29 de junio de 2018

Zonas especiales :D + Tardanza + Especial 3 AÑOS EN BLOGGER + Feliz cumple Lau

VOLVIMOSSS :D Olvidé el desmadre que se armaba cuando los dejaba a cargo ¬¬ tampoco te pases we :´´v Como soy niu pos ni idea de cual era el desmadre :v al parecer al inicio de cada entrada se acostumbraba a dejar personajes a cargo de una entrada en común, normalmente a los principales Desde que prohibieron eso empezó a calmarse el desmadre Pero volvió :D Si, pero sólo en entradas especiales ;-; Pero weno ^^ nada de desanimarse flanes y mijos ¬¬ ¿saben que día es hoy? ¿El cumple de Lau :v? ESTAS SON LAS MAÑANITAS, QUE CANTABA EL REY DAVID ¬¬ (le da un putamadrazo para que se calle xd) ¬¬ me las vas a pagar...Aja si, luego se arreglan en un motel :v, pero weno...
Aparte de que es el cumple de mi hermosísima Laurita ^^ pues es el aniversary de el blog...si, así es, YA LLEVAMOS 3 AÑOS EN BLOGGER ^^ y para celebrarlo, hice 3 one shots (pedidos de flanesitos) y eso ^^....
¿La tardanza? si...demasiada, les explico. Desde que salí de vacaciones, mi madre me trae en jaque trabajo sin descanzo prolongado  ya sea en la casa haciendo el quehacer o en su restaurant si, tenemos un restaurant :D pero es de mi tía X"D  así que trabajo de ama de casa(? y mesera fujoshi uwu (?x2 
PERO WENOO, aquí les traigo mi compensación uwu será una entrada larguita así que...disfruten :D


....¡Oh, hola! Mi nombre es Hideaki Kyofu...pero puedes llamarme "el demonio" 7u7 (le lanza una chancla) >:v YA CARAJO....ejem, yo seré tu guía esta vez, ¿por qué? Yadira sabe que habrá personas que no posean los mismos gustos, por lo que organizó este tour para esas personas, permitiéndoles saltarse alguna cosilla hasta llegar a su parte favorita...acompáñeme.


Las zonas son las siguientes....

Pedidos de flans - 4:30 a 7:40

- Frio Invierno (Yaoi hard)
- Duerme conmigo esta noche... (Shonen-ai)
- Drink me (Shoujo-ai) 

Festejos/Cumpleaños - 7:40 a 9:40

- Especial de locura (Organizado por Kirby y Martín)

Tres años - 9:40 a 12:50

-Especial blogger (Recuerdos, inicios...)

Vamos, querido flan...acompáñame a este mundo de ensueños aquella voz tan seductora digna del demonio azabache inunda todos tus sentidos, confundiéndote momentáneamente. Aquellos ojos carmín penetran sobre tu mirada; percibes una extraña sensación. Eso no está en el guión ¬¬ La masculina voz  del joven caballero se hace presente, renegando tales acciones de su contrario. Sabes que no te incumbe, sin embargo, tu curiosidad te guía a escuchar aquella conversación. 

¡Ya párale pinche narradora! >:v Pues empiézale puto >:v que esos dos weyes no empiezan.

Primera zona, Pedidos de flans....Decía mientras cargaba en manos al caballero, quien forcejeaba ante aquel agarre con el propósito de zafarse. ¡Suéltame alv! Esas palabras ¬¬ 


Frío invierno

Hideaki x Meta Knight x Martín

“No debí hacerlo…sin embargo…quizás no me arrepiento, después de todo los tres lo disfrutamos” Aquellas palabras tan inmorales rondaban la “inocente” mente del joven ángel. El invierno yacía presentándose ante los múltiples habitantes dignos de Mushroom. Gritos alegres provenientes de jóvenes niños quienes disfrutaban el no tan cálido día en familia. Jugueteando con la nieve del mismo modo que esta caía, inundando sus ropajes de un sublime color blanquecino. Las ventanas se empañaban gracias al frío invierno, permitiéndole a Martín dibujar cuan niño sobre estas. Recordaba con nostalgia aquellos días de calma; siendo un infante residente en Edo, gozaba plenamente aquella nieve blanquecina como si fuesen sus finos cabellos. Su único afán era el disfrutar del invierno junto con Hikaru. Soltó un ligero suspiro, pues anhelaba salir a jugar como lo hacía hace años. Recordaba con melancolía aquellos alegres días donde Edo era un lugar “pacífico” sin muchas preocupaciones en general. Colocó su mano sobre el ventanal, produciendo que la huella de esta permaneciese impresa. Jadeó ligeramente ante el frio percibido, pues cada cierto tiempo se intensificaba. Permanecía ansioso a que su hermano mayor entrase al cuarto con una cobija en manos, ya que en instantes anteriores le había encargado una de estas con la única intención de protegerse y evitar enfermarse. Sin embargo había pasado ya media hora y aún no cumplía con su cometido. Jugueteaba utilizando sus pies con desespero, tal y como un infante lo haría mientras espera pacientemente a su madre.- Hikaru…donde estás…-Desconocía la ubicación exacta donde yacía su hermano, por lo que su preocupación se intensificó casi al instante. Realmente exageraba, como comúnmente lo hacía, de todos modos ¿Qué podría pasarle a su hermano? Su defensa personal era impecable, logrando acabar incluso a una oleada completa sin requerir ayuda de terceros. El tiempo transcurría paulatinamente, ocasionando que el joven ángel comenzase a caer sobre los brazos de Morfeo. Justo antes de que aquellos sublimes ojos zafiro extinguiesen su tan característico brillo, un  joven azabache ingresó al cuarto, causando que el albino se sobresaltase.- ¡H-Hideaki! ¡Te he dicho muchas veces que toques la puerta antes de entrar!...-Su corazón bombeaba con presteza cuan tambor. Sentía como un mínimo miedo recorría sus rojizas venas. “Ya pues, lo siento, es que estoy buscando a ese wey” Algunas veces el joven Kyofu podría pronunciar un vocablo inentendible para cualquiera, sin embargo, sólo dos personas poseen la “habilidad” de comprenderlo al instante. Martín e Hikaru.- Te refieres a mi caballero ¿Cierto? –“Ándale, a ese mismo” Después de todo era su hermano, y eventualmente con el pasar del tiempo, comprendía fácilmente su vocablo.- Y para que lo buscas…-Preguntó inocentemente…sin saber las claras intenciones del contrario. El azabache miró con lujuria al joven ángel, quien comenzaba a sospechar, manifestándolo atreves de su penetrante mirada. “Digamos que…me debe “algo” muy importante…dejándome con las ganas de saber el final…”  Se acercó cautelosamente a Martín, evitando el sobresaltarle.- ¿Hideaki?...-Ahora, los rostros de ambos yacían lo suficientemente cerca para su goce. El anterior nombrado ocasionó un dulce roce de labios, un cálido y amoroso roce a decir verdad. Antes de que el joven ángel articulase alguna oración, el demonio azabache plantó un sutil beso sobre los labios de su contrario, haciéndole respingar ante aquella acción ejercida. Una inmensa guerra entre ambas lenguas se desataba dentro de aquel lujurioso beso. La saliva manaba por su boca, causándoles un mínimo placer. Atajaron el beso gracias a la escases de oxígeno, dejando como prueba un fino hilo de saliva forjado por ambos. “¿Te gustó?”.-Yo no…no lo sé –Percibía una extraña sensación, como si las tan famosas “mariposas en el estómago” revoloteasen alegremente sin suspender su vuelo. Habían pasado ya varios años desde su último beso, sin embargo, era casi una diminuta caricia a comparación del anterior. “Mmm, supongo que deberé ir con más fuerza” Antes de siquiera volver a reaccionar, el azabache se lanzó hacía él, comenzando a repartir besos entre su cuello. Cerró fuertemente sus hermosos ojos color zafiro a causa del poco placer que percibía, extinguiendo su brillo momentáneamente. Sin autocontrol alguno, producía leves gemidos gracias a aquel tacto, manifestando su deleite ante estos. “Al parecer te está gustando…y mucho”.- Hi…Hideaki…-Decía entre gemidos sinvergüenza. Se extasiaba con el placer otorgado por parte de su “hermano”. “Te gusta ¿cierto?” Dirigió su mirada carmesí al rostro avergonzado digno del joven ángel, observando detenidamente el sublime brillo que manaba de sus ojos.- Si…-Jadeaba levemente ante el placer, deseando que el azabache siguiese con su labor hasta darlo por terminado. Abrazó levemente a su contrario, recibiendo un leve respingo, manifestando su sorpresa. “Sé perfectamente que esto no está bien…que desde que yo e Hikaru compartimos un cuerpo somos hermanos….sin embargo, ya no hay marcha atrás…además que tengo un “problemilla”…” A qué se aludía con “problemilla”…al parecer la inocente mente del Uirusu no lograba comprender aquellas palabras pronunciadas. Sin embargo, concibió su significado al percibir un extraño bulto sobresaliente del demonio azabache. Ante esto último, su rostro se tiñó de completo carmesí, maldecía poseer una piel blanquecina. Su timidez aumentó cuando su mano fue tomaba con delicadeza.- ¿Hideaki…? –Miró al mayor con aquella mirada que tanto le cautivaba; repleta de inocencia y belleza cuan infante. “¿Podrías ayudarme?” Pronunció lujuriosamente seduciendo al joven ángel.- ¿Ayudarte?... con qué…-Su frágil mano fue guiada a la entrepierna del demonio, percibiendo aquel bulto con más claridad.- Y-Yo….-“No tengas miedo…sólo necesito una mano” Martín comenzó a palpar suavemente la entrepierna del contrario, arrebatándole varios suspiros ante su tacto. Aquella relación de hermandad que poseían iba disipándose entre cada gemido…cada suspiro. Adentró su mano hasta tocar el miembro del demonio.- Está erecto…-Pensó con indecencia. Rebajó la cremallera del pantalón para acto seguido dejar al descubierto el miembro erecto. Una medida jamás vista por sus ojos zafiro, sorprendiéndole ligeramente. “¿Pasa algo?” Preguntó comprensivo.- ¡N-No! Es sólo que nunca…-Antes de siquiera terminar su oración, aquella voz tan seductora digna de Hideaki le interrumpió abruptamente. “Nunca habías hecho algo parecido… ¿Cierto?” Martín asintió al instante. Era tan bello, aparentaba ser alguien indefenso…le encantaba aquella actitud suya. “¿Sabes lo que es una felación?”-S-Si… ¿Por? –Temía por las acciones del contrario, pues gracias a su deducción los propósitos que este poseía no eran sensibles en ningún sentido. “Bueno…ahora me demostrarás  lo que sabes del tema” El joven Uirusu fue sujetado de sus cabellos con fuerza, para después ser dirigido impetuosamente a la entrepierna del azabache. Ahora, yacía frente a sus ojos aquel miembro erecto. Desde el comienzo de esto, sabía con exactitud que el vocablo “Hermano” permanecería prohibido. “Entonces ¿Qué esperas?” Soltó con delicadeza los cabellos blanquecinos del ángel, relajándole momentáneamente. No poseía ninguna otra alternativa, debía hacerlo si anhelaba el término de esto. Plantó un tierno beso sobre el miembro, arrancándole un leve suspiró al mayor. Lo palpó con suavidad utilizando su dedo índice para después tomarlo firmemente moviendo su mano de arriba abajo, desde la base hasta la punta ejerciendo un ritmo lento y suave, elevando la presteza entre momentos. Para bien o para mal, el joven albino sabía claramente lo que hacía, pues veía atento como el líquido preseminal comenzaba a manar del miembro de Hideaki. Era una prueba tangible del placer que percibía. Sonrió dulcemente como si de un logro se tratase…y quizás lo sería. Desplazaba su mano acompañada de un ritmo realmente exquisito, anhelado hacerle sentir el  mayor placer que le fuese posible, apretando de a poco y liberando presión. Nunca en su vida imaginó que su hermano le hiciese sentirse de esta forma (o por lo menos no verse atraído de forma sexual hacía él)  sin embargo, aquello se sentía tan bien…Introdujo toda la virilidad del demonio a su boca, rozando toda la extensión con su lengua. Aquel sabor agrio digno del líquido preseminal invadió todos sus sentidos. Cerró los ojos con fuerza del mismo modo que frunció levemente el ceño al percibir como su contrario estaba a punto de correrse, y pese a todo, yacía indispuesto en derramar una mínima gota. Recibió todo aquello en su boca con el máximo gusto, saboreando como si de su bebida favorita se tratase…aunque probablemente lo sería.- Eso fue extra –Pronunció dócilmente. La mirada del demonio azabache le cautivaba por completo, era tan penetrante, repleta de lujuria. “Oh Martín… Eres tan hermoso, tal y como un ángel debe ser…no sabes cuantas ganas tengo de hacerte mío y de nadie más”- ¡Pues hazlo si así lo deseas! –Respondió casi al instante. Quería ser de él, que lo reclamase como su propiedad…. “Entonces…lo haré” Ambos jóvenes unieron nuevamente sus labios en un beso lleno de lujuria y deseo. El albino sentía tanto placer al percibir como su contrario devoraba aquellos labios carnosos, aumentando el lívido lentamente. La mano del demonio ingresó bajo su camisa, rozando cada rincón. La elevó levemente, dejando al descubierto su pecho desnudo, aquella piel blanquecina que tanto le hacía enloquecer. Le arrojó sobre las almohadas con el propósito de mejorar su vista ante el ángel. Aparentaba ser tan indefenso, aquellos ojos abrillantados que reflejaban inocencia cuan infante. Apartó con delicadeza el pantalón del joven Uirusu, quien yacía más que excitado, manifestándolo en su rostro teñido carmesí.- ¡O-Oye! ¡U-Un momento!... ¿Hay alguien más en el castillo? –“Pues…Meta era el único que estaba aquí y pues, como me mandó a la verga pues ya se fue…seguramente” La última palabra yaciente en su oración fue pronunciada utilizando un tono bajo, pues su intención no era sobresaltar al joven albino. Antes de proseguir con sus acciones, despojó aquella chaqueta de cuero negro que siempre portaba, otorgándole a Martín una sublime vista. Un cuerpo bien marcado, capaz de enloquecer a cualquiera… ” ¿Te gusta?” Preguntó con lujuria, ocasionando que su contrario empezase a titubear. Abrió ambas piernas de este, otorgándole una vista bastante hermosa. Martín se aferró cuan gato a las sábanas, pues aunque no sabía con exactitud la intensidad del dolor, prefirió ser precavido. El azabache colocó su miembro sobre la entrada del ángel, para acto seguido pronunciar susurrante. “Dime si te duele…pararé si lo deseas”  Dicho esto, le penetró con sumo cuidado, evitando lastimarle.- ¡Ahhhh!~ -Gritó al sentirse lleno con aquel miembro. Dolía, sin embargo, el demonio (por más sorprendente que aparente ser) se contuvo, pues sus intenciones iban al contrario de herirle gravemente. Anhelaba hacerle gemir su nombre al a par de las embestidas. “¿T-Te duele?...” Preguntó cuan padre sobreprotector.- U-Un poco…n-no te preocupes….-Hideaki comenzó a embestirle con leves estocadas, y una vez que ambos se acostumbraron, éstas se convirtieron en alíferas arremetidas. Y es que el menor le enloquecía.- ¡Hideaki!~ -Gimió con ímpetu el nombre de su compañero. Ahora, yacía aferrado cuan gato a su espalda, rasgándole momentáneamente entre cada embestida que se le otorgaba. Ambos se fundían sobre una eterna nube de placer forjada por ellos mismos…sensaciones nuevas, manifestando su deseo entre cada gemido…cada suspiro. “Martín…” El interior del joven ángel era tan caliente, tan estrecho, tan húmedo. Le hacía gozar como nunca en su vida. Ágiles movimientos provenientes de metálicas botas se aproximaban con presteza a la habitación donde yacían aquellos dos amantes fundiéndose sobre el placer. Portaba su tan característica camisa azulada, sin embargo, la diferencia era que yacía con rasguños junto a varios botones desprendidos.  “Martín…más bajo, por favor…pueden escucharnos allá fuera” Reclamaba su contrario ante los insistentes gemidos.- ¿Pues no que según estábamos solos? –Justo después de pronunciar aquella oración, un tercero ingresó al cuarto sin el propósito de interrumpirles. “Te quejas de que te “deje con las ganas” y no sé qué chingados, ¡Te chingaste mi camisa hijo de…!” El caballero atajó su hablar por un instante al percatarse de la escena que sus ojos apreciaban con máxima claridad. Yacía apunto de articular su siguiente frase cuando acto seguido el oji-carmín suspendió las acciones antes ejercidas para intentar explicarle la situación actual. “Silencio…no querrás meterte en un problema” Al término de su oración, el azabache fue vistiéndose de forma sesga, a la vez que salía de Martín con lentitud, quien optó por permanecer silencioso momentáneamente. Se acercó con sin sigilo a la ubicación del peli-azul. Este último yacía tocando la blanquecina pared con su espalda, indicando que no poseía salida alguna. Hideaki le arrinconó utilizando uno de sus  brazos, para acto seguido pronunciar sobre su oído. “No sabes cuantas ganas de corazonearte el mazapán” (el chiste aquí es que normalmente cuando abres un mazapán se rompe…y pues Hideaki quiere romperle el mazapán a Meta :v ¿Lo captan? xd?) El caballero dio un leve respingo ante aquellas palabras, para después obtener un cálido beso en los labios por parte de su contrario. Los minutos transcurrieron paulatinamente acompañados del reloj. Aquella habitación repleta de gemidos y extensos suspiros, piel chocando, labios chorreantes, sangre manada entre heridas, fuertes jadeos, lujuriosos gritos. El joven albino por lo general yacía en el medio, causando que fuese el mayor receptor de placer. Sus ojos llorosos gracias a la inmensa excitación. El demonio azabache era quien otorgaba el placer y deseo a sus contrarios, anhelando la eternidad.  Aquel orgullo tan abrillantado iba disipándose de apoco, yaciendo a merced del placer. Las posiciones variaban, aumentando el lívido de aquel trio…Sin duda sería una noche inolvidable, impresa sobre sus mentes. El frio del invierno era incapaz de penetrarles. Sábanas repletas de líquidos múltiples manantes gracias al placer, ropa rasgada, lágrimas manantes… Los rencores yacen olvidados, ahora sólo resta el amor forjado, el orgullo se disipó hace tiempo… ¿Cierto? 

“No te acerques mucho a mí, porque sólo tú sabes sacar  el lado más prohibido que hay dentro de mi” 



Duerme conmigo esta noche…

Human! Meta Knight x human! Kirby

Kirby era exigente, Meta Knight era sesgo…o al menos eso especulaban los demás. Kirby admiraba el ruido, Meta Knight prefería el silencio. Las sábanas protegían su cuerpo, arropándolo sobre el frío. Percibía una extraña calidez, como si fuese un pequeño infante el cual dormía con su madre, quien le cuidaría de aquellos “monstruos” que acechaban durante la eterna noche. Comenzaba a sentir temor, sin embargo, al recordar que aquella calidez provenía de su hermano menor (quien yacía abrazándole), su inquietud se desvaneció por completo.

- ¡Quiero dormir contigo! ¡Se supone que deberías protegerme! –Renegó con ímpetu el más bajo de aquel par. “¡No voy a dormir contigo! Además, el hermano mayor debe proteger al menor ¡No al revés, pendejo!” Respondió utilizando el mismo tono. Ambos poseían una buena relación de hermanos, auxiliándose tanto en las buenas como en las malas. Sin embargo, hay circunstancias las cuales sacan de quicio, originando una disputa entre ellos. Tal y como sucedió en ésta ocasión. El joven peli-rosa aborrecía la soledad, por lo que no era capaz de comprender como su contrario la amaba, prefiriéndola incluso más que a la sociedad. Al percatarse de aquello, decidió con el propósito de hacerle compañía, dormir con el caballero. ¿La respuesta? Un rotundo “no”. Bufó ante aquellas palabras, pues deducía que aceptaría sin chistar. Sin embargo, no tomó en cuenta un elemento muy importante en cuanto a la aceptación del caballero. El orgullo tan abrillantado que poseía desde su ingreso al instituto “Dansei Kikan”.- ¡Me vale un sándwich y un frutsi congelado que no quieras dormir conmigo! ¡Lo harás porque lo digo y punto final! –Su contrario cruzó ambos brazos en señal de hostigamiento. “Pues al menos dame una buena razón para dormir contigo” Utilizando una entonación burlesca acompañada de su tan conocida sonrisita infantil, respondió a la petición del peli-azul.- Te conseguiré una cita privada con Martín ¿Qué te parece? –Ante aquella “propuesta” si  acaso se le podría llamar así, el rostro del joven caballero se tiñó carmesí instantáneamente. “¿¡E…Estás loco o qué!? ¡Sabes bien que no me gusta ni me gustará!” Persistiendo con su propósito de molestarle, el más bajo pronunció pícaro acompañado con sorna.- Pero si bien que tienes ganas de darle…y no consejos –“M…Mira, dormiré contigo sólo si dejas de chingar la madre” ¡Bingo! Pensó internamente. Conocía a la perfección múltiples puntos bajos dignos de su hermano, por lo que gracias a ello, era capaz de convencerle fácilmente sin violencia o golpes entre sí.- ¡Bien! ¡Nos vemos en mi cuarto a las 9! –Al caballero no le quedó más opción que aceptar el horario impuesto por su hermano. Las horas transcurrieron con tranquilidad, Kirby como normalmente lo hacía, escuchaba música al más alto volumen, fustigando la tranquilidad de Meta Knight, quien por supuesto comenzaba a hostigarse. “¡Oye wey! ¿Puedes bajarle el volumen a tu pinche música? ¡Molestas mi lectura!” Gritó impetuosamente. El peli-rosa percibió los fuertes gritos de su hermano, sin embargo, decidió ignorarle.- ¡Pues si tanto te molesta! ¡Sacarrácate! –Contestó con sorna, ocasionando que el oji-perla atajase su lectura momentáneamente para acto seguido salir de la pieza en dirección al cuarto del joven héroe. Abrió aquella puerta utilizando un potente golpe, rompiéndola instantáneamente. “¡Haber cabrón! ¡A mi respetas! Además ¿Acaso eres el jefazo de aquí o que chingados? ¡Primero avísame para no decirte nada, su majestad!” Su hostigamiento aumentaba constantemente, abatatando al peli-rosa.- O…Oye…tranquilo, lo dije de broma, no era para que te lo tomases tan en serio…-Pronunciaba aquellas palabras con el propósito de tranquilizar a su contrario. Apagó la música, permitiéndole al sublime silencio dominar cada esquina faltante del cuarto. Ambas miradas se cruzaban de vez en cuando, anhelando la voz del contrario. Kirby bajó la vista con tristeza.- Yo…-Antes de articular su siguiente oración, un tacto le atajó. Su hermano le había abrazado. “Lo siento…no debí ser tan duro contigo…como compensación, me quedaré aquí desde este instante…sé que te preocupas por mi “extrema” soledad…por lo que no me queda más que decir…gracias…” ¿Acaso yacía soñando? Era tan increíble, su hermano dedicándole un “gracias” sin regañadientes.- Oye… ¿puedes pegarme? –En el caso de que fuese un sueño, aquel golpe le despertaría, haciéndole suspirar…. Su contrario rió levemente ante aquella infantil petición. “¿Pero qué dices?...je…sin duda sigues siendo un niño pequeño…ese que tanto amo” Kirby se aferró cuan gato a las prendas del más alto, percibiendo el dulce olor de aquella loción que utilizaba.- ¡No me mientas, wey! Sabes que me duele cuando me juegas una broma de este modo…-“¿Y cuando dije que te estoy jugando una broma?”…Aquello le asombró, dejándole perplejo momentáneamente.- ¿Meta Knight…? –Rompió el abrazo con el propósito de observar con máxima claridad aquellos ojos aperlados dignos del mayor. “¿Sí?” Debía solicitárselo; aunque terminase siendo un completo fracaso, merecía la pena el intentar.- ¿Podrías besarme? … -Sabía perfectamente la relación de hermandad que poseían, sin embargo, no le importó nada en lo absoluto. Dedujo que aquella petición le sería negada…cual fue su sorpresa al sentir un cálido y amoroso tacto sobre sus rozados labios. Se aferró a los azulados ropajes del caballero, manifestando el disfrute de aquel rose.- ¿Dormirás conmigo esta noche? –Preguntó jadeante. Aquel beso les había arrebatado un fragmento de su oxígeno poseído. “Sin duda” contestó el más alto. 
Recordó lo anterior con una bella sonrisa, tomando suavemente la mano de su hermano.- Sé que no fui ni soy el mejor hermano mayor que pudiste desear, pero hago mi mejor esfuerzo ¡Lo juro! –Dio vuelta tras de sí, hallándose con aquel rostro apuesto que tanto adoraba. Depositó un dulce beso sobre los labios del contrario como muestra de amor.- Y lo seguiré haciendo…hasta que alguna fuerza maligna sea lo suficiente fuerte como para separarnos…lo prometo….-Los aperlados ojos del caballero comenzaron a abrirse, revelando su hermoso brillo tan característico. “mgh… ¿Cómo dormiste?...” Preguntó adormilado, sin embargo, le importaba demasiado el estado de su contrario.- Pues bien…incluso mejor que otras veces….- “Me alegra escuchar eso…” Respondió con una cálida sonrisa. 


Drink me

Rosalina x Peach

“No necesitas una posición para enamorarme, Rosy…yo, ya lo estoy” Aquellas bellas palabras tan bellas dichas por la rubia yacían rondando su cabeza con desesperación a encontrar una mísera respuesta y tratar de comprenderlas. Desde hace tiempo sentía una extraña sensación en su ser cada que estaba junto con ella. Aquella sonrisa tan encantadora encargada de adornar sus labios rojizos. Los ojos color zafiro poseyentes de sublimes destellos. Sin embargo, no todo era perfecto en aquel ser tan amado. Su corazón era frío cuan invierno. Sus palabras conservaban hipocresía, causando estragos entre sus mismos aliados. Le dejaba pensativa “¿será real lo que me habrá dicho?” Nunca creyó ser rival para los dos más grandes amores de la joven rubia, el joven Meta Knight y Mario, quien era su actual esposo. El competir por el amor con dos de los mejores héroes le parecía absurdo, pues deducía que perdería automáticamente. “¿Me habrá dicho aquello por compasión?” Pensarlo le dolía, tal y como una aguja. “No lo entiendo…sé que el forzar a alguien a enamorarse es horrible, pues no correspondes a su amor, sin embargo, el que me haya dicho aquello fue muy duro para mí…qué fue lo que hice para merecer este destino…” Su vista ante el amor era diferente. Fue elegida por la joven rubia a ser su científica real. En aquel entonces, yacía más que emocionada por obtener el puesto, sin embargo, con el pasar el tiempo, el brillo entre la cruel y traicionera oscuridad fue dispersándose, dejándole a merced del destino. Como si no fuese suficiente, su amor no era correspondido…o al menos así lo creía. 

Tomó el frasco poseyente de aquella posición en que tanto había trabajado. Al fin sería “correspondida” si así se le podría llamar.- ¡Princesa! –Habló con emoción. Su contraria volteó tras de sí, originando el choque de ambas miradas. “¿Rosy?... qué se te ofrece” Sonrió cálidamente, como si supiese el plan que tejía. El agua conservaba un tono azulado, atractivo ante la vista. ¿Aceptaría acaso tomar la posición creada? – Yo… tengo un experimento, lo he probado varias veces y su función es verídica… ¿Podría comprobarlo? –Aquella voz temblorosa tan característica en ella no dudó al salir de entre sus labios. Sentía tanta inquietud al estar con la hermosa joven. Le idolatraba cuan diosa; y quizás, podría considerarle una diosa dentro su criterio estelar. La soberana tomó en manos aquella pócima, observándola detenidamente. Frente al frasco, yacía adherida una pequeña estampa la cual comentaba “Drink me”. Rió levemente, para acto seguido pronunciar cuan madre “No necesitas una posición para enamorarme, Rosy…yo, ya lo estoy”.

-Princesa…por qué…-Su voz entrecortada, aquellas lágrimas cristalinas manantes en sus ojos zafiro. Los leves sollozos. Tantos elementos que permitían desahogar lentamente su dolor interno. No quería llorar, sin embargo, el sufrimiento era inmenso. Le dolían aquellas palabras, pues en su criterio deducía que le fueron dichas con hipocresía y compasión. Amaba de corazón…
¿Encontraría alguna vez el verdadero amor…? 

“Tal vez lo nuestro era conocernos…pero no estar juntas”

Siguiente zona Festejos/Cumpleaños...Pronunció con hostigamiento, le irritaba realizar este tipo de eventos, pues en us criterio no le era muy cómodo realmente. 

Mis queridos flanes uwu estamos en este pinche especial de Locura bien pinche loco organizado por mi y mi compa y amigo Martín Uirusu hola ^^ Como cualquier cumpleaños pues hay pastel, demadre a lo loco :v, comida 7u7, regalos chidos y uno que otro culero gracias a la avaricia ¿verda? Pero weno, Saben que los amodoramos un chingo uwu, y por ello, tenemos la responsabilidad de hacerles un regalo bien chido cuando es su cumple Y hoy es el cumpleaños de alguien muy especial tanto para nosotros como para la creadora, ¡Laura Segaly!
-Yo nisiquiera llegaba y tu ya estabas leyendo nuestras pendejadas :´´v 
- Una de los flanes má atentos en cuanto al blog y que...como muchos de ellos, se encariñaron conmigo  ^^ 
-La que me quería como chef personal....ah no espera, esa era Luisi 
- LA CO-CREADORA DEL SARIO >:´D
- La bloggera de lo shido 
- No olvidemos las pendejadas :D
- La cagaste ¬¬

;-;

Pero weno...ya pos, hoy le dedicamos un video bien shido :D pues porque sí y ya xd ¡CORRAN EL PINCHE VIDEO ALV >:v! 



.-. khe, weno...pasemos con la canción que te dedica la Yas ^^ así que AHORA ¬¬ si cargen la pinche canción.



Al fin  hicieron algo bien pinches mijos ¬¬ weno, ahora vamos con las palabras chidas de la Yadira uwu ¡VAS VATA! :D (?

La amistad es una de las cosas más importantes que podemos tener en la vida, ya que si encuentras una buena amiga, seguramente ella te acompañará durante toda tu vida y te ayudará siempre que lo necesites.
Ese es un amigo
Ese que cuando te vas se despide con tristeza y que a tu retorno te recibe con alegría. Ese cuya irritación jamás deja notar.
Ese es a quien yo llamo un amigo.
Ese que mejor da que pide, que es el mismo hoy y mañana. Ese que comparte tus penas igual que tus alegrías. 
Ese es a quien yo llamo un amigo.
Ese que siempre está dispuesto a ayudar, cuyos consejos siempre fueron buenos. Ese que no teme defenderte cuando te atacan.

Ese es a quien yo llamo un amigo

Y esa persona... eres tu, Laurita
Aguantaste muchas de mis pendejadas, y por eso te doy las gracias, te amodoro
Tú me has enseñado que una amistad no consiste en estar siempre juntas, si no en poder estar separadas tanto tiempo como haga falta sin que nada cambie para nosotras. Tú me has ayudado a ser feliz. Te quiero mucho.

AY :´v ¡Feliz cumple Laura! ^^

Ahora, la última zona 7u7 Tres años Esperamos les guste... 

Hace ya tres años que llegué aquí :´D, escribía para mi misma al parecer, pues no poseía ningún comentario ni mucho menos seguidores, sin embargo, eventualmente, el blog comenzó a crecer :´D. Llegaron ustedes, mis queridos flanes, y hasta hoy en día siguen aquí :´3 , muchos se han ido, tal es el caso de nuestra querida Iris y Noa :´´333 pero las recordaremos, quedarán en nuestro kokoro . 

Nunca olviden que les amodoro un chingo, por que esta mija nunca se irá :´3, pues siempre estaré con ustedes. Aunque las cosas salgan mal, mira hacía delante, encontras a las personas que te ayudarán en cualquier cosa.

Hasta aquí Yadira la loquisha :´´´3 espero les haya gustado, y que les sigan gustando mis historias, que para la prox semana se viene el cap 3 de Librándose de las cadenas >u< 

Así que...ADIOS y...¡NOS LEEMOS LUEGO! :D 











































































Alex me encontró llorando mientras escribía esta entrada, a lo que me preguntó...

-¿yas? Por qué lloras
-Por mis flans...que siempre han estado ahí conmigo...igual que tu
-Ay Yas

Después de eso, recibí un abrazo por su parte...





 






















5 de junio de 2018

🌟⚔🔓 Librándose de las cadenas - La oportunidad dorada: Capítulo 2 🌟⚔🔓

Librándose de las cadenas
La oportunidad dorada

Capítulo II

♔♚♕♛♗♝♘♞♙♟♖♜


La joven Gürovich permaneció en shock durante un tiempo prolongado. Aún no era capaz de creerse que su enemigo siguiese con vida. Aquellos inhumanos vapuleos debieron matarle, sin embargo, no cumplieron con su misión. Jadeaba temerosa a la vez que temblaba a causa del mismo terror. ¿Cómo era posible que su contrincante aún estuviese vivo? ¿Cómo es que soportó aquellos vapuleos? Cualquier persona hubiese muerto incluso con el primer golpe, sin embargo, no tomó en cuenta un punto muy importante…Su contrario era Meta Knight, el caballero más poderoso de todo Dreamland y Mushroom. Los años de sufrimiento le forjaron aquella seriedad tan característica. Duros entrenamientos a la poca de edad de 10 años, soportándolos todo este tiempo sin regañadientes ni oposiciones. “Debiste morir…” Como si estuviese a punto de romper en llanto, su espalda rozó con el tronco de un árbol, informándole que no poseía escapatoria alguna. Su expresión facial dejaba observar el miedo extremo que sentía. Se veía tan débil, indefensa, como si tan sólo fuese una pequeña infante que intentase ser un caballero, aunque sabe perfectamente que nunca será capaz de lograrlo. Los metálicos pasos de su contrincante iban adquiriendo más intensidad conforme se acercaba, sus labios adornados con aquella sonrisa maniática nunca antes vista por su adversaria. Galaxia no yacía en sus manos como normalmente lo hacía, ahora, su único propósito era asesinar a la joven Gürovich…sin ninguna pizca de piedad. Sus guantes rasgados gracias a los vapuleos que momentos atrás había recibido, parte de su rostro gravemente lastimada, ropajes rotos que hacían notar con más magnitud sus heridas. De pronto, la sonrisa en el rostro del caballero desapareció, saliendo de entre aquella tormenta, mostrándose no muy distanciado de Luxían.- No quisiera hacerte daño –Usando aquella solemne entonación, ocasionó que la joven Gürovich creyese que su vida había sido perdonada, que aquella batalla sólo había sido un plan del caballero, haciéndole sonreír esperanzada, sin embargo, toda felicidad se desvaneció con la siguiente oración.- Pero no tengo opción –Aquella sonrisa maniática regresó, el temor en Luxían también lo hizo, remarcando la cuenta regresiva hacia su muerte. Gracias al apoyo de sus inmensas alas, el caballero se acercó con presteza casi inhumana hacia su contrincante, derribándole al instante, sin dejarle si quiera un mísero segundo para reaccionar. La espalda de la joven guerrera se estrellaba fuertemente con los troncos de los árboles, haciéndole gritar de dolor. En un momento dado, el caballero le soltó haciendo que se estrellase contra un torno, causando un socavón en este. Por si fuera poco, el árbol cayó sobre ella, logrando que la intensidad de su dolor fuese aún más atroz. Meta Knight se acercaba de manera tortuosa, haciéndole sufrir con cada uno de sus pasos. Cuando al fin estuvieron frente a frente, el caballero tomó el cuello de la joven con un agarre firme, listo para matarle. Luxían forcejeaba fuertemente con el único propósito de lograr zafarse. Cuando estaba a punto de quedarse sin aire alguno que respirar, fue soltada bruscamente, haciéndole toser del mismo modo. Antes de recobrar el aire por completo y volver a situarse de pie sobre el verdoso suelo, recibió un potente puntapié directo en su rostro por parte del caballero, dejándole vulnerable sobre la rígida tierra.- No quería hacer esto…sin embargo, no tengo otra opción…-La joven Gürovich recibió un fuerte golpe, nuevamente dirigido a su rostro, sin embargo, esta vez, tal fue el vigor ejercido en aquella agresión, que su nariz comenzó a sangrar como si de un grifo se tratase. El caballero, al palpar suavemente con su mano enguantada la sangre carmesí digna de su contrincante, sonrió levemente, repitiendo la acción anterior repetidas veces. En su rostro, comenzaban a caer pequeñas gotas carmesí, dignas de aquel líquido vital acompañado de su tan característico sabor metálico, mientras que sus guantes se teñían lentamente de aquel color. Su sonrisa aún no desaparecía, como si disfrutase cada golpe que le proporcionaba a su contrincante. ¿Era consciente de lo que hacía? para su mala suerte…no. Desde que sintió como la sangre manaba de los guantes,  su “Mirror” tomó control del cuerpo nuevamente, por lo que toda decisión que su Mirror tomase, no estaría consiente de ella. Luxían intentaba detener aquellos inhumanos golpes, su rostro blanquecino manchado de carmesí, lágrimas cristalinas provenientes de sus hermosos ojos verdosos se fusionaban con aquella sangre. Gritaba sin descontrol, con el único propósito de salvar su vida. No quería terminar así…no debía terminar así. En un momento dado, el caballero soltó un último golpe, incluso con más intensidad que los anteriores, ocasionando que los movimientos bruscos de la joven Gürovich se detuviesen. Aquello causó que suspendiese las embestidas, para acto seguido observar sus manos repletas de sangre carmesí. Hace pocos momentos sus ojos poseían un color rojizo cuan crueldad, remarcando la presencia y dominación de su Mirror. Meta Knight comenzó a sentir un leve mareo a causa del agotamiento, gracias a que la adrenalina había abandonado su cuerpo, así como también su Mirror lo hizo. Recargó ambas manos en el suelo como punto de apoyo y evitar caerse, mientras soportaba aquel mareo. El que después de tantos años volviese a utilizar sus alas le había arrebatado la poca energía que le restaba, dejándole completamente exhausto. Jadeaba gracias a ello, gotas de sudor resbalaban por su rostro, haciendo que algunas de sus heridas ardiesen ante el sudor manado.- He logrado mi acometido…-Por un lado se sentía más que orgulloso de sí mismo, sin embargo, por el otro, se sentía cuan monstruo sin corazón, preocupándose únicamente por su bien, olvidándose de los demás. Estaba a punto de caer al suelo a causa del cansancio, cuando de pronto, una suave voz recordada por su mente le llamaba con preocupación. “¡Meta Knight¡” Levantó su vista de forma leve, divisando entre los árboles una sombra que venía directo hacia su posición.- No…no puede ser…-Cuando al fin fue capaz de observar con claridad quién era el poseedor de aquella sombra, sus hermosos ojos aperlados brillaron cuan estrellas, demostrando su felicidad interna. Una pequeña bolita rosada apareció frente a él con sus sublimes ojos color zafiro. Su hermano había vuelto, como si su única misión en aquellos instantes fuese consolarle.- Kirby…-Apenas terminó de pronunciar aquel nombre, cuando de pronto sintió como aquella bolita le abrazaba  fuertemente.- ¡Kirby!...-Su voz entrecortada no le sorprendía para nada al anterior nombrado, pues le conocía demasiado bien, aun cuando desapareció hace un año, sin embargo, sabía con exactitud que aquella persona seria que tanto apreciaba nunca cambiaría. “Hermanooo, ¿Cómo has estado?” Ambos jóvenes yacían en un abrazo tan anhelado. La pequeña bolita jugueteaba con los largos cabellos azulados de su hermano, quien  sollozaba a causa de la emoción.- No muy bien…sin embargo, aún estoy vivo –Aquellas palabras hicieron suspirar con alivio al mayor; ambos anhelaban volver a estar juntos, batallar un rato para después disculparse mutuamente…tal y como siempre lo hacían. El joven caballero interrumpió aquel abrazo, para acto seguido mirar al pequeño héroe. Este último, al observar detenidamente a su hermano, notó como parte de su rostro permanecía con heridas y moretones realmente graves. La máscara metálica tan característica de su hermano yacía  cortada por la mitad. Sin saber el significado real de aquellos golpes, preguntó con ingenuidad, acompañada de una entonación firme.- Meta… ¿Cómo fue que te hiciste esos golpes? –El anterior nombrado, al percibir aquellas palabras pronunciadas, bajó la vista levemente. No le era muy cómodo el recordar su anterior pelea con Luxían, quien gracias a la locura digna de su Mirror, murió del modo más cruel posible. Sin mucho ánimo señaló con su dedo índice el lugar donde el cuerpo de Luxían yacía acostado en el verdoso suelo. Kirby imaginó que la joven simplemente dormía un profundo sueño, por lo que le dedicó una tierna sonrisa, cosa que al caballero le pareció algo extraño.- ¿Por qué le sonríes? –Su hermano mayor le observó confundido. “Bueno…está dormida ¿cierto?” Al parecer no había tomado en cuenta un punto muy importante…la joven no tenía pulso, ni mucho menos respiraba. Por si fuera poco, si alguien se acercase lo suficiente a ella, observaría con detenimiento como su rostro yacía cubierto de golpes por completo. Aquel comentario hecho por su hermano le hizo mostrar una pequeña sonrisa, algo forzada claro está.- Efectivamente…ahora yace en un profundo sueño, donde ni el beso más amoroso de un príncipe lograría romper…-Trató de explicarle delicadamente a su hermano, quien al parecer no era muy consiente sobre la situación. “¿¡Y sí le das un besito?! ¡Quizás contigo logre despertar!” Aún con el pasar del tiempo, el joven héroe no parecía olvidarse del amor tan puro y noble por parte del caballero hacía la joven Gürovich. Apenas terminó su oración, cuando en el rostro del oji-perla surgió un leve rubor.- ¡T-Te expliqué que hasta ahora nadie es capaz de despertar semejante “hechizo”! –Recalcó. Odiaba mentirle a sus contrarios, se sentía impuro, después de todo, la mayor parte de su vida estuvo repleta de mentiras e hipocresías, causando un inmenso dolor en su interior. “Bien…bien…por cierto, lindas alas” Pronunció al percatarse de las sublimes alas dignas del caballero. Conocía la existencia de estas, por lo que no debía sorprenderse. Sin embargo, si se considera la “tontería” que el joven caballero ocasionó a sus alas, junto con el tiempo asignado de recuperación…puede que le dejase al menos un poco estupefacto,  acompañado de admiración, evitando ser excesivo claro está.- Gracias…-Sonrió levemente ante aquello. Ahora debía de aprender a cuidar más de aquel don tan envidiable que poseía, utilizarle con la mayor responsabilidad posible, y por supuesto, conocer sus verdaderos usos, evitando dañarlas en vano. Al poco rato, ambos hermanos decidieron retirarse del lugar, ya que el ambiente se percibía pesado, otorgándoles incomodidad. Ahora yacían recorriendo a pie aquel sublime bosque. Los pasos resonantes del caballero, remarcando su presencia. Mientras que, su hermano mayor, jugaba con sus cabellos azulados, quien yacía por encima de su cabeza. Eran jalones suaves, pues la intención del pequeño héroe no era lastimar al caballero, sino que era el simple propósito de distraerse un rato en cuanto a la cruel realidad se tratase. Los Edotenienses habían sido expulsados de la parte norte, ahora, el que fuesen erradicados por completo estaba en manos del sector sur. El ejército blanco había dado buena batalla, exterminando al ejército contrario tal y como se explicaba en su misión. Ciertamente aún no lograba comprender del todo cómo fue que había decidido buscar a sus dos torres para después terminar con la muerte de su peor enemiga, Luxían Gürovich. Ambos conversaban sobre lo que había sucedido en Mushroom durante la ausencia de Kirby,  cada detalle siendo explicado claramente por Meta Knight. “Entonces… ¿es tu novio? ¡¿Ya habías salido del closet y ni siquiera te habías atrevido a decírmelo?!” Exclamó fingiendo indignación. Aquellas palabras antes pronunciadas, causaron que el apuesto rostro del caballero se tiñese de color carmín.- ¡N-NO! No me gusta ni me gustará… ¡Además si hubiese “salido del closet” seguramente ya te lo habría dicho!, después de todo, creo que eres la única persona a la que le tengo suficiente confianza…” ¿Acaso Martín se veía como su pareja? Hasta ahora había adquirido dos insinuaciones. La primera por parte de Mario, quien notó la mordida que Hideaki le había creado (de la cual no tenía conocimiento alguno hasta aquella observación) y finalmente, la segunda pronunciada por Kirby, su hermano. Pasaron aproximadamente una hora conversando sobre asuntos tanto personales como del reino, tocando el tema de soberano temporal. “Así que eres el rey temporalmente… ¡Que genial! ¿Qué se siente? ¿Genial?” Su entusiasmo yacía por los aires, volando cuan nubes de algodón, suaves y delicadas. La respuesta a la pregunta anteriormente dicha, fue un rotundo “no” por parte de su contrario. El ser soberano de una nación era aún más difícil a comparación de cómo lo pintaban en los libros y películas. Era una tortura para el principiante, pues no todo eran ropajes finos y dinero infinito, también existen las obligaciones, viajes a diferentes reinos  junto con entrevistas que daban la impresión de poseer como único propósito el arrebatarle su valioso tiempo al joven monarca. Una tortura total…sin embargo, con el tiempo eventualmente la persona con aquel cargo iría acostumbrándose poco a poco. Luego de recorrer una mínima parte de aquel extenso bosque, decidieron regresar al castillo, donde el joven héroe conocería a los integrantes del ejército blanco, quien era dirigido por el caballero. Se percibía un pesado ambiente, como si no fuese Mushroom en donde yacían actualmente. Las nubes teñidas de un color grisáceo alertaban a los habitantes que una fuerte tormenta se acercaba. El joven caballero sentía como sus metálicas botas rozaban con la sangre que yacía esparcida sobre el suelo. Abundaba un enorme e incómodo silencio, acompañado de un leve eco, en el cual se podía percibir los gritos de dolor y guerra dignos de su ejército. Entraron por los jardines del castillo, notando que aún en aquella lejanía se encontraban charcos de sangre carmesí, marcas y miembros cortados, ya fuesen manos o incluso piernas. La peor de las arremetidas organizadas por los Shando había llegado a Mushroom. Si esto es sólo el comienzo…el final se llevaría a miles de víctimas inocentes, muertes injustas gracias a la guerra, ¿Fue acaso un error haber nacido en un mundo repleto de injusticia y guerra?… un horrible infierno creado por el hombre. La puerta se abrió tal y como si un fantasma estuviese a su disposición, ayudándoles. Los metálicos pasos del caballero se esparcían por todo el castillo, llegando a cubrirle con mayor intensidad gracias al enorme silencio apreciado, como si fuese una mansión abandonada, digna de una película. Su único acompañante en aquel desolado lugar era nada más y nada menos que el silencio, escoltado de su más fiel compañero, el eco. Era tan difícil de creer que en aquel castillo aún habitasen personas, que sirvientes se estuviesen encargando de cumplir caprichos del mismo modo que recorrían pasillo tras pasillo, con el propósito de asegurar el orden. “Mushroom no estaba en este estado cuando yo me fui” La voz de la pequeña bolita se hizo presente, rompiendo aquel horrendo silencio que abundaba sobre el castillo. Su hermano soltó un suspiró con pesadez antes de contestar.- Así estuvo siempre… simplemente fue que en ésta ocasión estuvo peor –Recordaba con temor como la sangre de su enemiga manaba por entre sus manos, gotas de esta misma cayendo sin piedad al verdoso suelo, tiñéndole con un rojizo carmesí. Las suplicas por parte de la guerrera quien no quería morir de un modo tan brusco y doloroso. Sus últimos suspiros de agonía aún inundaban su mente, causando que la culpabilidad en su ser aumentase, sintiéndose cuan monstruo sin corazón ni emociones que irradiar. En un momento dado, cuando justamente recorrían los pasillos superiores, la puerta principal nuevamente se abrió, dejando paso libre al ejército blanco. Las voces de los integrantes rompieron cada pizca de silencio, abundando por completo al castillo con gritos, suspiros y desorden. Aquellas voces aliviaron a ambos hermanos, quitándoles una carga de encima. Tanto sirvientes como guerreros entraban al castillo, charlando entre sí. Las múltiples voces se mezclaban, por lo que el entendimiento entre estas era escaso. Algunos cubiertos de sangre, otros con sus ropajes rasgados, armaduras destruidas, rostros repletos de golpes, sin embargo, agradecían estar con vida aún a pesar de las adversidades. Su determinación yacía por los aires, contagiando a todos los presentes. “¡Mushroom, Mushroom!” Podía percibirse con máxima claridad como gritaban fuertemente el nombre de su nación, aclarando que la defensa fue un éxito. Armas y puños al aire, un extenso número de guerreros y habitantes que lucharon por defender su patria, evitando que la maldad profanase sus tierras. La sangre de los héroes que habían perdido la vida ahora yacía regada entre los campos de maíz. El castillo volvió a su actividad diaria, sirvientes encargados de colocar un orden específico, los habitantes de este yendo con dirección a sus cuartos…un hermoso alboroto. “Este sí es el castillo, este sí es Mushroom” Los ojos de su hermano mayor irradiaron un hermoso centellar, indicando su alegría. Mientras que el joven caballero, sonreía con calidez del mismo modo que observaba a su ejército…a su ejército vencedor. El que se erradicase a los Edotenienses por completo de Mushroom, ahora yacía en las manos de la zona sur, a donde llegarían aproximadamente en algunas horas. El hermoso atardecer inundaba las ventanas del castillo, recibiendo los últimos brillos que el sol irradiaba, dejando paso a su compañera, la luna, quien alumbraría el cielo nocturno en su ausencia. Ambos hermanos admiraban desde su recámara la hermosa puesta de sol, despidiéndose lentamente.- ¿Sabes? extrañaba tenerte aquí…-Aquellas palabras eran tan sinceras, que incluso su tan característico tono serio había sido remplazado por una pronunciación cálida.- Era extraño el ver como cada noche tu cama yacía solitaria anhelando fuertemente tu regreso a Mushroom –Prosiguió al mismo tiempo que abría su ventana, dejando que una fresca brisa alborotase sus azulados cabellos. “Yo también te extrañé…era raro dormir en otra cama…rayos, no debí irme a recorrer los reinos” Ambos rieron un poco ante aquello. Decidieron distanciarse un rato, después de todo poseían privacidad. Ahora, Meta Knight yacía recorriendo los extensos jardines del castillo. Su ropa le comenzaba a incomodar demasiado, por lo que decidió cambiarse. Portaba una camisa azul marino y un pantalón de mezclilla. Sus largos cabellos adornaban parte de su rostro, con el único propósito de cubrirle. Ya que no portaba la elegante capa que utilizaba por lo regular, sus magníficas alas yacían extendidas libremente después de tanto años, anhelando con esmero el ser desenvueltas. Suspirando levemente, dirigió su mirada aperlada hacía la derecha, encontrándose con un gran socavón. Con presteza, se dirigió hacia la ubicación de aquel socavón, descubriendo que su creador fue un Chomp. ¿Cómo era posible que lo supiese si no fue un presente en aquella escena? fácil. La figura de aquel socavón marcaba al monstruo. De pronto, recordó que durante la búsqueda de sus torres, un Chomp estuvo cerca de matarle. La estatura de aquel monstruo rondaba los 5 metros, siendo capaz de matar con tan sólo su peso. El socavón media un aproximado de 6 gracias a la velocidad con que la pared fue destruida. Adentrándose por aquel cuarto, observó como la cadena correspondiente al monstruo yacía destrozada, acompañada con una especie de hilo. Miró aquel hilo detalladamente, percatándose de una cosa… la persona que dejó en libertad al monstruo fue nada más y nada menos que…- Martín…-Pronunció con rencor aquel nombre. ¿En qué pensaba el ángel en aquellos instantes? El soltar a una bestia de semejante tamaño, sabiendo aún que su entrenamiento principal era el asesinato, es extremadamente peligroso. Se había explicado que ese tipo de monstruos no debían salir en libertad a menos que fuese necesario, sin embargo, pocos Edotenienses habían logrado alcanzar el castillo, por lo que soltar al Chomp no era una necesidad primordial. No era de aquellas personas que daban un sermón para luego continuar su vida con normalidad…gracias a las múltiples enseñanzas de Garlude, fue que todo lo que en su criterio considerase “extremo” lo arreglaría con violencia. El dialogar no era lo suyo, a menos que no fuese algo serio o delicado, sin embargo, en esta ocasión era todo lo contrario.  Se dirigió al cuarto del albino aún con el fino hilo en sus manos.  De este se desprendían microscópicos brillos cuan azúcar caída. Subió con presteza al pasillo superior por medio de las escaleras, para después llegar a la habitación del culpable. Tocó tres veces consecutivas, conservando un tono impetuoso. “Pase…” Se escuchó. Abrió la puerta violentamente, soltándola del mismo modo. Al entrar, volvió a cerrarla detrás de sí. El joven albino, al observar la figura de su caballero yaciente sobre la puerta, posicionó en la cama el libro que momentos anteriores leía, para después levantarse de esta y acercarse a su contrario “¡Mi caballero!” Sonrió. Tan sólo terminó la oración, cuando de pronto, sintió como el caballero golpeaba su rostro, causándole un pequeño moretón, que aunque el golpe no poseía tanta fuerza, al no estar preparado, le recibió de lleno.- ¡¿En qué estabas pensando?! –Preguntó con ímpetu, del mismo modo que dirigía su mirada al joven ángel, quien yacía con una mano cubriendo la zona del moretón. “D-De qué hablas” Su voz poseía un tono abatatado, remarcando el miedo que sentía en aquellos instantes. Nunca antes se había sentido así, y menos con alguien a quien le había tomado la suficiente confianza.- No tengo por qué darte explicaciones ¡Sabes perfectamente lo que hiciste! ¿Por qué carajos dejaste en libertad al Chomp? ¡Sabías que está entrenado para matar a quien se le ponga enfrente y aun así lo soltaste! ¿Sabes cuántas personas inocentes murieron gracias a aquella idiotez? –Aquello lo destrozó. Quería romper en llanto, sin embargo, no se sentía capaz de realizarlo, y mucho menos frente a su contario. Sabía que había ejecutado una idiotez enorme. ¿Acaso no tomó en cuenta lo que se le había dicho semanas antes? No…su mente había quedado en blanco al divisar entre los árboles como un reducido grupo de Edotenienses se acercaba al castillo. En aquellos instantes llegó a su mente la idea de liberar al Chomp, otorgándole un reducido lapso de tiempo el cual gastaría al enfrentarse contra Josmar. Y así fue. Guerreros de diferentes zonas llegaron a luchar contra aquellos Edotenienses mientras el joven ángel recuperaba sus fuerzas…o al menos un poco de ellas. Ciertamente el soltar a aquel monstruo no fue una gran idea. Todo lo que se le dijo anteriormente era real, fue una estupidez por su parte el dejar en libertad a semejante bestia, quien seguramente, debía estar asesinando tanto a Edotenienses como a personas inocentes, que su único error fue entrometerse en el camino. “Yo…no” Antes de siquiera terminar la oración, de sus ojos color zafiro comenzaron a resbalar hacia sus mejillas lágrimas cristalinas, desatando su dolor interno. Aquellos actos dejaron en un pequeño shock al caballero, quien empezaba a apreciar como la culpabilidad invadía su pecho. Su ímpetu disminuyó, a tal punto de querer consolar al joven ángel….sin embargo, un sentimiento de nombre “orgullo” le hizo olvidar sus acciones. Abrió nuevamente la puerta, para después pronunciar poseyendo una mínima intensidad en su voz.- Lo siento…-Al terminar, cerró la puerta suavemente, dejando al joven Uirusu sumido en sus pensamientos y espesas lágrimas de sal. Fue muy cruel de su parte hacerle romper en llanto, y aún más sin darle la oportunidad de explicar su punto de vista y el por qué de sus acciones. Yacía caminando sin rumbo aparente por entre los pasillos, recordando la voz entrecortada del joven ángel. Prefirió salir a recorrer nuevamente los extensos jardines dignos del castillo. Y así fue. Suspiró al estar fuera, relajándose un poco. Tomó asiento sobre uno de los escalones que daban directo a la entrada del castillo, mirando como lentamente el sol se despedía de ellos, dejando paso a su más fiel compañera…la luna. Una fresca brisa causó que sus cabellos se alborotasen ligeramente, haciéndole sentir leves cosquilleos. Su mirada aperlada yacía dirigida al suelo, como si este fuese una obra de arte. La culpabilidad que sentía en aquellos instantes iba maximizándose con el paso de los segundos, que en la vista del caballero se asemejaban a horas, incluso días. Mientras que dentro del castillo, yacían en una habitación ambos hermanos. El joven ángel y el Okami.  Este último mencionado, sanaba el brazo de su hermano a base de magia, mientras que su contrario le describía con lujo en los detalles la situación.- Entonces no te curaste el brazo porque te dio flojera…-Su hermano asintió.- Ay Martín, estás pero bien pendejo…-Suspiró con alivio. El ver a su hermano aún con vida a pesar de las adversidades, y por supuesto, su falta de experiencia en cuanto a la lucha le hacía sentirse orgulloso. Sería un doctor y un guerrero al a par, como si fuese una fantasía digna de un libro.- Por cierto…veo que tienes un moretón en el rostro ¿te lo hiciste durante los vapuleos de Josmar? –Ante aquellas palabras declamadas por su hermano, el joven albino quedó en shock. ¿Qué le respondería? Si actualmente el caballero y su hermano se llevaban aún peor que el agua y el aceite, si le respondía con la verdad ambos se matarían en aquellos mismos instantes. Sin embargo, al igual que su caballero, el joven Okami no caía tan fácilmente sobre las mentiras, por lo que ni el mejor actor de todo Mushroom podría hacerle creer en una de estas por más pequeña que fuese. “Emmm…bueno…es que…” Debía de contestar, y rápido. Sin embargo, tan sólo bastaron pocos segundos para que el ángel tomase finalmente su decisión definitiva…decir la verdad. “Bueno, como ya sabrás, solté al Chomp para darme el tiempo de derrocar a Josmar…pues eso molestó a mi caballero y pues…bueno, este moretón me lo causó él… ¡P-Por mi idiotez, claro está! “ De pronto, sintió como la magia digna de su hermano iba desapareciendo.- Qué te hizo ¡¿Qué?! –La furia del Okami había despertado. Sus ojos parecían abrillantarse con un rojo carmesí, en sus labios, se apreciaba como un pequeño colmillo blanquecino sobresalía de estos. “¡T-Te recuerdo que al ser mi poseedor tiene todo el derecho si es con justificación!” Intentaba calmarle con aquellas palabras, sin embargo, ocasionó todo lo contrario. Su furia persistía, dando la sensación de no abandonarle jamás.- ¡A mí me vale madres que sea tu poseedor y que chingados! ¡Pero no por eso tiene el derecho de pegarte! ¡Ese imbécil me las pagará! –Ante aquellas palabras pronunciadas, una furia momentánea apareció en el joven ángel, sorprendiendo a su contrario. “¡Claro que tiene el derecho! ¡Y si tú no estás de acuerdo, también me vale madres!” –Exclamó impetuoso, para acto seguido retirar su brazo bruscamente y salir de aquel lugar, cerrando la puerta del mismo modo.- Martín… ¡Martín!  -Gritaba con desesperación, intentando llamar la atención de su hermano. Mientras que, el joven ángel, yacía corriendo en dirección a la puerta secundaria del castillo. Quería salir, sentir un poco de paz interior, desahogar sus sentimientos evitando reprimirlos por miedo al que dirá digno de aquella sociedad. Al salir, se dirigió con presteza a uno de sus diversos lugares favoritos en Mushroom, donde gustaba de leer en completo silencio, y en múltiples ocasiones, con el acompañamiento musical digno de algunas gotas líquidas. Por otra parte, su hermano junto al demonio azabache, se dirigían con presteza hacia la puerta principal, abriéndola de un fuerte golpe. Fuera de esta, yacía sentado sobre la escalera el joven caballero, quien fue tomado de un hombro con ímpetu.- ¡Haber cabrón! ¿Quién te dio el derecho de pegarle a mi hermano? –Reconocía aquella voz tan hartante, digna del joven azabache. Le miró con rencor, a la vez que contestaba del mismo modo. “Hizo una tontería, fue muy poco lo que le hice a comparación de lo que él causó” Esas palabras originaron que en la mente del joven Okami solo existiese la palabra “matar” - ¡Ni si quiera sabes cuales fueron sus intenciones! ¡No le dejaste decir ni una mísera palabra para poder explicarte el por qué de sus acciones, imbécil! –Aquello era cierto. Se sentía con un villano, el no permitirle explicar sus verdaderas intenciones, le consumía por dentro. Era una horrible sensación de culpabilidad que nunca en su vida había percibido. Ambos jóvenes yacían bajo el inmenso manto nocturno adornado por deslumbrantes estrellas.- ¿Vas a quedarte callado? –Su ímpetu parecía estar rehusándose a abandonarle. El caballero tragó saliva, ciertamente no tenía una respuesta lógica ante la pregunta antes formulada por el castaño. “Mira, asumiré mi error e…iré a buscarle” Al terminar su oración, el agarre en su brazo desapareció, lo cual causó que dirigiese su mirada aperlada hacia el más alto (when creías que eras el más alto pero estás bien chaparro alv xd).- Te acompañaré…no vaya a ser que haga una “estupidez” y termines matándole –Su contrario comenzaba a hostigarle. Sabía exactamente con qué propósito pronunció aquellas palabras. Aunque debía ser honesto consigo mismo. La única persona que realizó una estupidez fue él. Si realmente hubiese sido el joven albino, no existiría culpabilidad en su ser, ni mucho menos sufrimiento… ¿cierto? “Si…claro, ahora, dime por favor, un lugar en que Martín está continuamente” Claro, el orgulloso caballero no sentía correcta la posibilidad de quedarse atrás, por lo que decidió continuar la conversación del mismo modo en que Hikaru la comenzó. Sus miradas chocaban entre sí, como si tan sólo con estas pudiesen sentir la sangre chorreante de su contrario…sin embargo, debían tratar de calmarse y llevarse bien…tan sólo esta vez, después de todo, trabajan por el mismo propósito, el encontrar a Martín.- Bueno…últimamente pasa mucho tiempo en una cueva en la zona sur de Mushroom, dice que le encanta el ambiente y que es perfecto para leer con calma y no sé qué –Cruzó ambos brazos con enfado. Comenzaba a lamentarse de su “brillante idea” en acompañar al caballero, sin embargo, debía hacerlo…por su hermano y nadie más…sólo por él. Ante aquellas palabras dichas por el castaño, los ojos aperlados del caballero se abrieron con temor. “¿Y todavía lo dices tan tranquilo?” Le parecía increíble que se olvidase por completo del extremo peligro que corría el ángel al yacer en aquella cueva ubicada en la zona sur…donde seguramente, las batallas ya estuviesen estallando. El ambiente cubierto por sonidos de pasos metálicos, cañones activos, sangre chorreante que escurre sin vergüenza con dirección al suelo verdoso. El castaño miró con miedo a su contrario.- ¿La zona sur está…? –Este sólo asintió. El terror que sentía Hikaru en aquellos instantes era enorme, una sensación que nunca antes había percibido…era horrenda. Tomó con brusquedad el brazo del caballero, para después comenzar a correr en dirección a la cueva donde el ángel yacía.- ¡Debemos ir rápido! –La brusquedad del agarre fue tal, que los ropajes del caballero comenzaron a rasgarse. “¡O-Oye, espera!”…Su acompañante comenzó a tomarle el ritmo del mismo modo que intentaba aguantar el dolor en su brazo, que gracias a aquella fuerza, comenzó a manar sangre de este, sintiendo como las uñas del Okami se enterraban en su piel. 





Holaaaaa mijistos ¡Ya vino la Yadira a chingar como cada semana :D! Si, si , ya sé, no tengo portada yaaaaa , más al rato se las traigo ;-; no tengo todo el pinche tiempo del mundo alv :´´vv(?