió que, tal y como año tras año se había realizado, habría una fiesta entre los habitantes del palacio para celebrar la Navidad y próximamente el año nuevo. Sin embargo, en esta ocasión se habría de implementar una actividad bastante novedosa. El intercambio de regalos.
Ahora que ya eran más integrantes, el intercambio sería extenso, haciendo que los individuos se sorprendiesen a causa de lo otorgado y recibido. El intercambio se ejercería entre dos personas sin importar su género, por lo que, seguramente, habría resultados extraordinarios. La soberana, estaba dispuesta a ejecutar su plan. Por primera vez en tantos años, sintió una inmensa inspiración penetrando su ser. Después de todo ¿Qué podría salir mal durante estas fechas?
La mañana del día 25 había comenzado, invadiendo los sentidos cruelmente gracias al frío que acechaba en la actualidad. No obstante, la dulce fragancia de un chocolate caliente volvió a tranquilizarles. Todos los habitantes ahora despiertos, disfrutarían de un exquisito chocolate casero, acompañado de un tamal. Ahora, la cocina se había convertido en un centro de pláticas absurdas, alocadas risas y azotes a la mesa.- El año pasado, Meta tuvo que besar a Mario porque el muérdago estaba arriba de ellos dos ¡¿Cómo querías que no los terminaran emparejando?! -Declamó un joven pelirosáceo, quien platicaba tranquilamente con su más fiel amigo, Martín Uirusu.-"¡¿En serio?! Pero... ¿Qué no le gustaba la navidad y eso del muérdago se le hacía más que absurdo?"-Preguntó curioso, solicitando una respuesta ante la cuestión antes formulada.- Si pero, ya sabrás. Te juro antes creía que se sentía atraído hacía Mario ¡Digo! ¡Llevaban una relación bastante buena!....-Antes de proseguir con su oración, soltó un suspiro repleto por pesadez.- Recuerdo que ese año no estuve con él, por lo que disfrutó la navidad sin mí... tú todavía no llegabas... Así que, ¡Esta vez sí hay que disfrutarla entre todos! -Abrazó fuertemente a su contrario, manifestando el cariño que ahora le tenía. Comenzaba a imaginarse todas las actividades que podrían hacer entre los tres. Cocinar algo, cantar un villancico, observar aquel árbol tan inmenso que adornaba el centro del lugar... Una completa fantasía. Los minutos transcurrieron con aparente tranquilidad, pláticas esparcidas entre toda la mesa, risas, bromas... ¿Cada cuánto podían estar así?...
-¡Atención, por favor! -Anunció la princesa, golpeando ambas manos entre sí, intentando captar toda atención.- Gracias... Bueno, como sabrán hoy es el tan esperado 25 de Diciembre, la fecha decembrina más importante además del año nuevo. Uno de esos días en que no tendremos que enfrentarnos a dificultades ni malas circunstancias. Tan sólo debemos disfrutar de nuestros seres queridos y el acompañamiento que se nos otorga. En fin. En esta ocasión, he implementado una actividad nueva al programa navideño de siempre. El año pasado se realizó una guerra navideña por qué equipo sería el ganador. El de la cocina o el de decoración, además, se le daría un premio extra al individuo con mejor carta para Santa. Al parecer esto les fascinó, pues inclusive terminaron haciendo parodias de villancicos famosos como forma de ataque entre ambos equipos. Esta vez, toca el turno para el intercambio de regalos. -Sonrió felizmente. Su sonrisa era... sincera, podía observarse con máxima claridad el espíritu que ahora invadía a su soberana. Era... increíble.- En esa bola de cristal que está ahí... -Señaló el objeto con dicha mención utilizando su dedo índice.- Están escritos los nombres de todos nosotros. El intercambio será entre dos personas, sin importar su género. En el caso de que una persona quede sin pareja, se unirá a otra pareja, de este modo se hará un trío y nadie se quedará sin regalo. Bueno... Ahora, permítanme que baje por la bola de cristal para formar los dúos -Sentenció. Bajo con máximo cuidado de aquella mesa en donde momentos antes se encontraba anunciando la nueva actividad, para acto seguido, dirigirse a la bola cristalina y revolver los papeles nuevamente. Una vez ya revueltos, tomó dos papeles por ronda.- Bien... los primeros dos serán Marth e Hideaki -Ambos jóvenes podrían llegar a llevarse bien, sin embargo, no eran capaces de considerarse amigos. Cabe aclarar que ninguno odiaba al otro, no obstante, sentían que aún faltaba bastante confianza para siquiera llamarse mediante ese adjetivo.- Los siguientes serán Sans y Kirby -En cambio, este dúo si podía llamarse "amigos". Ambos tenían muchas cosas en común. El sentido del humor, el gusto por algunas circunstancias... Peach prosiguió a revelar el siguiente dúo mientras observaba a sus contrarios hablar sobre sus teorías.- Mario y... Yo -Pronunció con desgano. Deseaba que se le hubiese puesto junto a Meta Knight, sin embargo, la suerte que cargaba yacía por los suelos.- Hikaru y Karla.... -Ante tal dúo, Ryoga (actual pareja de Karla) miró con extremo recelo al joven Okami, quien, al percibir aquella mirada, observó de igual forma a su contrario, el cual, bajó su cabeza en señal de pavor.- Ryoga y Rosalina.... Y por último... Martín y Meta Knight -Enunció sorprendida. Sin embargo, esta emoción se apagó repentinamente al escuchar las voces de sus contrarios. "UUUUUHHH LOS NOVIOS, LOS NOVIOS, LOS NOVIOS" Coreaban poseyendo como único propósito molestar al dúo con anterior mención. Por un lado estaba Martín, quien por supuesto, descendió su mirada en señal de vergüenza extrema. Por el contrario estaba Meta Knight, intentando silenciar a sus compañeros utilizando una penetrante mirada, capaz de asustar al más valiente caballero. Esto último dio un resultado bastante satisfactorio, enmudeciendo incluso a su "amienemigo" Hikaru Okami.- "Miren, cabrones. ¿Cuándo entenderán que entre Martín y yo no hay nada más que una fuerte amistad?... ¡Con decirles que incluso es mejor que la relación entre Peach y Mario!...." -Ante el comentario previamente dicho, Mario dejó de reír al escuchar aquellos vocablos tan hirientes. Sin embargo... en cierto modo debía aceptarlo. Su relación con Peach no era ni será la mejor.- "Además, en el caso de que Martín y yo fuésemos algo más ¿Qué problema habría? Pueden seguir burlándose, eso a mí ya no me afecta. Pero les aviso de una vez, nada más se pasan de verga con él o con mi hermano... y les parto su madre... ¿Comprenden?..." -Declamó con firmeza, abatatando a toda su audiencia. Hikaru se había quedado sin habla. Había protegido a su hermano por segunda vez... ¿Debía agradecérselo?...- B...Bueno... Ya que los dúos están formados, tienen hasta las 10 de la noche para buscar el regalo perfecto para su compañero o compañera ¡Suerte!.... -Habló con nerviosismo, para acto seguido, dirigirse a su habitación. El pelirosáceo se acercó a su hermano menor, preguntándole con sorpresa en su voz.- ¿Qué pasó ahí? ¿No que no sentías nada por el mijo? - "Claro que no siento nada por Martín, es sólo que ya estaban empezando a desesperarme con eso de que somos novios y no sé qué. Ya ni chingan." -Bueno... más vale que le vayas buscando un buen regalo a mi friend ¿eh? No quiero que salgas con tus mamadas de una carta o yo que sé... Presiento que quieres algo caro e ilegal ¿Verdad, Martín? -Articuló dirigiéndose a su amigo, quien obviamente comprendió aquella referencia, cosa que le hizo ruborizarse inmensamente.- "¡No mames, Kirby! ¡Ya te dije que no quiero eso! ¡Caray! ¡Caes mal mijo, caes mal!

Habían pasado ya cinco horas desde tal suceso. Meta Knight yacía pensando en qué podría regalarle a Martín. ¡Y es que le era imposible pensar en un buen regalo! Todo, por más pequeño que fuese, podía llegar a hacerle feliz...- Maldita sea... ¿Dónde está Kirby cuando más lo necesito?... -"¿Me hablabas?" Percibió la voz tan suave de su hermano mayor, haciéndole respingar con levedad.- ¡No, cómo crees!... oye... necesito de tu "gran ayuda" -Pronunció con leve hostigamiento sobre su voz.- "Quieres saber que le hace feliz a Martín para regalarle ¿verdad?" -Ante tales vocablos, el joven caballero miró absorto a su contrario, manifestando la sorpresa que ahora poseía.- ¿C...Cómo lo  has adivinado?...- "No lo sé... intuición supongo" -Soltó una suave risilla para dar término a la oración que había forjado. -Entonces... ¿Qué podría gustarle? - "Mira, sin rodeos, creo que el mejor regalo para él es que le dieses un "Sí" o un beso o algo por ese estilo. Pero cómo sé que pos no, creo que lo más acertado es que puedes darle una cobija muy abrigadora o unos "kisses"... ¡LOS CHOCOLATES PUES!, o bien puedes hacerle un postre. Si algo he aprendido todo este tiempo sobre Martín es que si le das cualquier tipo de chocolate caerá a tus pies... hazte cuenta, tú con las nucitas ¡Igualito!, no más que este es con chocolates." -Chocolates... ¿Cuál es la mejor marca? - "Los Ferrero, obvio" -Bueno...-Prosiguió a levantarse de la cama, para después, tomar el hombro de su hermano con delicadeza y enunciar.- Hagamos una cosa, me acompañarás por los chocolates y otro regalo, porque sinceramente una caja de chocolates es muy poco, y prometo ayudarte en buscar un regalo para Sans, después de todo lo conozco un poco mejor que tu...- "¡¿EN SERIO?!" Gritó emocionado, del mismo modo en que tomaba la mano contraria.- "¡GRACIAS, META!" -Ambos estaban dispuestos a apoyarse mutuamente, y esta vez no sería una excepción. Aunque claro está, pueden llegar a pelearse, sin embargo, incluso en una disputa suficientemente seria, establecen sus límites, evitando realizar acciones ligadas a la violencia.- No hay de qué... pero bueno, hay que irnos ya, que si no, entre más nos tardemos más gente habrá y no alcanzaremos nada. Ponte algo de tapar que hace un chingo de frío. Lo último que quiero es que te enfermes...-Kirby observó al mayor con una dulce expresión, ilusionado ante aquellas palabras.- "Aww, te preocupas por mí" -Sin embargo, toda ilusión que conservaba, se esfumó gracias a la siguiente oración.- No es eso... Es que luego te enfermas y nadie está dispuesto a cuidarte y tengo que hacerlo yo ¡No! ¿Para qué luego me enfermé? ¡Nah!... Bueno,  ¡Y en parte también! La otra vez ya estabas medio muerto por la fiebre que tenías - "Gracias por preocuparte por mi ¿Eh?" Comentó fingiendo indignación. Esperaba como respuesta la más mínima disculpa, sin embargo, lo que se le otorgó difirió bastante a sus pensamientos.- De nada, ya sabes que te quiero - "Que cínico..." Pensó.

Martín en cambio, necesitaba una persona que poseyese dotes especiales para otorgarle el presente a su caballero. Simple y sencillamente necesitaba a un conocido que supiese tocar la guitarra, o al menos lo básico de ella. Después de todo, la línea melódica era todo menos complicada. Incluso, era un sonido dulce y suave, exquisito para el oído. Sabía que aquel regalo no era tan costoso, sin embargo, se le entregaría con amor y cariño. Según él, ninguno de sus conocidos tocaba la guitarra o algún otro instrumento de cuerda (a excepción de Meta Knight, no obstante, el joven con anterior mención está obviamente descartado). Aún no lograba entender cómo es qué su desesperación estaba aumentando de forma significativa por una línea melódica, si bien podría cantar a capella. Sin embargo, deseaba que fuese un regalo "completo". De repente, un recuerdo tocó su mente. Rememoró con dulzura su infancia, más exactamente a la edad de 9 años... En aquel entonces, Hideaki, o como se refiere a él constantemente, "Papá", se encargaba de cuidarle mientras Hikaru asistía al colegio. Tenía alguien quien lo comprendía, jugaba con él, e incluso, cantaba sus canciones favoritas para que ambos pudiesen divertirse. Si, efectivamente, Hideaki sabía tocar guitarra. Aunque... no sabía a ciencia cierta si el joven azabache aún conservaba aquellos saberes artísticos. Habían pasado tantos años... Sin embargo, no se contuvo ni un momento en preguntarle. Con inmensa presteza, salió de su habitación en busca del mayor y obtener una clara respuesta ante su cuestión. Cuando finalmente llegó a su destino, dio tres arduos golpes a la puerta, esperando que la voz del joven Kyofu inundase sus oídos. "Está abierto", percibió. Entró rápidamente al cuarto, cerrando la puerta del mismo modo.- ¡Hideaki! -Exclamó. Sin embargo, su hermano mayor aún era dueño del cuerpo.- Hikaru... necesito hablar con Hideaki, ¿podrías cambiar tantito con él? - "¿Y para qué quieres hablar con él? ¿Qué es lo que necesitas? Quizá pueda ayudarte..." - No necesito tu ayuda ¡Sin ofender pero...! es que él tiene algo que yo necesito... -El castaño soltó un suspiro de pesadez. Le fustigaba otorgarle el control del cuerpo sin ser su turno. Sin embargo, no tenía otra opción. Retiró aquella pesada cruz de su cuello, para después, liberar al joven azabache.- ¡Hideaki! - "¿Qué quieres, chamaco? ¡Estaba disfrutando de mi vida y vienes tú! ¡No inventes, mijo!" -¡Ah bueno, yo venía a ofrecerte un trato que tiene como paga $3,000! Pero como yo sólo molesto.... - "¡E...Es decir! ¿Qué tipo de trato, querido hijo mío?" -Sonrió falsamente, originando que Martín sonriese satisfecho.- Verás, si no mal recuerdo tocas la guitarra... no muy bien pero lo haces...- "¿Qué estás tratando de decirme, doctor del ISSEMYM?" -Trato de decirte que quiero que trabajes para mí. Sólo tocarás la guitarra y ya, ahorita te doy la línea melódica ¿Bien? - "Bueno... está bien para mí" -Sonrió cálidamente, del mismo modo en que comenzó a buscar su vieja guitarra.- "Creo... que la tenía por aquí... ¿Me creerás que tu "hermanito" me dijo que la tirara? ¡Y ve! Bueno, al menos esto me servirá para recordar esos días en que el pequeño Martín me curaba con agua en vez de alcohol" -Soltó varias risillas ante su propio comentario. Esta misma acción, causó que Martín se avergonzase inmensamente al rememorar aquellos días.- ¡H...Hideaki! - "Je... bueno ya, ve a traer la partitura; déjame busco la guitarra esa..." - ¡Gracias, papá! -Gritó emocionado, mientras abandonaba el cuarto.

- Y bien Meta Knight ¿Qué es lo que deseas para tu cita? - "¿Cuál cita?" - ¡Pues el Martín, wey! ¿Quién más? -Ante aquellos vocablos, su hermano menor le propinó un buen golpe sobre la cabeza, demostrando su obvio enfado.- "Mejor ni te hubiera dicho nada..." - ¡Ajá, si no me hubieras dicho nada, no sabrías ni que regalarle a mi compa! Estaría todo triste y desolado, pensando en que su caballero ya no lo toma en cuenta y ahora lo odia. Que hizo todo mal contigo, y esto lo orillará a irse... o en el peor de los casos ¡A suicidarse! -Exclamó fuertemente. Meta Knight respingó gracias al discurso del menor, (aunque este último lo hubiese interpretado de otra forma) Llegó a imaginarse aquellas escenas tan fuertes. Juró por un momento observar totalmente destrozado el frágil cuerpo del joven, aun derramando sangre. Sin que todo esto hubiese ocurrido, ahora extrañaba aquel brillo tan característico de sus ojos. Su voz, la dulzura en que llegaba a charlar con él. Gracias a todo esto, el caballero quedó inmovilizado por un lapso de tiempo bastante extenso, cosa que originó confusión en su hermano mayor.- ¿Meta Knight?... Oye... despierta... ¡META KNIGHT, RESPÓNDEME! -Cuando finalmente salió de su transe, el joven antes mencionado, tomó con fuerza ambos hombros del pelirosáceo, hablándole firmemente.- "¡No digas eso ni en broma, cabrón! ¿Comprendes?" -Cualquier persona podría interpretar aquellas palabras como muestra de preocupación hacia su contrario. Sin embargo, el joven héroe poseía un significado que difería totalmente al contexto real.- ¡AHHHH! ¡TE PREOCUPASTE POR ÉL! -Gritó con extrema emoción.- ¡Apuesto a que te imaginaste todo lo que te dije y por eso quedaste en shock! ¡No podías imaginarte tu vida sin su compañía! ¡AUSGUDGQWYDWQYGYG! Ni creas que se me ha olvidado que una vez me dijiste que cuando tuvieses una familia él cuidaría de tus hijos - "¡Ya cállate! ¡Mejor ve y busca los chocolates esos! Iré a buscar otro regalo..." - Bueno ya, iré por los chocolates ¡Ya vuelvo! -El caballero suspiró aliviado, observando como su hermano mayor se mezclaba entre la multitud de aquel centro comercial.

-¡ES MI! ¡MI! ¡LA PRIMERA LÍNEA EN CLAVE DE SOL ES MI! ¡Hideaki! ¡Por favor! - "¡Ay ya!, te dije que hace mucho tiempo que no veía una partitura, además, ya casi ni me acuerdo de cómo se leían..."- A causa de aquella ardua desesperación que ahora sentía, comenzó a jalar levemente sus cabellos, siendo esto un inútil intento de tranquilizarse.- Hideaki, mira, necesito de tu apoyo. Eres como mi segundo padre, ¡necesito de tu ayuda! ¡Hazlo por mí! ¡Tu hijo! Te ayudaré en todo lo que pueda, te lo aseguro... pero ahora tú ayúdame a mí... como siempre lo hacías cuando yo era pequeño ¡Cuando aún me cargabas en tus brazos! Cuando... cuando me explicaste que a veces una persona puede hacerte cambiar gracias todos los sentimientos que te hace percibir y disfrutar... -Sonrió dulcemente, dándole ánimos al joven azabache. Este último dejó reposando la guitarra encima de la cama, para acto seguido, abrazar con cariño al Uirusu. Acarició aquellos suaves cabellos blanquecinos que tanto le caracterizaban, jalándolos con levedad- "Gracias Martín... daré mi mejor esfuerzo... lo prometo, no estoy aquí para decepcionar a mi "hijo"...." -B...bueno, hay que seguir ensayando ¿Bien? -El mayor asintió, liberándole de su abrazo. Tomó nuevamente la guitarra, posicionándola sobre su estómago. Martín recobró la postura, acomodando todas las hojas que le servirían de soporte.- ¿Listo?.... -Hideaki sonrió, otorgándole una respuesta afirmativa.- Sigo cruzando ríos, andando selvas, amando el sol, cada día sigo sacando espinas, de lo profundo del corazón, en la noche sigo encendiendo sueños, para limpiar con el humo sagrado cada recuerdo...-Entonaba dulcemente cada agudo de aquella composición, manifestando el cariño con el cual la interpretaba. Todo estaba saliendo a la perfección, hasta que, una voz interrumpió su verso...- "Cuando escriba tu nombre, en la arena blanca con fondo azul, cuando mire el cielo en la forma cruel de una nube gris, aparezcas tú, una tarde suba una alta loma, mire el pasado, sabrás que no te he olvidado" -Hideaki había comenzado un "dúo" entre ambos, cosa que a Martín le pareció bastante tierno. Estaba a punto de suspender toda acción realizada, sin embargo, decidió simplemente proseguir el juego.- Yo te llevo dentro, hasta la raíz - "Y por más que crezca, vas a estar aquí..." -Aunque yo me oculte tras la montaña - "Y encuentre un campo lleno de caña, no habrá manera, mi rayo de luna" -¡Que tú te vayas!.... -Ambos continuaron hasta dar término a la melodía, disfrutando el dulce momento.

-YA LLEGAMOS, PERROS -Soltó las bolsas que instantes anteriores traía sobre sus manos, fatigándole demasiado. Meta Knight prefirió silenciarse, permitiendo que al menos en estas fechas su hermano fuese capaz de exclamar todas las tonterías que desease libremente.- ¡VAMOS A ENTREGARLE LAS COSAS AL MIJO, ÁNDALE! - "Espérate, el intercambio es hasta la noche, apenas son las 6" - Ay... ya quería dárselo ¡O VER COMO TU SE LO DAS! -Gritó fuertemente, mientras observaba como Martín e Hideaki salían de una habitación. El último joven mencionado cargaba tras su espalda un estuche matiz negro con la forma de una guitarra, captando la atención de ambos hermanos.- Meta, Meta ¡No mames! ¡NO MAMES! ¡MARTÍN TE VA A DEDICAR UNA CANCIÓN! ¡JJFUEGFGFUEAWG! - "Y... ¿Qué tal si Hideaki se la va a dedicar a Marth?" -No creo que ese vato sea tan así como para dedicársela, no es como si se llevaran muy bien que digamos ¡Así que la única respuesta es que Martín haya convencido a Hideaki de ayudarlo y dedicarte la canción! aunque... Nunca he visto a Hideaki tocar una guitarra... ¡rayos! -Sentenció. Con presteza, recogió las bolsas que previamente había soltado, dejando que cayesen sobre el suelo. Las acomodó entre sus brazos, retomando el paso junto a su hermano menor. Decidieron entran a la habitación que compartían, asegurándose que todo estuviese listo para el intercambio. Meta Knight situó cada regalo dentro de una bolsa, la cual conservaba distintos adornos bastante llamativos para cualquier individuo. Dobló cuidadosamente la colcha que había comprado, colocándola bajo los chocolates. En cambio Kirby, echaba todo en su bolsa sin siquiera tener el afán de acomodarlo. Cuando ambos terminaron, observaron la hora actual. "6:20 p.m." El intercambio y las diversas actividades navideñas se realizarían alrededor de las 7:00 o las 8:00, dependiendo si los preparativos ya estaban arreglados.- Bueno ¿Y qué quieres hacer mientras?... ¡Ah eso sí, nada de juegos de mesa aburridos! Ahorita no quiero jugar ajedrez -Meta Knight simplemente lo ignoró. Deseaba al menos jugar una partida de aquel juego tan amado por su ser. Le traía tan buenos recuerdos...- "Entonces ¿Qué quieres hacer? ¿Platicar?" -¡SI, ME PARECE BIEN! Quiero preguntarte algo... Por qué... Por qué proteges tanto a esa persona ¿Qué despierta en ti? -El joven caballero suspiró con pesadez. Sería la primera, y única vez que charlaría con tal seriedad junto a su hermano. Sus palabras emanarían la honestidad que tanto le caracteriza. Después de todo, odiaba tener que mentir...- "Tú muy bien lo sabes... me recuerda mucho a él... ¡Todo me lo recuerda! ¡Me hace rememorar tan buen momentos con tan sólo mirarle al rostro!... Gracias a eso... siento una extraña sensación... como si debiese protegerle... ¿Sabes? si se lo llego a contar a alguien más... ¡Seguramente su visión hacia mí cambiaría!..." -Le observó con detenimiento, encontrando aquella mirada azulada que tanto extrañaba. Esa... que alguna vez, llegó a tomarle rencor, envidia, odio.- Ya veo... Bueno, hay que platicar de algo más animado ¿Te parece?... -"Si... tan sólo quiero disfrutar estas fechas con la mayor tranquilidad posible"

Había llegado la tan esperada "Noche Navideña". El reloj marcaba las 8:30, indicando que nuestros protagonistas, en acompañamiento de sus más fieles compatriotas, comían alegremente la comida que se les había sido otorgada. Se percibía con máxima facilidad el sonido de las copas realizando un brindis, deseándose lo mejor para el siguiente año. Todos estaban ansiosos gracias al intercambio que se ejercería en los próximos minutos, donde se descubriría cuanto están dispuestos a conceder y recibir. Antes de aquella cena se habían realizado los tan conocidos villancicos. Sin embargo, incluso en estas actividades tan sencillas habían disputas entre compañeros. La mayoría, forjadas por desconocer la letra de una canción. En fin... debían al menos intentar disfrutar los días restantes. Había sido un año repleto por frustraciones, reñidas, amistades, guerras... Sin duda, se merecían un buen descanso, aunque este último no tuviese mucha duración.- ¡Bien, queridos! -Exclamó la joven princesa, captando la atención de todos los presentes a base de palmadas.- ¡Es hora de comenzar la nueva actividad! ¡El intercambio de regalos! Vayan por sus regalos y nos veremos en la sala en cinco minutos ¿Bien? -Sus contrarios asintieron. Todos fueron a sus habitaciones correspondientes en busca del regalo que habían preparado.- Hideaki... ¿Crees que le guste mi regalo? - "¿Neta te lo estás pensando? ¡Pues claro que sí! ¡Martín, por favor! ¡Es obvio que le va a encantar!... en cuanto a mí... La verdad no sé si a Marth le guste lo que le vaya a dar... lo más seguro es que mi regalo sea el más pobre de todos..." -No creo que a Marth le desagrade tu regalo, después de todo, acepta de todo si se le es entregado desde el corazón, no le importa si es costoso o no, es lo que menos le interesa de hecho... Así que ni te preocupes ¡A él le encantará!... -"Gracias, Martín... al menos ahora estoy más tranquilo sobre lo de mi regalo"

Aquel momento tan anhelado había llegado, el intercambio de regalos. Todos los presentes se encontraban cargando en manos su regalo, dispuestos a entregarlo.- Todo listo ¿Verdad? ¡Bien, comencemos con la primera pareja! La cual está conformada por Marth e Hideaki -Ambos jóvenes tomaron el regalo que habían elaborado para su contrario, y seguidamente, decidieron entregárselo. Intercambiaron los regalos, observando el que se les había sido otorgado con cierta emoción. Abrieron los regalos, rompiendo aquel papel en el que venían envueltos. Hideaki, al percatarse del regalo que había obtenido, un tierno rubor se apoderó de sus mejillas... la vergüenza le había invadido. Esto último captó toda atención sobre el área.- ¿Hideaki? ¿Qué sucede? - "Ay Martín... no mames, que vergüenza" Ocultó su rostro tras los guantes de cuero que tanto le caracterizaban, todo con el único propósito de evitar mostrar lo tan avergonzado que estaba.- ¿Pues qué te regaló o qué? -Hideaki abrió aquella pequeña caja de regalo, mostrándole el interior de esta. Martín quedó absorto ante ella, mostrando su inmensa sorpresa al manifestarla mediante su mirada. ¿En qué consistía el regalo?... Era nada más y nada menos que un teléfono de última generación. Era muy difícil conseguirlo, pues además de conservar un precio bastante exagerado, la mayoría de los individuos que podían utilizarlo eran monarcas. Ante esto, Marth le dedicó una dulce sonrisa al joven azabache en modo de agradecimiento, siendo igualmente un intento de tranquilizarle. El regalo de Hideaki consistía en un par de botas matiz platinado, dando una sensación de fineza y encanto. Sin embargo, cuando se compara con el regalo de Marth... Santo Dios.- Gracias.... -"No hay de qué. Por cierto, las botas me encantaron ¡Gracias!" De este modo el tiempo transcurrió, observando como cada pareja intercambiaba sus regalos, sorprendiéndose, animándose o en el caso de Hideaki, avergonzándose. Finalmente, había llegado el turno de la última pareja. Meta Knight y Martín.- Hideaki... ¿Si traes la guitarra, verdad? -El mayor asintió, originando que el joven Uirusu soltase un suspiro de alivio. En cuanto a Meta Knight... él seguía tranquilo, observando como su hermano mayor estaba más que emocionado imaginándose la escena.- Mi caballero, esto sonará algo extraño pero... prefiero que tu primero me des el regalo... el mío no es material... viene del corazón, por lo que no es costoso ni nada... -"NO MAMES, QUE ROMÁNTICO" -Exclamó el pelirosáceo utilizando un tono de voz bastante dramático. Meta Knight simplemente sonrió con levedad, accediendo a la petición de Martín. Este último, tomó el regalo entre sus manos, para acto seguido, dejarlo recargado sobre la mesa principal. Martín prosiguió a sentarse junto a Hideaki, dedicándole una señal, la cual al parecer interpretó correctamente. Retiró aquel estuche que cubría el instrumento, posicionándolo sobre su estómago. Martín por otro lado, carraspeó con levedad, todo esto con el único propósito de evitar agudos desagradables.- 1...2...3

(Esta es la canción que Martín le dedica a "Su caballero")

Todos sus contrarios quedaron absortos ante tan dulce composición, poseyente de un hermoso mensaje, demostrando el cariño tan fuerte que Martín conservaba hacia el caballero. -"¡JODER, MARTÍN, ME HARÁS LLORAR ALV. META, DALE UNA OPORTUNIDAD NO MAMES!" -Esto último hizo sonreír al peliblanco, quien ahora yacía abrazando a su "Padre" como muestra de agradecimiento.

-¿!Qué opinas, Mi caballero?!...
-Opino que deberías enseñarme a cantar...

"Quizá... esa fue la mejor navidad de mi vida"

16 de diciembre de 2018

⚜ Kenkai - El mundo espejo: Capítulo 8 ⚜

    ~ Kεnkai ~  
દ El mundo espejo ᙒ


Capítulo VIII

Tras ser encerrado en aquella lúgubre habitación, era imposible dejar de pensar en cómo podría huir, más sin embargo, múltiples pensamientos comenzaron a rondar entre sus pasillos mentales, opacando cualquier otra idea que no fuese algún plan para escapar. Por primera vez en años, en ningún mísero momento pensó en tan siquiera tomar un descanzo o algo por ese estilo. Era de aquellas veces tan extrañas en que le podías observar desesperado por obtener una salida, obtener su libertad... Aunque haya podido supervivir durante miles de años bajo tierra (más en específico, en el subsuelo), no deseaba una libertad, tan sólo anhelaba ver la luz del astro que tanto se contaba. El sol. No obstante, en esta ocasión, su desesperación fue tal, que intentó derribar la puerta que le prohibía aquel derecho tan preciado a base de golpes, ataques e infinidad de acciones ligadas a la violencia. Pero... para su mala suerte, todos sus intentos fueron en valde. Sin duda, no era alguien que requiriese de estratregias complicadas para completar todos sus cometidos. Tan sólo necesitaba utilizar su mágia y esperar a que funcionase.
¿Acaso podría llamarse "estrategia" a ese conjunto de acciones? No. Era... solamente una jugada ejercida de la forma más idiota jamás vista. Nunca esperarás nada bueno al sólo utilizar un elemento. Se necesita de una estrategia bien elaborada, o al menos, que cumpla con los requisitos necesarios para un funcionamiento correcto. Se toma en cuenta al enemigo, cuáles son sus ventajas y desventajas, con qué desventaja puedes castigarle, cuáles son sus movimientos y ataques más recurrentes, cómo es su modo de ataque, al igual que bloqueo y/o defensa. Además, también debes tomar en cuenta tus habilidades, cuáles te servirán y cuáles te pondrán en desventaja. Simplemente, nadie en su sano juicio que conozca todos estos elementos, recurrirá a una sola habilidad y esperará cuan infante un resultado positivo. Sin embargo, Sans "No estaba para pensar en una estrategia para escapar". 
Algo que sin duda le caracteriza bastante (además de su gran manejo en cuanto a mágia se trate) es la pereza que conserva. Su vida (o al menos la mayoría de esta) nunca se rigió con este pecado. No obstante, en un momento dado, le atacó con tal brutalidad que nos otorgó al Sans que todos conocemos. 
Ahora, se encontraba acostado sobre el rígido suelo metálico, acurrucado en lo que parecía ser una amalgama. Esta última mencionada, al parecer le ha estado cuidando desde que cayó ante el cansancio, protegiendo su sueño de cualquier ruido. Podría ser un monstruo, pero aún sabiendo esto último, llegaba a encariñarse rápidamente con cualquier persona. Siempre le habían cuidado a la perfección, sin importar su estado... La posición en que ahora permanecía era sesga, capaz de crear confianza pese a su aspecto. Gracias al gran tamaño que poseía y la incapacidad de poder sentarse, yacía recostado, adoptando la posición de una cama para un canino. Sin embargo, la textura difería exageradamente. Como bien se sabe, una cama, se cual sea, es cómoda. En cambio, la amalgaba conserva una "piel" rígida, además que en algunas zonas llega a ser áspera, por lo que resulta desagradable ante el tacto. 
Sans, dormía plácidamente sobre ella, como si aquellos pensamientos desesperantes se hubiesen desvanecido por completo. Que la pereza tan característica de sí, atacase de nuevo. Y quizá, todo lo previamente dicho pueda llegar a ser cierto. Parecía no importarle en lo más mínimo su libertad, cuando incluso, horas antes de su sueño, estaba gritando vocablos indecentes que retumbaban entre toda la habitación, todo con el propósito de captar cualquier atención y obtener su libertad tan anhelada. Todo podría parecer tranquilo pese al ambiente lúgubre que dominaba en la habitación; ambas respiraciones se percibían al unísono, provocando una sensación de relajamiento y calma ante tales situaciones. No obstante... algo rompió toda esta hermosa sesgedad. El despetar de Sans.
Una vez se percató sobre la situación por la cual atravesaba, retiró su cuerpo con extrema presteza, dando un respingo momentáneo, evitando colocarse lo más cerca de aquella bestialidad. La amalgaba, gracias al gran susto que le provocaron las acciones de su contrario, comenzó a "colapsarse", cosa que originó extremo pavor sobre el ambiente.-¿¡Eh?! Q...Qué mierda es esa cosa...-Susurró con el mismo sentimiento. No hubo contestación, tan sólo obtuvo gruñidos leves por parte de la amalgama. Con la poca valentía que hora le restaba, decidió acercarse a su contraria, quien por ahora, reposaba con inseguridad sobre aquel rígido suelo, tan frío e inmundo.-...¿Q...Qué eres? ¡¿Dónde estoy?! ¿Por qué al despertar estaba encima tuyo?¡Qué me hiciste! ¡¿Por qué estoy aquí contigo?! ¡¡POR QUÉ TE ESTOY HABLANDO TAN SERIAMENTE COMO SI PUDIERAS ENTENDERME!!, CARAJO...-El monstruo le observó con detenimiento, percibiendo todos aquellos sentimientos negativos que Sans conservaba.- ...¿Cómo... he llegado aquí? -La criatura fue incapaz de contestarle. Ante su clara estupidez, soltó una risilla, manifestando lo avergonzado que ahora estaba.- Je... que idiota, es obvio que no puedes hablar. ¿Por qué te sigo hablando aún sabiendo todo eso?... ¿Me estaré volviendo loco? ¡Claro! es lo más seguro... Aunque, más de lo que ya estoy, no creo. He de suponer que, seguramente quiero hablar con alguien sobre mi desesperación o algo así ¡Digo! ¿Acaso tú  no te desesperas cuando te dejan encerrado todo el día en este lugar? Debe ser horrible no sentir que el aire fresco golpee tu rostro…-La amalgama, decidió contestarle con un leve gruñido, intentando pronunciar un no… aunque, para su buena suerte, Sans lo interpretó correctamente.- ¿No?... ¿No te harta estar todo el día encerrado? ¿¡Ni siquiera en lo más mínimo?!... vaya, quisiera ser como tú, pero en mi caso estoy muy acostumbrado a salir  a pasear o a algún lado, visitar lugares… tener… libertad. Me gusta gozar de ella… ¿A tí no? -La amalgama, con el poco conocimiento que poseía en cuanto al idioma utilizazo por su contrario, enunció entre gruñidos.- "Llo... gustar, lugar. Tranquilo todo. Jugar. Domir. Komer.... Cuida mi."-
"Cuidan de ella..." Sopesó cada vocablo que fue capaz de comprender mínimamente. Sabía casi a la perfección que las amalgamas nunca podrían entablar una conversación normal como cualquier persona que tuviese un sentido de coherencia. Sentía... lástima. La amalgama había intentado hablar con él, aún sin saber la conjugación ni mucho menos la pronunciación de cada palabra. Con sus escasos saberes, había deducido qué vocablos utilizar para la contestación de aquella pregunta. Aunque sin duda, su respuesta no era clara en su totalidad, con un poco de esfuerzo, podía entenderse claramente.- Bueno...-Declamó tranquilo, intentando mejorar el ambiente ya establecido.- ¿Cómo te llamas?.... -"Z...Zenku"

-Zenku... ya veo, entonces eres macho... u hombre, no se como se les definirá a las amalgamas sinceramente... Perdón por mi ignorancia -Por alguna razón, aquel nombre logró obtener una familiarización extraña entre sus recuerdos. Zenku... lo había escuchado en alguna parte. Quizá, había sido en un sueño, sin embargo, esto último sería demasiada coincidencia.- Zenku...-Murmuró para sí.