28 de mayo de 2018

🌟⚔🔓 Librándose de las cadenas - La oportunidad dorada: Capítulo 1 🌟⚔🔓

Librándose de las cadenas
La oportunidad dorada

Capítulo I

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Se podía percibir el sesgo ulular de los búhos durante la oscura noche, iluminada únicamente por su más fiel compañera en su eterna soledad, la luna. Sus pasos resonantes cubrían todo el solitario pasillo, remarcando su presencia, paseándose por este mientras cumplía su acometido nocturno. Era difícil divisarle durante aquellas horas, pues no se percibía ni el más mínimo ruido por parte de este. Y su estatura tampoco ayudaba de mucho…Salió del castillo, encontrándose con el manto nocturno, decorado con las más sublimes estrellas, encargadas de conceder los deseos anhelados de corazón. Su larga capa se ondeaba majestuosamente gracias al suave viento de aquellos momentos. Levantó de forma leve su máscara plateada con el propósito de cumplir su rutina, forjada desde hace unos 17 años. El ambiente era el más correcto, una noche sesga como ninguna otra en Dreamland. Aquel reino pasaba por tiempos difíciles, su economía había decaído bastante gracias a la falta de recursos provenientes mayor mente por Revolution, quien yacía en guerra con Mushroom por sexta vez en ese mismo año. Los robos incrementaron de forma significativa gracias a ello, dejándoles demasiado expuesto a estos, por lo que hasta que acabase la batalla entre ambas naciones, y obviamente la economía volviese a ponerse en pie, las vigilancias nocturnas no se detendrían. Antes de siquiera terminar su rutina, la voz que más amaba escuchar, tal y como música para sus oídos le detuvo. “Buenas noches, caballero” Contenía un tono solemne, elevando cada vez más su admiración hacia ella, causando igual que su corazón latiese cuan tambor.- Buenas noches, joven Luxían –Una cálida sonrisa se escondía por detrás de su máscara. Volteó tras de sí, encontrándose con la persona que había flechado su corazón por tercera vez en su vida. Una hermosa peli-azul, poseedora de brillantes y sublimes ojos verdosos, junto sus largos cabellos recogidos gracias a una coleta. Aquella sonrisa tan encantadora le hacía suspirar; claro está, que al ser un caballero no se le permitía demostrar sus sentimientos tan abiertamente. Llevaban al menos  dos años compartiendo buenos momentos, inolvidables para ambos. En aquel entonces, su desconfianza no era tan extrema como actualmente, por lo que le tomó confianza apenas conociéndole. “¿Qué se le ofrece a estas horas, caballero? Es muy tarde para estar afuera, podría pescar un resfriado” A contestación de esas palabras, el joven enmascarado soltó una risilla, para luego contestar cálidamente.- Supongo ya sabrá, Dreamland está pasando por malos momentos últimamente, sufriendo múltiples robos por parte del mismo pueblo, y ya que pertenezco tanto a la zona real como a la de vigilancia…aquí me tienes –Miró de forma sesga a su contraria. Esta se sorprendió demasiado ¡Era genial lo que podía llegar a realizar! evitando demostrar alguna pizca de sudor, o incluso de inseguridad. Su determinación se percibía por los aires cada que se encaminaba con destino a alguna misión. “¡Oh! Me había olvidado de ello Jejeje…lo siento” Una sonrisa encantadora apareció en su apuesto rostro blanquecino, a la vez que rascaba su nuca con nerviosismo, tan hermosa…- No tienes por qué disculparte…-Todos esos maravillosos momentos desearía revivirlos, sin embargo era imposible. Aquella traición no se la perdonaría jamás, por lo que se prometió…`No amarás, te demostrarás perfecto, sin defectos, sin errores…la matarás al final, le odiarás…sin embargo, nunca le olvidarás´  “Fuiste mi más grande amor, sin embargo me apuñalaste por la espalda en el momento exacto, cuando creía que al fin había encontrado el verdadero amor. Me convertiste en aquel “monstruo” que llamas y odias; difícilmente puedo confiar en alguien, enamorarme. Han pasado ya dos años; debo de olvidarte, destruir aquellos momentos que compartir contigo, las sonrisas honestas que te dediqué desde el corazón, la última vez que percibí tu voz. Fue un engaño…pero gracias…gracias por mostrarme lo que realmente es amar a alguien con el corazón, estar dispuesto a entregar tu vida por esa persona que tanto adoras. ¿Miento cuando digo que te odio? quizás…Debería odiarte, aborrecerte; y aún a pesar de todo, sigo esperando tu regreso, volver a presenciar tu sesgo mirar…Odio la forma en que te amo ¿Algún día podré odiarte de verdad?” Fue traicionado varias veces a lo largo de su vida, recibiendo disculpas hipócritas a su parecer, sin embargo, esta vez forjó a la persona tan desconfiada que es ahora. Evita confiarse demasiado, aun  cuando conoce los alrededores y “aparentemente” a sus “amigos”. Paseaba con tranquilidad entre los pasillos durante la espesa noche. La economía había vuelto en pie, relajando a la mayoría del reino. Vigilaba que las luces estuviesen apagadas por completo, evitando gastar su tiempo de vida. Divisó entre las habitaciones del enfrente como una luz aún permanecía encendida, por lo que llamó su atención. Se dirigió con presteza  al cuarto, dándose cuenta que pertenecía a su amada. Al parecer hablaba por teléfono sobre algo sin importancia aparente. Sonrió levemente ante aquello, dispuesto a retirarse del lugar, cuando de pronto, un grito de emoción detuvo su caminar ay, que poético Bv “¡Jaruy! ¡Mi Yakusa favorito! ¿Cómo estás?” La joven espadachín estaba charlando por teléfono con… ¿Un Yakusa? Cuál era la razón concreta para terminar hablando con un miembro del clan más peligroso de la historia, sin olvidar que toda su gente pertenece a la mafia más grande de Alternative. Sabía perfectamente que el escuchar conversaciones ajenas era tanto de mal gusto como mala educación, sin embargo, en esta ocasión, lo que alcanzaría a escuchar podría salvar al reino de algún ataque sorpresa. “Si ya, pueden venir cuando quieran, él está todos los días…después de todo conocen la mayoría de sus datos, por lo que pueden suponer en dónde se escondería en caso de que escapara” Su tono de voz no era el mismo que el de siempre. Parecía estar teñido de rencor, venganza, pero ¿Por qué? Qué problemas tuvo con el reino. “¡Claro que se los enviaré! Sólo dejen que me tome más confianza, el otro imbécil cayó rendido a mis pies enseguida” Chasqueó los dedos con decisión, mientras sacudía su larga cabellera recogida en una coleta. Sus ojos se abrieron cuan platos ante aquella aclaración. Ahora sabía perfectamente de quienes hablaba, y lamentablemente era uno de ellos. ¿Por qué ahora sus datos yacían en las manos de los Yakusa? ¿Cuáles son sus intenciones? Todo era tan extraño; los Gürovich y los Yakusa nunca tuvieron una buena relación, pues siempre competían por ser el mejor. Temblaba de furia, jadeaba gracias al enfado…horrendo. Nunca se había sentido así en su vida, aunque en veces anteriores fue traicionado esta vez… Su corazón se rompía lentamente. Le confió ciegamente sus secretos, su vida, su amor. En cuanto percibió que la llamada había terminado, entró con presteza a la pieza, encontrándose con “su amada”. “¡Oh!, Hola caballero ¿Qué se le ofrece?” Aquella sonrisa…comenzaba a odiarla.- ¡Maldita! –Expresó fuertemente ¿Cómo se atrevió a traicionarle de aquella forma? Se aprovechó de su amor  y ahora, le contestaba de una manera tan sesga, sabiendo lo que había hecho momentos antes. “¿eee? ¿Por qué me dice así?”.-¡Lo sabes perfectamente! ¡No tengo por qué darte explicaciones!” Apenas terminó de pronunciar sus palabras cuando de pronto Luxían mostró sus verdaderas intenciones. La expresión de confusión que adornaba su rostro, cambió drásticamente a una hipócrita; sonriendo macabramente, sus ojos verdosos se tiñeron de negro cuan noche, sorprendiendo al caballero, quien aún seguía temblado gracias a la furia. “Entonces…Escuchó la conversación…vaya, que mala educación. Pero que se le puede hacer. Escucha imbécil, sólo te puedo decir algo, sales del reino y te vas a la chingada, corriendo cuan cobarde o, te quedas aquí dispuesto a enfrentar  a los Yakusa y esperar a la muerte…tú decides…Si te quedas aquí, pones en peligro tu vida y la de tu hermano; porque te recuerdo, NI TÚ NI NADIE PUEDE CONTRA LOS YAKUSA” Las últimas palabras quedaron grabadas en su mente, dispuestas a seguirle hasta que la muerte viniese por él. No tuvo mejor opción que irse, huyendo cuan cobarde. Debía proteger a su hermano, su única familia, el único acompañante que le restaba. Un día antes de anunciarle al rey sobre su renuncia, recibió una carta proveniente de Mushroom, escrita por nada más y nada menos que la mismísima soberana de aquel reino, Peach. Entonces…se le ocurrió algo, incluso más que una simple “renuncia” pensada de la noche a la mañana sin razón aparente. “Mi señor…solicitaron mi ayuda en un reino aliado, Mushroom. Se encuentran en una situación difícil, pues tanto su ejército como su protección se encuentran débiles. Múltiples guardias y caballeros dieron su vida en la guerra, dejando así al reino indefenso ante ataques enemigos. Mi rey…será temporal, volveré en cuanto me necesite…cuando haya completado mi acometido” Odiaba mentirle a la personas que más quería, respetaba y valoraba. Sentía una culpa enorme, como si estuviese dispuesta a matarle. Con sus maletas, tomado de la mano con su hermano, tocaron la frontera con los zapatos, dispuestos a irse de aquel lugar, dejando atrás todos aquellos malos recuerdos, errores, momentos, amores. Ahora, después de largos años llenos de pesares y  venganza, yacían uno frente al otro, mirándose directo a los ojos. Recuerdos inundaron su mente, como su vida había sido destruida…horrendo.- Después de tantos años –Sus pasos resonaron en el verdoso suelo.- Al fin vuelvo a verte…anhelando con fuerza que este momento llegase…-Sonrió macabramente. Esperaba con ansias matarle, oírle suplicar por su vida. Sus ojos brillaron con un tono más amarillento que de costumbre, mostrando su deseo. Una risa maniática surgió de su contraria, llamando por completo su atención “¡YO! ¡SOY LUXÍAN GÜROVICH! ¡LA GUERRERA MÁS PODEROSA DE LA GALAXIA! Tu vida llegará a su fin ¡NO LA MÍA!” Alzó su espada al cielo con decisión, abalanzándose con presteza hacia el caballero, intentando acabarle con un solo ataque, dejándole apenas unos pocos milisegundos para esquivarle, lográndolo a duras penas. Tal fue la magnitud de aquel brutal acometida, que la espada de su contraria quedó clavada en el suelo, sin embargo, al parecer no era nada para ella, pues la retiró con una sola mano. Saltó hacía atrás, colocándose en una posición de pelea. Mientras que, el joven caballero, desvainó su espada acompañada de un movimiento elegante, tan característico de su persona. Galaxia mostró un sublime brillo, como si estuviese contagiada con la determinación del caballero. “Han pasado los años ¡Y NO HAN SIDO EN VANO! ¡AHORA TU FUERZA NO ES NADA CONTRA LA MÍA!” Sus cabellos danzaban gracias a la brisa de aquellos momentos. Uno de los dos moriría de la forma más dolorosa posible, eso estaba más que seguro. Su contrincante volvió a acercarse, esta vez con más presteza incluso.- ¿¡Qué demonios quieres?! ¿¡Qué más quieres de mí!? -Apenas terminó de pronunciar su oración, cuando de pronto se escuchó el sonido digno de ambos metales chocando. Meta Knight había bloqueado el ataque de la joven Gürovich justo a tiempo. Ambos eran lo suficientemente fuertes como para matarse el uno al otro, incluso quizás, dejando a esta contienda como un empate. “¡QUIERO QUE AMBOS PAGUEN POR LO QUE ME HICIERON! ¡MI VIDA SE ARRUINÓ GRACIAS A  USTEDES!” Ustedes…aquella palabra resonó por momentos en la mente del caballero. Había algo más que sólo una traición sin razón aparente, el odio no se siembra de un día para otro, como si un hechizo hubiese hecho de las suyas. ¿Cuál era la verdadera razón de su traición?...eran demasiadas preguntas, pocas respuestas, muchos misterios, sangre resbalando del cuerpo de su poseedor. La peor guerra nunca antes vista en la historia de los cinco reinos, o como se les conoce desde hace 87 largos y fríos años, llenos de guerras y más guerras, con el único propósito de mostrar cuál nación era más poderosa, siendo su pago las muertes injustas de personas inocentes las cuales su único error fue nacer en un mundo de traición y guerra a sangre fría…”Itsutsu no ōkoku” 


Martín

Se veía tan débil, indefenso, como si de un niño se tratase. Limpió sus lágrimas cristalinas con la manga de su playera; el color blanquecino de esta había desaparecido casi por completo, difuminándose con uno grisáceo, tal y como lo era el ambiente en aquellos instantes. Caminó a través del gran socavón que el monstruo había creado. Se detuvo al salir del castillo, observando con poca sorpresa el cuerpo aparentemente muerto de su enemigo.- Sé que no estás muerto, que tu corazón aún late…por desgracia –Juntó los dedos de ambas manos, para después separarlos, desprendiendo sus tan conocidos hilos de energía, los cuales utilizaría con el propósito de matar al castaño definitivamente. Forjó un arco con aquellos hilos, con el cual apuntó al joven Shando. Justo cuando procedía a dar el “golde de gracia” el cuerpo de Josmar parecía moverse, por lo que se detuvo, bajando el arco levemente. “Que inocente angelito…sigues siendo el mismo estúpido de hace años” Su contrario ejerció la suficiente fuerza como para volver a ponerse en pie, frente a frente. El albino miró a su contrario, sus pupilas se dilataron al presenciar aquella escena. La mitad del rostro de su contrario yacía normal, mientras que a la parte restante carecía de piel, permitiendo ver parte del hueso.- ¿Qué…? –Temblaba abatatado, parecía casi imposible que estuviese aún con vida en ese estado. ¿Qué era lo que realmente le tenía con vida? La fuerza de su poder ocular el Akuma no jensei. Una de las variaciones más poderosas de aquel poder, dándole literalmente una “segunda oportunidad” a quien lo posee. Le permite al portador regenerar parte de su energía, permitiéndole seguir en pie aun estando muerto en parte. “¿Te sorprendes? No aguantas nada, imbécil” La sangre chorreaba de su rostro, perturbando aún más al joven Uirusu, quien retrocedía lentamente gracias al miedo. Le aterraba estar junto con su contrario un tiempo prolongado, pues era incapaz de verle si quiera. Con los ojos cerrados a causa del temor, disparó la flecha, no sabiendo si había acertado o no. Falló. El Edoteniense (si realmente aún se le podía seguir llamando así) tomó en sus manos la flecha antes de que pudiese darle en su ojo restante. Con una fuerza casi inhumana, lanzó la flecha con destino a su oponente, el cual aún seguía con los ojos cerrados. Al oír el leve sonido de la flecha, la esquivó antes de que pudiese darle. Cuando abrió los ojos notó que la fuerza del lanzamiento fue tal, que al enterrarse en el tronco de un árbol cercano, hizo que cayese casi al instante.- Qué haré ahora…con el akuma no jensei en su poder es dificultoso siquiera darle un mísero golpe…-Dependía por seguro de la fuerza digna del demonio azabache, quien seguramente sería capaz de matar a su oponente en menos de lo que se esperaba. El Binaryt había gastado parte de su energía restante, dejándole demasiado débil ante cualquier ataque de su enemigo. El joven Shando se acercó al Uirusu con la presteza suficiente como para derribarlo de un golpe. Lanzó un puñetazo con dirección al rostro del albino, el cual falló gracias a que este alcanzó a protegerse con ambos brazos en formación de “x”. Aquel impacto causó que ambos retrocediesen por su lado, dejando una distancia razonable.- Debilidades…con el Akuma aún en función sabría casi exactamente lo que tramo, por lo que sería complicado atacarle. Debilidades no hay muchas, después de todo es una variación bastante poderosa –Pensaba, mientras era atacado nuevamente por su oponente. Esta vez, se dispuso a esquivar y bloquear solamente. Sus alas no querían responderle, pues al igual que el  Binaryt dependían de la energía de su poseedor, por lo que si las forzaba podría llegar a morir en el intento.- Probemos…1- Decidió comenzar a  utilizar el “Kara no shiroppu” un ataque digno de su clan, el cual consiste en de alguna manera “torear” a su enemigo, con el propósito de golpear partes exactas en su cuerpo. 14 golpes alrededor debe dar, de modo que al ejecutar el último golpe, el contrario caiga en shock, dándole una ventaja verdaderamente grande. Sabía que el Akuma no jensei había perdido mucho de su poder al utilizar la “segunda oportunidad”, por lo que aunque fuese difícil, realizar aquella técnica no sería una “misión imposible”.- 2 –Hasta ahora había acertado dos golpes; llegando al 10 la victoria de su técnica estaba casi asegurada. Al parecer su contrincante aún no sabía el propósito exacto de los golpes, que aunque parecían torpes, eran más letales de lo que aparentaban ser.- 3 –Justo en el cuello, con aquel “golpecito” el shock sería más potente. Tenía que ser rápido, ágil y certero, evitar dar espacio a errores, pues podría costarle la vida. “¿Qué trama este idiota? ¿Piensa matarme con estos golpecitos? Le mostraré el verdadero significado de golpe” Antes de que el joven albino pudiese pronunciar el “4” su brazo fue tomado bruscamente por su contrincante, quien con una fuerza inhumana, comenzó a vapulearle repetidas veces contra el suelo, lastimándole gravemente. En uno de aquellos vapuleos, oyó el sonido digno de un hueso al romperse…por desgracia, el hueso roto le pertenecía. Al parecer era de su brazo, haciéndole sollozar de dolor. Quería gritar, pedir ayuda, sin embargo lo que menos quería era el verse débil.  Rogando por dentro que los vapuleos se detuviesen, sintió como si una especie de energía le regenerase de nuevo. Sintiéndose más fuerte, con una determinación más grande que la anterior, decidido a terminar con la vida de aquel Shando. Cuando los golpes pararon, su contrincante le dejó en el suelo, entregándole una especie de “ventaja”, la cual no desaprovechó.- ¡4! –Gritó fuertemente. El golpe número cuatro pertenecía a la zona del estómago, por lo que empieza a dejar débil al contrincante (dependiendo de la fuerza ejercida claro está). Tal fue la intensidad, que el joven albino pudo derribar al Shando. Esperó a que se levantase del suelo, para acto seguido, continuar con la técnica.- 5…6-Estaba cerca de llegar al 10, sólo faltaban cuatro números, los cuales parecían ser un estorbo en aquellos instantes. Josmar empezaba a molestarse, por lo que intentó tomar al Uirusu con el propósito de ahorcarle. Falló. El ángel saltó antes de que su contrincante lo tomase, proporcionándole así la oportunidad de dar los dos siguientes golpes.- 7… ¡8! –Dos más, espalda y antebrazo, ganaría sin duda… ¿cierto? Algo no tomó en cuenta, su brazo. Los cuatro golpes restantes a partir del número 10 debían ser forzosamente fuertes, por lo que se debían utilizar ambas manos.- 9…-Apunto de pronunciar el “10” el dolor en su brazo le detuvo, dejándole una ventaja considerable a su contrincante. “Te tengo pequeña pulga…” Tomó del cuello al joven ángel, ejerciendo la fuerza suficiente como para matarle en ese mismo instante. ”Mírame a los ojos” Ordenó. Sabía lo que tramaba, sabía que le mataría, sabía que en aquella mirada encontraría el mismísimo infierno, encontrándose con sus peores pesadillas, miedos que le atormentan desde siempre hasta morir, un lugar horrendo. Esta vez, al ser una variación más poderosa, los efectos serían aún más efectivos y letales. “¡Que me mires dije!” Alzó su tono de voz. No quería, no debía. Cerró sus ojos, extinguiendo por momentos su hermoso brillo color zafiro. Con esfuerzo y dolor, juntó ambas manos, fabricando su mejor técnica, el “Espejismo”. Con ello, reflejaría el ataque de su contrincante, haciendo que este entrase en un shock incluso más fuerte que el “Kara no shiroppu”. Cuando el ataque estuvo listo, abrió nuevamente sus ojos, haciéndole creer a su contrincante que al fin accedería ante la orden dada. Los ojos del joven Shando brillaron de un hermoso color carmesí, como si fuese la sangre chorreante de una persona inocente. Quería ver aquel hermoso brillo hipnotizante, sin embargo, sabía cuál era la función real del brillo. Cuando abrió sus ojos por completo, con la mayor presteza posible, levantó ambas manos mostrando la técnica en función.- ¡Kagami Gyaku! –Un aura color zafiro iluminó las manos del joven ángel, indicando que la técnica había sido ejecutada con éxito. El joven Shando recibió su propio ataque, haciendo que soltase a Martín casi al instante. Cayó al suelo fuertemente, mientras cubría sus ojos ensangrentados. Quería gritar su dolor, pedir ayuda, sin embargo…su voz había desaparecido, impidiendo demostrar el inmenso dolor que sentía en aquellos instantes. El Uirusu, quien había caído al suelo de rodillas, comenzó a toser por falta de aire, volviendo a respirar con normalidad. Veía como su contrincante se revolcaba en el suelo con dolencia. Observaba su desesperación, como sus ojos yacían ensangrentados, impidiéndole ver con normalidad. En un momento dado, los bruscos movimientos de Josmar se detuvieron, avisando que la muerte había llegado.- ¿J-Josmar? –Su voz contenía un tono abatatado. Aunque lo peor hubiese terminado ya, seguía temeroso, perturbado…asustado. El Shando no contestó. Martín se acercó a tomar su pulso…no había. Temblando, posicionó sus manos en el suelo como punto de apoyo y evitar caerse de bruces.- Lo… ¿Logré?...-Un nudo en su garganta le impedía hablar con naturalidad. Tomó con suavidad la mano del joven Shando.- Perdón…hiciste muchas cosas malas durante tu vida, te dejaste influenciar fácilmente…hiciste que muchas personas sufriesen…Sé, que pude darte otra oportunidad, sin embargo…no soy lo suficientemente tolerante…-Como si lo pudiese escuchar, recordar esos días pacíficos, donde Edo no era el lugar que es hoy en día. Aún jadeante se puso de pie. Miró al cielo, rodeado de aquellas bellas nubes esponjosas sabor azúcar, tan suaves cuan algodón. Sus cabellos nevados danzaban sesgos gracias a la refrescante brisa, dándole pequeñas cosquillas en el rostro.- Mi caballero…lo logramos…-Sus ojos yacían inundados gracias a las lágrimas cristalinas. Una bella sonrisa apareció en sus labios, aun cuando el dolor de su brazo le era casi insoportable. Salió victorioso, salió con vida, y eso era lo que más le importaba.


Luxían

Nota: Lo que leerán a continuación será un flashback, ahorita pasamos con el verdadero show 

Divisaba a lo lejos, aún escondida tras aquel gran árbol, como su único acompañante en vida, la persona más especial que la vida le pudo conceder, se iba alejando lentamente. Parecía escuchar con plenitud los fuertes forcejeos de su padre al intentar liberarse. Como las cadenas eran tiradas bruscamente, resistiéndose a morir. Los gritos de angustia que sus labios soltaban. Suplicaba a gritos que le liberasen, pues tenía una joven hija a la cual debía cuidar. Sin embargo, fue ignorado, como si no existiese; en aquellos instantes su vida no tenía ni la más mínima importancia. Yacía obligado a seguir los pasos del caballero más respetado en aquella nación, un misterioso e idolatrado miembro de la guardia real. Aunque su estatura le hacía verse cuan niño inocente, era más letal de lo que su apariencia dejaba desear. La desconsolada joven divisaba con dolor como su padre era maltratado, torturado, como su libertad le era prohibida…y todo por un pecado que no cometió. Las pistas le apuntaban hacia él, lamentablemente. ¿Lo peor? No poseían ninguna defensa con el propósito de mostrar su inocencia ante el crimen. Enterró fuertemente sus pequeñas uñas en el tronco del árbol. Temblaba de ira, en su mente solamente existía la palabra “venganza”.- Deben pagar…Debo hacerles pagar…-Su familia a comparación de su clan poseía una buena relación con los Yakusa, el clan más poderoso si de la mafia se habla. Tenía un plan, sin embargo, tan sólo era la fase en desarrollo.- Padre…juro que te vengaré…les haré pagar…porque aquel crimen no lo cometiste tú…Y ellos ni siquiera se molestaron en probar que realmente era tú el inocente…- Soltó el tronco de aquel árbol, mirando tras de sí, el oscuro bosque que ahora le protegería…hasta que su plan se dispusiese a dar inicio.


Meta Knight 

Pequeñas tormentas de tierra impedían ver con claridad durante la pelea. Sus arrastres eran tales, que en algunas ocasiones debían de enterrar su arma al suelo para evitar caerse y darle una ventaja a su contrincante. Las miradas de ambos brillaban entre aquellas tormentas, reflejando la determinación de cada uno. El mejor vencería, el restante moriría en sus manos, cubierto de sangre carmesí, manante entre las heridas. “Eres fuerte ¡Pero no tanto como yo!” Ambas armas chocaron nuevamente, produciendo su tan característico sonido.- ¡Detén está locura! ¿Dónde está la persona tan bella que conocí? –Su contrincante ejerció fuerza en aquella espada, con el propósito de que cediese y lograse hacerle daño. El caballero mantuvo a su espada ejerciendo un impulso lo suficientemente fuerte como para evitar perder el equilibrio “¡No te resistas, caballero! O terminarás con el mismo destino que Dedede” Sus ojos aperlados brillaron con furia momentáneamente. En un ataque de ira, le empujó con fuerza, haciendo que cayese al suelo, tomando una ventaja ante ella la cual no desaprovecharía. Su próximo ataque venía directo al corazón de la joven Gürovich. Gracias a la velocidad que la joven poseía, falló el ataque. Esta al esquivarle, se levantó con presteza del suelo y saltó hacía atrás.- A qué te refieres…-Le importaba la vida de su rey, debía protegerlo a toda costa, después de todo, le prometió que volvería posteriormente a que su “misión” estuviese cumplida. Meta Knight presenciaba con odio como en el rostro de su contrincante se había formado una sonrisa burlesca. Luxían le estaba engañando, con el único propósito de desatar la ira del caballero y gastar su energía lentamente, así, tomando una gran ventaja ante este. Bien se dice que las palabras duelen aún más que los golpes. “¿Qué? ¿Aún no te enterabas?  Vaya que eres un idiota” La peli-azul soltó una enorme carcajada…aquello ya era el colmo. “Debo confesarte algo…era fuerte, ¡Me divirtió mucho luchar con él! Debiste haber visto como rogaba por su vida” El caballero soltó un suspiro de ira, para acto seguido darle un brutal golpe al brazo de su contrincante.- ¡Pregunté algo! –La joven Gürovich miró su brazo momentáneamente, para después soltar una fuerte carcajada “Serénate oie, esto no es un debate presidencial me vale Berga, tan sólo asesiné a tu rey de una forma placentera….claro, para mí” Seguía atacándole con sus palabras del mismo modo que le distraía con estas buscando alguna debilidad en el joven caballero. Este último mencionado, temblaba de la ira y rencor que sentía en aquellos instantes. Atacó a Luxían nuevamente, su contraria hizo lo mismo. Ambas armas chocaron nuevamente. La fuerza del impacto fue tal, que hizo retroceder a cada uno por su lado. Para la mala suerte del caballero, aquel sonido estruendoso le hizo marearse levemente, proporcionándole una pequeña ventaja a su enemigo, quien no dudó ni un segundo en atacarle. Cuando logró recobrar el equilibrio, la joven oji-verde lanzó una arremetida contra su brazo, la cual le creó una herida considerable. Una sensación extraña de nombre adrenalina le dejó incapaz de sentir la mayoría del dolor, lo cual agradecía en parte. El caballero alzó su espada, como si estuviese a punto de atacarle. Cuando parecía que al fin lanzaría el golpe, ocasionó que Luxían se protegiese con su espada, cosa que le dio ventaja. Gracias a la posibilidad de teletransportarse mediante su capa, al hacer creer a su enemiga que le atacaría, logró completar su hazaña. Tomó por la espalda a la joven Gürovich, quien consiguió esquivar su ataque. Aquello causó que sus ojos se abriesen aún más, después de todo, no se hacía llamar la “Más fuerte de la galaxia” por nada. “Me harté de jueguitos… ¡Es hora de mostrar mi poder!” Casi al instante de terminar su oración, enterró su espada con la mayor fuerza posible, para después pronunciar “Shokubutsu” De pronto, el suelo comenzó a temblar, como si un terremoto estuviese a punto de romperle en dos. Y así sucedió lamentablemente. Al destrozarse, del gran socavón que aquel movimiento provocó, surgieron un especie de plantas espinosas, incluso llegando a ser más altas que los mismísimos árboles que les rodeaban.- Pero qué demonios…-Alzó la vista levemente. No era muy agradable lo que apreciaba, por lo que debía pensar en algo…y rápido. Antes de siquiera formar una mísera estrategia, una de aquellas plantas le atacó, logrando esquivarle milagrosamente. Lo único (y más obvio) que llegó a su mente fue cortar las plantas con su espada, para después atacar a Luxían. Y así lo hizo. Con agilidad y precisión cortó por la mitad una parte considerable de las plantas. Era el momento perfecto, Luxían se encontraba distraída. Le atacó con la fuerza necesaria como para derribarle. La peli-azul intentó frenar el golpe del caballero, sin embargo, para su desgracia, su espada se había atrancado con uno de los picos dignos de Galaxia. Meta Knight no desaprovechó aquello, por lo que ejerció con presteza palanca sobre ésta. La guerrera, al no poder girar su mano, se vio obligada a soltar su espada, por lo que salió volando varios metros tras de ella. ¡Bendita inercia! El oji-perla atacó nuevamente a su contrincante, esta vez  con dirección a su rostro. Sin embargo, al parecer no estaba tan desprotegida como se pensaba. Al estar a punto de recibir el ataque, agachó su cuerpo, de modo que el golpe del caballero fallase por completo, tocando el aire. Aprovechando que la fuerza de aquella embestida fue tal, y que Meta Knight estaba a punto de caerse gracias a esta, alzó levemente su dedo índice, causando que nuevamente una planta surgiese del suelo, haciendo que esta golpease fuertemente al peli-azul directo en el rostro, pues al estar momentáneamente desprotegido, recibió el ataque de lleno. Voló algunos metros hacia atrás, cayendo fuertemente al rígido suelo. Antes de poder recobrar su postura si quiera, escuchó con plenitud como su contrincante pronunciaba unas palabras “Tsuyoku suru” Al contener su completa atención ante aquellas palabras, el ataque le tomó desprevenido. Una de las cuantas plantas le había tomado del tobillo, para después elevarlo a la altura perfecta y matarle. Tan rápido fue el agarre, que no tuvo la oportunidad de tomar su espada, dejándole completamente vunerable. Aquella inmensa planta comenzó a vapulearle fuertemente contra el suelo desde semejante altura. Entre uno de esos golpes, su máscara se partió en dos, dejando una parte de su rostro desprotegido por completo, causando que los siguientes golpes se percibiesen más fuertes y dolorosos. Sintiendo que la muerte venía por él, que le esperaba como si de su madre se tratase, fue vapuleado con fuerza más que sobrehumana, matándole al instante, dejando ante aquel cruel impacto una gran tormenta de tierra. “¿Lo hice? ¿Lo maté? ¡¿LO MATÉ EN SERIO?!” Una sonrisa triunfante adornó los labios de la joven Gürovich, causando que gritase sin pensar “¡LO MATÉ, IDIOTAS!” de pronto, Luxían percibió un leve sonido entre los escombros. Seguro era una de sus plantas regresando a tierra, sin embargo, observó lo que creyó imposible. Su gran sonrisa triunfante se desvaneció por completo al contemplar aquella escena. Sus pupilas se dilataron hasta hacerse pequeñas cuan frijol. No podía creer lo que estaba presenciando, su mente yacía llena de preguntas sin respuesta aparente. Hubiese seguido pensando en alguna respuesta obvia, evitando las incoherencias, sin embargo, divisó entre la tierra que una sombra se dirigía hacia ella. “No… ¡No! ¡Tú estás muerto…!” ¿Acaso se volvería loca gracias a la escena antes vista por sus ojos? Pues…lo más seguro es que muriese antes de hacerlo.- ¡Sorpresa…! -Habló débilmente. Parte de su rostro yacía con heridas y cortadas realmente graves, una sonrisa macabra pintada en sus labios, mientras veía con rencor a su contrincante, quien no podía creérselo ni un poco. Ya no poseía su tan característica capa, ni mucho menos portaba su pesada armadura, pues había sido destruida entre los inhumanos vapuleos. Ahora, se podía presenciar que tras su espalda, yacían extendidas hermosas alas de murciélago, dignas de aquel caballero.





Oigan sha :´v perdón por el retraso, Rashos Yadira, ya empezamos mal. Y bueno se preguntarán ¿Por qué? si se supone que ya no tengo clases desde el 25…pues…es una larga historia. Verán, mi madre me dijo que me viniera a su casa y no sé qué tanto bla bla bla. Pa que le ayudase a arreglarla y todo ese pedo. Pues así me entretuve todos estos putos días (bueno, en realidad desde antier xd) y pues hasta ahorita acabé de escribir, ADEMÁS QUE PUSE DOS PELEAS, y narrarlas no me fue para nada fácil ;-;. Y buenooo, olvidémonos de lo sad, que aquí vienen los agradecimientos :D. Weno, espero que está historia les vaya a encantar muchísimo, pues aunque serán máximo unos 5 o 6 caps (pues ya es el final del “rio de sangre” que por si no se acuerdan es una guerra encabezada por los Shando) intentaré que sean lo más largos que se puedan, pues tampoco quiero dejarles insatisfechos uwu. Así que… ¡Hasta la próxima flanes! 

P.D: Se preguntarán por qué está historia no contiene una portada…pues aún está en proceso el dibujo, por lo que lo más seguro es que actualice la entrada más tarde o hasta mañana :3 



16 de mayo de 2018

⚔💥 Ángeles y Demonios - Preparados para el ataque: Capítulo 10 - FINAL ⚔💥


Ángeles y Demonios
Preparados para el ataque
Capítulo X - FINAL

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Tomaba tranquilamente una taza de té, mientras veía el sesgo ambiente a través de su balcón. Sostenía su taza con agarre firme, pues si le soltaba, obviamente caería al suelo, haciendo un maldito desastre, y lo último que deseaba hacer en aquellos momentos era ponerse a limpiarlo, o siquiera moverse para hacerlo. Era una mañana soleada, con nubes de algodón adornándole cuan marco, el trinar de los pájaros, música para los oídos del rey. Se podía escuchar las hojas verdosas danzando a causa del viento silbante. Un fino hilo de agua recorriendo las más finas piedras del reino, causando un hermoso sonido tan sesgo. Los tiernos rayos de sol iluminaban sus majestuosos ojos aperlados al descubierto, era extraño el día en el que no portaba su tan característica máscara plateada, pues era como una parte de sí. Pensaba en jugar una partida de ajedrez, ya que era uno de sus juegos favoritos, obligando al jugador a usar el cálculo, la estrategia, la memoria, entre muchas otras. Pero ¿A quién en todo el castillo le gustaba jugar ajedrez? Conocía a dos personas que bien podrían ser casi ajedrecistas profesionales, sin embargo, no aceptarían aquel lugar. Martín e Hikaru. El joven albino era un buen estratega, de eso no había duda, un enemigo del cual “da pelea”, sin embargo, si es un conocido, se hará el tonto y te dará una ventaja; por lo que le descartó. Sólo quedaba la persona más odiada por su ser, que, aunque anteriormente le salvó la vida, ambos se llevan tan mal como el agua y el aceite…por problemas algo “absurdos”. Obviamente era nada más y nada menos que Hikaru. Con Hideaki se llevaba normal, de hecho, comenzaba a tomarle cariño, pero Hikaru ¡Ese castaño le traía hasta la madre! Era hartante verle a los ojos, pues era como sí tan sólo con la mirada te matase en un segundo; o quizás hasta menos.  ¡Por ninguna circunstancia le pediría una partida de ajedrez! Aunque era un rival fuerte, y eso le interesaba ¡No iría! Tal fue su ira al recordar a aquel castaño, que rompió la taza a causa de la fuerza ejercida. Terminó haciendo lo que menos quería hacer. Suspiró fastidiado, esos días empezaban a ser duros para el ex-caballero de Dreamland. Papeles tras papeles los cuales había que firmar, ¡Y lo peor era que no llevaba ni la mitad! Asistir a largas conferencias y a reuniones sin sentido alguno, como si el único propósito de estas fuese quitarle su valioso tiempo. Miró al suelo, encontrándose a través del reflejo causado por el café. Se acercó al barandal del balcón, recargándose en ese, viendo con más claridad el hermoso paisaje que le rodeaba. Sus cabellos azulados danzaban libremente a causa de la leve brisa; cerró sus ojos por un momento, extinguiendo su hermoso brillo temporalmente. Imaginó por algunos instantes el estar en su antiguo hogar, donde todos se tenían confianza, nadie se desconocía, la mayoría eran amigos, pero…después de la guerra civil, todo cambió. No fue testigo de aquellos actos, pues se encontraba en otro sitio cuando sucedió, y al regresar; nadie se tenía confianza, eras un extraño que merodeaba por las calles desoladas del lugar, tus pasos podían oírse con firmeza, dejándote como una débil presa para los matones de ahí. Abrió los ojos con presteza, asustándose a sí mismo, oyendo el sonido fuerte de su rojizo corazón, bombeando cuan tambor, indicando el miedo. Al poco rato se encontraba ya más tranquilo, decidido a ir por una jerga y limpiar el desastre. Soltaba apenas la orilla del barandal cuando de pronto comenzaron a oírse voces fuera de su cuarto. Conocidas, recordadas para su mente ¡Claro! Se escuchan pelear por algo ¿por una apuesta quizás? es decir, conociendo a esos…-Karla y… ¿Mario? –Dudaba ante su suposición, pues la voz del castaño era un poco más alocada a comparación de la escuchada. Tenía un tono más “solemne” cosa que sorprendió al caballero ¿Desde cuándo el oji-zafiro hablaba de esa forma? Seguro se estaba confundiendo…pero no era así. Empezaron a oírse groserías dignas de aquel par, sólo faltaba que el joven Hibiki interviniese en defensa de su pareja, la cual le agradecería su ayuda pero no la aceptaría, pues era conflicto “entre dos” y un “metiche” no era bien recibido. No quería salir ahora, ¿por qué? Con Karla no había ningún problema, sin embargo con Mario…Su amistad actualmente era tal y como un fino hilo de ceda, en cualquier momento podría romperse, sin la posibilidad de tener recuperación. Decidió quedarse silencioso en su balcón, sintiendo como una de sus metálicas botas pisaba el líquido que anteriormente había caído sin permiso al frío suelo del balcón. Todo tranquilo hasta que se escuchó el estruendoso grito de la joven Shando “¡Ken-yeté!”. Después de aquel grito, se oyó como la puerta de su habitación era destruida. Salió de su balcón con toda la presteza, para después notar que efectivamente, la puerta de madera fue destruida…y lo peor, por el dúo de personas que supuso yacían peleando hace algunos momentos. “¡Hola Meta!” Habló sínicamente ¡Como si no hubiese pasado absolutamente nada! Aquello le enfureció.- Karla…-Intentaba mantenerse sesgo, ¡Pero es que aquel par era insoportable! “Por cierto, te ves bien sin tu máscara” Pronunció pícara. Se había olvidado por completo de que no portaba su máscara, y todo por centrarse en regañarles, y de paso sermonearlos. Cubrió rápidamente su rostro con la capa que portaba, de modo que sólo pudiese ver de reojo las cosas que le rodeaban. Buscó entre aquellas su máscara plateada, quería encontrarla lo más rápido posible. Pasaron algunos minutos y ni rastro de ella, por lo que se sobresaltó un poco. ¿Acaso se estaba volviendo un desordenado como para no encontrar la máscara? Al poco rato al fin la encontró…tirada en el suelo bajo su cama. ¿Cómo es que había llegado hasta ahí? Pero eso era lo que menos le preocupaba. Colocó la máscara en el lugar correspondiente, descubriendo su rostro.- ¿Qué hacen aquí ustedes dos?...-Intentó que ambos dirigiesen su atención hacia él, sin embargo, sólo consiguió la de Karla. Como se lo esperaba, el castaño no se molestaría en dedicarle si quiera una palabra, su enfado aún seguía, y no parecía quererse retirar en algún momento. Quería susurrar su nombre, pedirle una disculpa  pero… ¡No tenía la culpa! ¿Por qué debía de hacerlo? Su orgullo era tal, que ni disculparse podía. “Bueno…pues este wey me debe dinero” Recibió respuesta de la castaña…pero no de su contrario. Estaba claro que su enfado no se le pasaría  en algunos meses… o incluso años.- ¿Y acaso creen que la reparación de la puerta costará el mismo dinero que te debe? –El ímpetu en su voz no se hizo esperar a aparecer; comenzaba a hartarse, y la voz lo demostraba. “¡¿Y qué?! Puedo pagarte la reparación de tu maldita puerta de mierda” Al fin escuchó una respuesta del castaño; sin embargo no era la que se esperaba. Y  claro, quién le no contestaría de aquella manera a una persona que le cae horriblemente mal. Si no fuese porque el joven caballero se tranquilizó, hubiese comenzado una pelea verbal, para después ser proseguida por una de golpes, causando que cualquiera de los dos quedase gravemente lastimado, pues como se conoce, ambos tienen casi el mismo nivel de fuerza física.- Mario…-Iba a disculparse, estaba decidido a terminar con esta disputa que parecía interminable, pero…alguien tenía que interrumpir ¡Claro! “Haber, haber ¿qué está pasando aquí?” La voz del demonio azabache se hizo presente en la habitación, llamando la atención de todos sus contrarios. “Y… ¿Por qué chingados la puerta de Meta esta jodida?” El caballero iba a contestarle de una manera algo incorrecta, sin embargo se detuvo al reflexionar. Hideaki no se merecía en lo absoluto ser el contenedor de su mal humor, ni mucho menos un objeto con el que se pueda desahogar, como si no tuviese sentimiento alguno.- Ese no es tu problema –Alcanzó a responder de una manera sesga. Su enfado no era tanto comparado con el de hace unos momentos, sin embargo, aún seguía. Hubiese preferido quedarse en silencio, sin contestar, pero en ese caso, ninguno de los tres sería capaz de contestarle, dejándole con la “duda”. “Es una puerta del castillo ¡Problema de todos!” Y al parecer el castaño pronunciaría cada una de sus palabras con el propósito de llevarle la contraria al joven peli-azul. Empezaba a hostigarle la actitud de Mario, pues para su gusto era más molesto que de costumbre.- Aja, mejor te vas callando ¡Ustedes dos rompieron la puerta! Por lo que es su problema  -Gracias a aquel comentario estallaría una pelea verbal, que por obvias razones, tanto como Hideaki como Karla intentarían detener. Groserías, palabras graves abundaban por toda la habitación, resonando cual eco con ayuda de las paredes. Se acercaban con el propósito de dañar a su contrario de manera física…pero las palabras son las que más dañan, y esta ocasión no fue la excepción. Entre uno de los jalones por parte del castaño hacía la ropa de Meta Knight,  rompió parte de esta, dejando al descubierto su cuello blanquecino, haciéndolo parar al instante. También se podía observar una especie de mordida impresa en este, aún en el proceso de cicatrización. “Ay, no sabía que “jugabas” de esa forma con Martín” La actitud socarrona del castaño volvió, haciéndose notar con más fuerza en su voz. Aquel comentario hizo que el joven caballero se ruborizase, pero gracias a que la máscara cubría la mitad de su rostro, no podía notarse a simple vista.- ¿eee? ¿De qué hablas? –El oji-perla aún no sabía de la existencia de esa mordida, por lo que le dejó confundido. “Es que…tienes una…una mordida en el cuello” Pronunció con dificultad la joven Shando, pues su risa era tal, que no era capaz de hablar correctamente. . . ni mucho menos con fluidez. Hideaki comenzaba a sentirse nervioso, pues claramente era el responsable de la mordida en el cuello del peli-azul. Quería hablar…pero no podía, pues si lo hacía, su voz haría más notable su inquietud, dejando al descubierto su “crimen”. Debía irse, buscar una salida fácil de aquella habitación, de modo que nadie sospechase,  pero…no contaba con las dudas de Meta Knight.- Hideaki…-Fue nombrado, asustándole demasiado. La voz del caballero había perdido su tono sesgo, que fue remplazado por uno de odio, rencor…y enojo. “¿S…Si?” Estaba en problemas; y en uno serio. ¿Qué le respondería? Era más que obvio que al caballero no se le podía convencer tan fácil a base de mentiras, por lo que descartó aquella opción, acorralándole a decir la verdad…y eventualmente, esperar los “madrazos” certeros de su “víctima”.- Fuiste tú ¿Cierto? –Sus ojos cambiaron a un tono más amarillento, expresando su enfado. Si el demonio azabache tenía miedo, ahora era más que sólo eso.- ¡Contesta, Idiota! –Aquella exigencia le abatató más de lo que ya, por lo que no le quedó otra opción más que contestar “¡Si, fui yo!…por cierto…tu sangre es muy dulce” Recalcó la penúltima palabra de su oración, haciendo que el caballero se fastidiase aún más.- ¡¿Y cuál fue la puta razón como para morderme?! –Y el enfado del oji-perla no se hizo evitar ante la respuesta del azabache. Por un lado agradecía su sinceridad, pero por el otro le odiaba más de lo que ya (obviamente el odio que le tenía a Hikaru era aún más grande).”Bueno…el día en que te desmayaste a medio camino de Revolution pues…maté a Ariana y….” Antes de proseguir con su oración, Meta Knight le interrumpió con un tono de emoción en su voz.- ¡¿La mataste?! –Sus hermosos ojos aperlados brillaron por la felicidad ¡Al fin su enemigo había muerto! ¡Y a manos de un aliado! Hubiese deseado estar despierto en aquellos momentos para presenciar el asesinato de aquel Shando tan odiado.- ¡Hideaki, no sabes lo feli…!” Ahora, el demonio azabache le interrumpió, con un tono solemne y sesgo a la vez. “Aja sí, ahora déjame continuar…por razones de la vida probé su sangre y pues…como supongo que ya sabes, los demonios tenemos la habilidad de saber los sentimientos del enemigo con sólo probar su sangre y…al saborear al de ella, me di cuenta que vivía rodeada de miedo…miedo a ser inferior…miedo de no tener la misma fuerza que los demás de su clan. Y me llegó la curiosidad de probar la tuya…pero que te puedo decir, ¡Fue la sangre más deliciosa que he probado en mi larga de vida!” Juntó ambas palmas, aplaudiendo a la par de su oración. Antes de proseguir, sus contarios, incluyendo al caballero le miraron de una forma “dudosa” todos con una ceja levantada. Hideaki no era un vampiro, sino un demonio, y aquella declaración les hizo dudar seriamente de su especie real. El joven demonio tosió disimuladamente antes de retomar la oración, con el propósito de que olvidasen todo lo anterior dicho. “Bueno…dejando de lado eso…tu, tienes miedo…miedo a ser débil, y que gracias a ello pierdas a un ser querido nuevamente…miedo de no poseer las mismas capacidades de los demás, pero sobre todo…envidia…envidia al poder de tus contrarios…a no ser lo suficientemente fuerte tal y como ellos lo son” Las palabras del demonio azabache dejaron sorprendido al caballero. Sus labios levemente abiertos, no podía creerlo. Tragó saliva, como si estuviese a punto de morir ¡No podía ser cierto! ¡Él no era así!... ¿Cierto?- Hideaki…-Colocó una de sus manos en su cuello, sintiendo la pequeña cicatriz. La piel suave cuan almohada, blanquecina como una nube de algodón. Sus sollozos eran casi imperceptibles, pues en verdad no quería aparentar ser débil, debía ser fuerte y no sólo aparentar serlo; como normalmente lo hacía.- Yo… -De pronto, una bala de tamaño reducido entró por el extenso balcón de la habitación, causando un socavón  en la pared principal. Todos los presentes dirigieron su atención completa hacia la bala, y el socavón que había formado.- ¿Pero qué…? –Regresó hacía el balcón, quedando perplejo ante tal escena presenciada. Mushroom estaba siendo atacado; los Edotenienses llegaron dos semanas antes de lo normal pero ¿Por qué? Si bien se sabe Sarasaland está rodeado por un inmenso desierto, con pocas o incluso nulas fuentes de agua para la hidratación humana y animal, por lo que pocos son los que se atreven a vivir en aquel reino. Es fuerte ante los ataques enemigos (tales como los Edotenienses) pues su extensión territorial, acompañada de un clima extremoso, les hace rendirse al instante, evitando estragos. Sin embargo en esta ocasión los Shando lograron su cometido. Tres de las más fuertes tropas llegaron a Mushroom sin mucho esfuerzo, atacándole en la primera oportunidad que se les otorgó. Era casi imposible que no les escuchasen, pues su arsenal de armas cuenta tanto con misiles tales como bombas de tiempo, granadas entre otras como con espadas, flechas, katanas…Aun estando en una habitación que roza con las afueras del castillo no escucharon ni un mísero ruido, aunque fuesen gritos o explosiones. Los ataques silenciosos no eran su fuerte, por lo que surgieron varias dudas entre el grupo.-  Los Edotenienses han llegado –La señal estaba dada, ahora sólo faltaba prepararse. Aquel aviso tomó por sorpresa a sus contrarios, dejándolos confundidos, pues según el patrón de llegada a cada reino por parte de los Edotenienses sería de tres semanas, sin embargo, este fue un caso especial. “No puede ser…los Shando llegan hasta la tercer semana” La voz de Karla contenía un tono abatatado, no podía creer lo que estaba sucediendo. “¡Pero no tenemos ni una pinche estrategia!” Pronunció exaltado el joven castaño. En la habitación abundaba el pánico, el miedo, el terror, y digamos que la imaginación de los presentes no ayudaba mucho si de tranquilizar hablamos.- Claro que la tenemos…sólo necesitamos un tablero de ajedrez –Parecía absurdo que un tablero de ajedrez ayudase de algo en estos momentos…sin embargo el caballero tenía otros planes. “¿Cómo chingados nos va a ayudar un puto tablero?” El castaño aún seguía con su enfado en pie, que al parecer no pararía hasta crear una guerra con el peli-azul.- Yo no sólo explicaré de manera oral, lo haré con ejemplos, explicando paso a paso la estrategia que tengo en mente…basándome fuertemente en este juego” Su determinación estaba por los cielos, al fin demostraría su gran habilidad en cuanto a crear estrategias. Hideaki fue en busca del tablero, con el propósito obvio de evitar discusiones  entre el castaño y el oji-perla. Acomodando las piezas en su lugar correspondiente, fue llamando a su “ejército blanco” uno por uno. Finalmente, todos yacían reunidos en aquella habitación, algunos sin lugar en donde descasar durante la explicación, mientras otros estaban preparados para esta.- Bien…daré una breve explicación de la situación actual. Los Edotenienses han llegado dos semanas antes de lo previsto, tomándonos por “sorpresa”. Algo extraño de este ataque fue su discreto modo de empleo, pues como sabemos, los ataques silenciosos no son su fuerte. Ahora, he preparado con anticipo una estrategia, que actualmente, tomando en cuenta la situación, ha tenido ligeros cambios -Miró con seriedad al castaño. Sería una de las “piezas” más fuertes, y claro, de las que dependería la victoria de su estrategia.- Mario…sé que te he hecho pasar por malos momentos últimamente, y es normal que no quieras ni dirigirme la palabra, pero…esto depende de ti -Aquello sorprendió al nombrado. Aun estando separados, el joven caballero le había dado un puesto “importante”…su enfado con este comenzaba a desaparecer.- Serás uno de los caballos, una de las piezas más difíciles de utilizar para los principiantes. La mayoría te conoce por controlar el fuego, pero supongo que sigues entrenado constantemente junto a Martín la técnica del espejismo ¿cierto? –El castaño asintió casi al instante.- Pues, ahora no sólo usarás tu fuego, sino también el avance que llevas con la técnica –Una sonrisa triunfante apareció en sus labios. Mario estaba sorprendido, finalmente demostraría sus avances, y no en un simulacro cualquiera, sino en una pelea real ¿Qué más podía pedir?- Sólo te pediré una cosa –La sonrisa del caballero desapareció, dejando un gesto serio en su rostro blanquecino.- No lo hagas por mí, hazlo por el reino…Tú reino –Aquellas palabras resonaron en la mente del nombrado por algunos instantes. Comenzaba a sentirse mal, realmente no quería terminar su amistad con el peli-azul, le apreciaba mucho, y no podía…por ahora.- Martín…desconocido para muchos, pero un ángel caído para nosotros –Las palabras de su caballero le alagaron demasiado, pues nunca se imaginó recibir tales palabras de su parte.- Serás el caballo faltante. Tienes más experiencia en cuanto a la utilización del espejismo. Sabes cuáles son sus puntos débiles y cuándo podrás usarla, además que cuentas con alas, permitiéndote ejecutar ataques aéreos con facilidad, inclusive, avisar ante cualquier arremetida –Sentía que iba a desmayarse, sin embargo no era el momento apropiado para ello. Debía de concentrarse en cuanto a su acometido, evitando defraudar a su caballero ¡Su determinación incrementaba!- Sans, Karla…que decir de ustedes…son un desmadre –Con un tono de sorna intentaba mejorar la situación, retirar un poco de tensión en el ambiente… y al parecer funcionó perfectamente.- Sin embargo, nunca se rinden, ni mucho menos miran hacia atrás. Darán un paso para darse impulso, y su determinación siempre está por los aires, por lo que ustedes serán las torres. Atacarán por ambos lados, impidiéndoles la ventaja de dominar más territorios a los Edotenienses, además de que tenemos a uno de ellos como aliado –Sabía exactamente que la joven Shando sería de gran ayuda en esta ocasión, al conocer varias estrategias y patrones de ataque dignos de su clan. Ambas “torres” realizaron un “saludo especial”, demostrando su emoción ante aquellos momentos. Tosió disimuladamente antes de retomar su oración, ahora debía de “pedirle”  a la persona más odiada por él que participase en la estrategia…quien era nada más y nada menos que.- Hikaru…-Dudó en pronunciar aquel odioso nombre.- Ustedes dos no son los más “apegados” que digamos, sin embargo, cuando al fin se ponen de acuerdo pueden hacer que las cosas salgan mejor de lo que se esperaban –Hideaki yacía tranquilamente sentado en la orilla de la cama, pero por dentro…escuchaba reclamo tras reclamo por parte de Hikaru, todos y cada uno de ellos dirigidos hacia el caballero, ciertamente agradecía que no se pudiesen escuchar “¿Acaso está diciendo que no me puedo poner de acuerdo contigo para hacer trabajo en equipo? ¿¡Me está viendo la cara de pendejo o qué chingados?!” Se llevaban peor que el agua y el aceite, eso era seguro.- Serán los alfiles, se encargarán de revelar la formación del enemigo ¿Cómo? Vigilándoles de cerca. Hideaki puede esconderse fácilmente entre la oscuridad, por lo que puede tomarles desprevenidos, y no olvidemos su habilidad de asesinar a una fila entera con sólo un movimiento de su katana –Por un momento la mente del azabache obtuvo un agradable silencio. Aquellas palabras le dejaron al castaño sin nada que seguir renegando, silenciándole casi instantáneamente.- Hikaru posee una fuerza sobrenatural, logrando causar una gran grieta en casi cualquier superficie, además que sus habilidades curativas son impecables –El castaño sentía que iba a morirse ¿En serio el caballero estaba pronunciando aquellas palabras? o sólo era una simple broma para convencerle. Hideaki tenía tantas ganas de gritarle “¡Ja! ¡Te callaron, pendejo!” Sin embargo, empeoraría aún más las cosas en su mente, hartándolo cada vez más…y eso era lo último que deseaba. Las botas del caballero resonaron por última vez en la habitación, para luego anunciar determinado, cerrando su puño con decisión.- ¡Mushroom depende de nosotros! ¡Es nuestro reino! ¡Y hay que protegerle a capa y espada! Muchas personas morirán defendiéndole, y en agradecimiento haremos que estén orgullosos de nosotros… ¡Hagamos historia! ¡Por Mushroom! –Haría todo lo posible para que la estrategia saliera a la perfección, evitando el más mísero error, pues les podría costar su propia vida, o en el peor de los casos…la de sus compañeros “¡Por Mushroom!” Todos los presentes contestaron al unísono. Salieron de aquella habitación, para comenzar a organizarse. Fueron por sus respectivas armas, algunos con armaduras dignas de un caballero…El rey, preparándose para luchar en el campo de batalla. Algunos sirvientes al igual que los guardias reales, preparaban cañones, catapultas…y chomps, en caso de que las cosas se estuviesen saliendo de control. Montados en caballos, a pie, de cualquier manera recorrían los largos jardines del castillo antes de llegar siquiera a las afueras de este. Meta Knight venía por el frente, “guiando” a sus guerreros. Nunca en su vida había presenciado la tan conocida guerra encabezada por los Shando, de nombre “Río de Sangre” por lo que esta sería su primera vez. Alguna vez leyó algo sobre ella, sin embargo nunca creyó que ahora la contemplaría con sus propios ojos, dando su punto de vista y de paso saber si realmente ocurren los acontecimientos que se describen en aquellos libros.  Sus pasos resonantes con ayuda del rígido piso  iban tomando una intensidad mayor,  poniendo alerta a cualquiera que se encontrase distraído. Aún faltaban algunas de sus “piezas” pues yacían dentro del castillo preparándose, o incluso convenciéndose a sí mismos de que todo estaría bien, después de todo eran guerreros…guerreros de Mushroom. Tal y como era el caso de Martín, quien se encontraba frente a un espejo, intentando convencerse de entrar en la guerra…su único impulso era su caballero, lo orgulloso que se sentiría de él; su imaginación no tenía límites. Alborotó suavemente sus hermosos cabellos blanquecinos, decidido en ir a la guerra. Todo tranquilo en los jardines, el silencio les dominaba, pues el único sonido que se lograba escuchar eran los sesgos pasos provenientes de los guerreros. De pronto, galopes dignos de un caballo resonaron por detrás, llamando la atención de todos los presentes. Y efectivamente, era un caballo, quien era montado por una de las “piezas” faltantes…Martín. Se podía observar a simple vista que apenas si soportaba el peso de su armadura, sumándole que yacía aferrado al caballo como si su vida dependiese de ello. Algunos guerreros comenzaron a soltar risas ante las “tonterías” del albino, ganándose la mirada asesina del peli-azul.- Martín ¿Qué haces montado en ese caballo? –Preguntó solemne justo cuando el nombrado estuvo lo suficientemente cerca. ”Bueno…por lo general los caballeros vienen montados en un caballo ¿No?...pues, yo quise intentar lo mismo que ustedes…pero creo que no me está saliendo muy bien” Aceptaba sus errores, y esta vez no fue la excepción; rascó su nuca con nerviosismo, para después bajar lentamente del caballo. El caballero suspiró pesadamente ante tal “estupidez” representada por el joven ángel.- Si lo deseas, luego de esto puedo enseñarte a montar un caballo…-Los ojos zafiro de su contrario brillaron más de lo normal, indicando su emoción. “¡¿Lo harías en serio?!” Este sólo asintió, haciendo que su contrario empezase a perder el equilibrio.- ¿Martín? ¿Estás….? –Antes de terminar su oración, fue interrumpido por el anterior nombrado. “Sí, estoy bien…gracias… ¡Ahora, debemos ir  a la batalla! ¡Por Mushroom!” Alzó su puño en alto, señalando su determinación. Debían estar alertas ante cualquier ruido, pues quizás aquellas pequeñas pistas pudiesen darles ventajas reducidas.  “¡Por Mushroom!” Contestaron los restantes, para después seguir con su camino. Lo más seguro es que la mitad del reino quedase en ruinas, incluyendo el castillo, pues al parecer el impacto sería aún mayor que en anteriores guerras. Los Edotenienses por lo regular no alcanzan la mitad de Sarasaland,  y rara es la vez que llegan a Mushroom. Pero esta vez, los nuevos guerreros tendrán que pelear por el reino, demostrar que no necesitan ayuda de terceros para defenderse ¡Demostrarán de lo que son capaces! ¡Dignos caballeros y guerreros! Pasos entre la verdosa hierba, escuchándose leves relinchos, sutiles galopes, pasos haciendo crujir las hojas secas dignas de los árboles. Los guardianes del bosque (Como se les hacía llamar a los árboles más fuertes, altos, y viejos de aquel lugar) darían sus últimos frutos perfumados, listos para recibir a los atacantes. Desde ahí, empezaban a oírse pasos terciarios a ellos, dando la señal…los Edotenienses se acercan. El miedo, el temor, la inquietud los intenta dominar, pero ellos son más fuertes, no se darían por vencidos tan fácilmente. Se preparaban los cañones, el castillo les miraba a lo lejos, el rechinar de las catapultas, el sonido metálico tan característico de las espadas. Las doce campanadas no se hicieron esperar. La segunda señal…empezaría las matanzas. El pueblo esperaba su victoria, rogaban por ella. El bando enemigo venía con más fuerza, pues se escuchaban claramente aun estando separados por varios metros. Sus cabellos danzaban suavemente gracias al viento. Había desaparecido aquella felicidad, ahora, podía sentirse el odio, el miedo…el pesado ambiente. Meta Knight paró en seco, causando que sus contrarios también lo hiciesen. Miraba de reojo los alrededores, esperando cualquier ataque. Su sentido del oído era muy desarrollado, por lo que incluso el más mínimo ruido, imperceptible para un oído común y corriente llamase su atención. Y así fue. Entre los arbustos provino un sonido fuera de lo normal, aquello llamó su atención.- Karla…- Murmuró dirigiéndose a la joven Shando, esperando respuesta de esta. “Comenzaron, esa fue la señal” El caballero sacó a la luz su espada reluciente, nombrada “Galaxia”. Casi al instante, un miembro del bando enemigo intentó atacarle, quien estaba escondido en el arbusto. Con un ágil movimiento decapitó al miembro, dejándole con una duda…-¿Hay más?...-La joven castaña suspiró pesadamente, acto seguido contestó “Están por todas partes” Las miradas carmesí les rodeaban, sintiéndolas como piedras en la espalda…horrible. Tercera señal…la guerra empieza.


Martín

La guerra no era lo suyo, y lo sabía perfectamente, por lo que decidió quedarse cuidando las afueras del castillo en caso de que alguna tropa llegase por sorpresa. Preparaba un arco hecho con hilos de energía, parecían ser tan frágiles, sin embargo era más resistente que las paredes de este. Extendió un poco las cuerdas, observando si su función era la correcta, entando seguro de que no fallase si es que alguna tropa llegara.- ¡Listo! –Una sonrisa cálida apareció en sus labios. Cayó de rodillas al suelo, sintiéndose derrotado. Fue tan vergonzoso para él pedirle a su caballero no participar directamente en la estrategia; sin embargo agradecía que no se lo hubiese tomado tan mal. El caballero aceptó sin chistar, pues bien sabía que las luchas no se le daban muy bien al joven ángel.- Eres un estúpido, Martín…-Se dijo a sí mismo. Contuvo sus ganas de romper media pared con un golpe, pues era la única resistencia que poseían en caso de que las cosas se saliesen de control. De pronto, sintió una energía negativa…demasiado, para nada digna de él, por lo que extrañado, salió del castillo. El ambiente era más pesado de lo normal, otra razón para sospechar. Sus ojos se abrieron cual platos al no sentir siquiera sus piernas, siendo incapaz de moverse, como si algo le estuviese deteniendo. Con esfuerzo casi sobrenatural alcanzó a dar un paso hacia el frente.- ¿Qué…? –Antes de terminar su oración, una voz escondida le interrumpió. “Hace años que no nos vemos… ¿Verdad, Martín?”. Sabía a la perfección quién era el poseedor de aquella voz tan sesga.- Josmar…-Aquel nombre lo pronunció con tal resentimiento, que no parecía la voz digna del joven albino. “¿Aún me recuerdas? ¡Vaya!...y dime... ¿Cómo va la relación de Karla?” Alguna vez Karla y Josmar salieron como pareja, de hecho, fue una relación duradera. Sin embargo, la castaña sufría abusos tanto psicológicos como físicos por parte del joven Shando, haciendo que el albino convenciese a su amiga de ponerle un “hasta aquí” pues sufría demasiado. Desde entonces Josmar y Martín son peor que incluso Hikaru y Meta Knight, siendo un odio aún más intenso.- ¿Desde cuándo te importa? Digo…pensé que ni te acordabas de ella…-Los ángeles también tienden a enfadarse, sin embargo, es muy infrecuente. Pero esta vez fue la excepción. Martín comenzaba a molestarse con la presencia del Shando. “¡Vamos, cabrón! ¡Tú la mal influenciaste con tus ideas pendejas de que según yo le “maltrataba”!”.- ¿¡Qué casi todos los putos días llegase con un golpe nuevo por parte tuya no es maltrato?! ¿Pues cuál es tu definición, pendejo? –Seguramente, cualquiera que conociese al ángel lo suficientemente bien no se sorprendería por tales palabras, caso contrario son algunos de sus compañeros, que se sorprenderían al instante gracias a  aquellas palabras pronunciadas. El joven Shando fue silenciado por las palabras del albino. Todo era cierto, pero no sentía culpa. Sin avisar sobre su primer ataque, sacó a la luz una especie de hacha, la cual tenía impreso el símbolo de su clan. Corrió con presteza a la posición del ángel, quien preparaba igualmente su arma, el arco. Antes de que su contrario se acercase más a su posición, lanzó la flecha, haciendo que ambas armas chocasen. Tan fuerte fue el impacto, que Josmar se vio forzado a soltar el hacha para evitar salir lastimado.- ¿Es todo lo que tienes? Pensé que todos estos años te servirían de algo en cuanto a entrenamiento –Cruzó ambos brazos de manera victoriosa, al mismo tiempo que sonreía del mismo modo  “No…apenas estaba calentando” Miró al ángel de forma rencorosa. Sus ojos perdieron ese color achocolatado tan característicos de ellos, siendo remplazado por uno carmesí, demostrando el odio, el rencor, la venganza…pero sobretodo… la técnica ocular digna de cualquier Edoteniense…-El Akuma no jensei….-Pensó para sí. Los años habían sido aprovechados, eso era seguro, pues niveles tan altos tales como el jensei, komuhe, o el más fuerte de las variaciones, el shizjokuye, no se alcanzaban de la noche a la mañana. Su contrario se acercó con presteza hacia él. Fue tal su velocidad que no tuvo ni un mísero segundo para defenderse. Recibió un fuerte puñetazo por parte del castaño, haciendo que chocase directamente con una de las paredes del castillo, causando un socavón. Casi al instante sintió como su cuello era oprimido fuertemente, con el propósito de asfixiarle. “Esa no te la esperabas ¿Verdad, angelito?” Una cruel sonrisa se pintó en el rostro de su contario. Parecía no tener salida, que la muerte le estaba esperando, sin embargo…no fue así. Con las fuerzas que le restaban, abrazó a su atacante, para acto seguido extender sus sublimes alas y volar sobre el cielo. Ambos llegaron a una gran altura, la justa como para matar a uno de los dos. Josmar soltó el cuello de su contrario para después aferrarse a los hombros de este. “¿Acaso estás loco? ¡Vas a matarnos!” Quizás…pero al caer sólo uno sobreviviría.- No moriré…pero tú si lo harás…- Y así fue. El albino tomó la cabellera de su contrincante, acto seguido, bajó con toda la presteza que sus alas le permitieron alcanzar hacia el piso. Toda la caída fue acompañada de los gritos desesperados por parte de Josmar. Pedía clemencia, que le soltase, pero fue ignorado…Unos segundos antes del impacto, Martín soltó bruscamente al joven Shando, haciendo que su rostro se estrellase contra el rígido suelo “matándole” al instante. Antes de “morir” junto con él, dio un último impulso para después aterrizar sin daño alguno. Suspiró agobiado, dejándose caer sobre sus rodillas. Jadeaba con cansancio, pues aunque no fue mucho su esfuerzo, el ser golpeado de aquella manera y volar a semejante altura le había dejado exhausto…y apenas empezaba. Activó su “Binaryt” el poder ocular digno de su clan, Uirusu. Aquel poder le permitía saber el estado de su enemigo, fatigado, energético, etcétera. Cuando se obtenía la información completa, se buscaba el punto débil para atacarle. Sin embargo, también se tienen sus desventajas. Al usarle, se aplica la energía del poseedor (generalmente en exceso) por lo que si se utiliza recurrentemente, podría causar efectos secundarios en la persona.- ¡¿Sigue vivo?! –Se alejó del cuerpo aparentemente sin vida de su atacante, dejándole con una duda… ¿Cómo fue que sobrevivió?


Meta Knight

Su máscara salpicada con gotas de aquel líquido vital, los guantes que portaba sobre sus manos yacían rasgados gracias a los múltiples ataques recibidos, gotas de sudor remarcando su cansancio. Veía jadeante como los guardias y algunos de sus compañeros luchaban contra el enemigo, intentando permanecer de pie el mayor tiempo posible. Yacía sobre un charco de sangre, correspondiente a los Edotenienses asesinados. El calor comenzaba a ser casi insoportable, restándoles energía poco a poco. Por un momento divisó como un grupo enemigo iba esparciéndose con dirección al pueblo, alarmándole instantáneamente.- Sans…Karla…-Susurraba aquellos nombres con desesperación, como si fuese capaz de invocarles. ¿En dónde demonios se encontraban sus “torres”? De ellos dependía que los atacantes no se esparcieran, atacando al pueblo, tomando vidas inocentes. Era horrible sólo pensarlo.- ¡Maldita Sea! –Buscaba a sus “piezas” con la mirada, debía encontrarles. Se abrió camino entre los extensos árboles, con el único propósito de pasar desapercibido ante los Edotenienses. Su capa se ondeaba majestuosamente al mismo tiempo que corría con presteza. Sus botas que siempre producían aquel sonido metálico ahora eran silenciosas, a pesar de la velocidad que llevaba. El ambiente se sentía tan sesgo, que parecía como si no ocurriese absolutamente nada. Se apreciaba el sonido de las hojas cayendo al suelo, el trinar de los pájaros… tan perfecto, como si de un sueño se tratase. Sin embargo, aquellos acontecimientos causaron que el caballero comenzase a sospechar.- No puede ser… ¿esto es media guerra?, tiene que ser obra de un Taizen –Los “Zen’s” son una especie de magia que conserva diferentes utilidades, pueden ser tanto médicas como de ataque. Existen múltiples tipos de Zen´s; Kuzen, que se utiliza principalmente para métodos de curación; Naizen, que su función principal es la recuperación rápida, muy usando en las batallas; Yuzen, magia que sólo un grupo reducido de personas puede lograr controlar; y finalmente, el Taizen, que su única función es  crear ilusiones ópticas realistas a quien lo sufre. Cada clan posee diferentes tipos de Zen´s, como es el caso de los Gürovich, quienes tienen una considerable ventaja en cuanto a los Taizen, pues por lo general se centran en lugares como los bosques, llanuras, depresiones, etcétera, y al ser un clan con referencias a la naturaleza, las ilusiones ópticas se tornan más realistas. Sus pasos eran más pesados, comenzando a desprender aquel ruido metálico, las “hojas” pisadas provocaban el sonido de una piedra al romperse…no parecía estar en un bosque. De pronto, pequeños socavones comenzaron a surgir del suelo, mientras este se movía cuan terremoto, alertando al caballero. Sentía como las vibraciones provenían desde atrás, por lo que volteó tras de sí, encontrándose con un Chomp,  quien venía con total presteza directo hacía él. Al notar aquello, se hizo a un lado, dejando que el Chomp  siguiese su camino, quien al parecer a los pocos instantes cayó por un barranco. Sintió por un momento que moriría, pues aquel inmenso monstruo rozo su cuerpo…horrible.- Que mierda… ¿Qué hacía un Chomp aquí?....-Miraba confundido el “barranco” por donde el monstruo había caído…pero ¿Realmente era un barranco?, no. Más bien era una especie de colina donde se unía el bosque y el pueblo, y ya que los Chomps están entrenados para matar a todo lo que se les ponga enfrente….-El pueblo ¡El pueblo, maldita sea! –Si los Edotenienses no logran asesinar a medio pueblo, el Chomp si lo hará, ahorrándoles el trabajo.- ¡Juro que mataré al estúpido que lo soltó! -¿Quién estaría tan loco como para soltar un Chomp sin el permiso de nadie? Seguramente no había pensado en siquiera una consecuencia…


Martín

El responsable de soltar al monstruo, quien terminará con vidas inocentes…vaya. Por supuesto que no pensó en las consecuencias, simple y sencillamente le soltó. Sabía que era una máquina para matar, pues lo había leído múltiples veces en libros, sin embargo, esta vez no lo tomó en cuenta. ¿Por qué?...Divisaba entre los extensos árboles verdosos del bosque como un grupo de Edotenienses se acercaba a paso lento, alarmándole. Se levantó del suelo, dejando de lado el cuerpo aparentemente muerto del joven Shando, Josmar, para después entrar al castillo con dirección al “Guardadero” donde se escondían los Chomps ya entrenados. Entró con sigilo, evitando llamar la atención. Se acercó al Chomp más grande, el favorito de la joven rubia. Acarició suavemente al monstruo, para después hablarle como si se estuviese dirigiendo a un niño.- Amigo…necesito tu ayuda…has vivido lleno de maldiciones…y de cadenas…pero por favor debes de ayudarme…te daré libertad si me prometes que sólo asesinarás al enemigo…bueno, después de todo estás entrenado para ello…-Era algo absurdo el hablarle a un monstruo como aquel, pues “no entendían” lo que se les decía, sin embargo, son más inteligentes de lo que aparentan ser. Suspiró al terminar su oración, sintiéndose como un idiota.- Sólo…mata a quien se te ponga enfrente –Y así lo haría. Con una flecha forjada con hilos de energía, rompió de un golpe las cadenas que ataban al monstruo, dejándole libre después de 18 largos años. Rompió paredes, gracias a su emoción de al fin sentir la libertad. El joven ángel colocó ambas manos en su pecho, anhelando que el Chomp hubiese entendido sus palabras.- Mi caballero…lo siento…-Una pequeña lágrima cristalina resbaló por su mejilla, desatando un poco de su dolor interno.


Meta Knight

Sacudió sus cabellos azulados, comenzaba a hartarse, pues ahora tenía otra cosa porque preocuparse…el pueblo. El encontrar a sus piezas faltantes era lo de menos…el pueblo era lo que en verdad le preocupaba. Medio poblado moriría  en manos de aquel monstruo, y todo por la estupidez de soltarle. “Pareces estar muy estresado, caballero” Se sobresaltó al escuchar aquella voz  nuevamente. Hace años que no la escuchaba, no es como si la extrañase, al contrario….odiaba escucharla. Era una voz odiosa, llena de orgullo exagerado y rencor…horrendo. Sabía a quién le correspondía aquella voz tan odiada, la persona que le traicionó, que gracias a ella su desconfianza aumentó.- No…no puedes ser tú –Intentaba convencerse a sí mismo de que no era “ella”, pues era casi imposible que saliese de Dreamland…o que estuviese aliada con los Edotenienses. Repulsivos recuerdos llegaron a su mente, haciéndole retroceder lentamente. Al final su espalda chocó con el tronco de un árbol, dejándole sin salida aparente.- No… ¡No! –Colocó ambas manos en su cabeza, pues comenzó a sentir un dolor inmenso en esta, causando también que cerrase sus aperlados ojos. Espesas lágrimas cristalinas  llenaban sus ojos, sin embargo, yacían escondidas gracias a la máscara, por lo que no se podían observar a simple vista. Abrió lentamente sus ojos, encontrándose con la figura del mismísimo demonio, la persona más odiada por él, superando incluso el odio por Ariana…-Eres… -“Luxían…Luxían Gürovich”

Holaaaa mis queridísimos flanes ¿Cómo andan? Pos espero que bien ^^. Perdón por la tardanza :´´v, esta vez no fue ni por exámenes ni algo relacionado con la uni, si no que fue mi internet…si, mi internet. Pos al pinche módem se le ocurrió descomponerse justo cuando quería publicar la entrada :^) (eso fue como el 8) y hasta hoy me trajeron el pinche módem…pero weno. Esta vez se las recompensé con 14 páginas, si, 14. Los finales van a ser más extensos, así que prepárense, porque c viene lo weno 7u7r.

Próxima historia: Librándose de las cadenas: La oportunidad dorada

Fecha de publicación: 28 de Mayo de 2018

Palabras de esta historia: 38,092

5 Curiosidades de Ángeles y Demonios: Preparados para el ataque

1.- Desde el principio supe que esta historia iba a ser demasiado larga, pues como se habrán dado cuenta, cada capítulo cuenta con 10 hojas.
2.-  La narración ha mejorado significativamente  desde el capítulo 7, donde los  “punto y aparte” ya no eran tan recurrentes como antes.
3.-Aunque no se vio la técnica del espejismo con mucha exactitud, en la siguiente historia será una base fuerte, al igual que el Kenkai o Mundo Espejo.
4.- El ajedrez es un pilar muy importantes en esta historia, pues se hacen muchas referencias a este desde el primer capítulo (aunque en los primeros 6 capítulos era casi nula)
5.- Tarde aproximadamente 6 días  terminar el boceto de la historia.

Y bueno, espero que hayan disfrutado esta historia, tanto como yo disfruté escribiéndola, así que sin más que decir ¡Hasta pronto!
P.d: Gracias a que mi uni está empezando a darme problemas en cuanto a las publicaciones de historias, pediré su apoyo y compresión para que la publicación de estas sea cada semana (es decir cada 7 días) ,  trataré de fallarles lo menos que se pueda, pero el tiempo que tengo para escribir empieza a ser más reducido ;_; espero y puedan entenderme.
P.d 2: Me gustan las posdatas :3
p.D3: Sonlas cuatro de la mañanay aún no me da sueño XD