De regreso a Edo
Capítulo 5
3 muchachos de 3, 11 y 12 años respectivamente, se encontraban tirados en el suelo, disfrutando aquel hermoso y soleado día, bajo el gran cielo siempre azul. Oían su música favorita, proveniente de una caja.
-¿Saben? Hay alguien que me gusta –Dijo suavemente una voz femenina.
-No deberías pensar todavía en eso Kaly –Respondió el mayor.
-Déjala, tú también estás enamorado Usagi-san –Defendió el más joven de los 3.
El oji-vino se sonrojó al instante.- ¡n-ni si quiera sabes de quien!
-Claro que lo sé.- Respondió con sorna mientras mostraba su lengua.- Es…
-¡CÁLLATE!....por favor…
-¡Ok! Pero tendrás que darme lo doble de mi domingo por 1 mes
-Si… como sea –Bufó.
Fin del flashback.
Ryoga sentía desconfianza con la mirada que Usagi le dedicaba, parecía como si lo quisiese matar. Meta, al ver la cara de miedo del azabache, habló.
-Entonces…ustedes son de la misma familia…
Usagi apartó su mirada de Ryoga y contestó solemnemente.- Yo no, verá, yo le tengo mucho cariño a la familia de Karla, y pues…al ser una “vergüenza” para mis padres…ellos me dieron un techo, y aquí me tiene
-Ya veo…
-Seguramente mamá ya debe de estar preocupada…
Meta se acercó más a la joven Karla y le susurró.- Tu hermano es muy infantil
¿no?
-Si…siempre ha sido así, de corazón noble, y aunque sabe que su clan es
“malvado” siempre le ve el lado bueno
-Me recuerda a alguien que conozco…-Por su mente pasó nada más y nada menos que él en su infancia, era una persona sumisa, algo inocente y por supuesto, como cualquier joven, lleno de energía.
Pasaron unos 5 minutos hasta llegar a la vivienda de los jóvenes, fueron recibidos por la madre de Daniel y Karla, Aikawa. Por dentro era espaciosa, tenía una sala y las recámaras de cada uno de los integrantes de la familia. Poseía un olor agradable, era algo parecido al de las rosas frescas.
-Esto es tan oejiwhfiehwufhuehv, es genial alv :D
-Mario ¬¬ más educación
-Si Karlucha :v
-Aún no puedo creer que estés aquí Karla…-Dijo pacíficamente la madre de la joven castaña.-¿Te quedarás aquí?
La joven Shando se quedó en silencio, ¿qué le diría a su madre?, si le dice que sólo será por unos días mientras completa la misión seguramente se pondría triste y caería en depresión, como lo hizo todos estos años mientras estuvo ausente.
-Bueno es que….yo –Intentaba pensar en qué le diría mientras rascaba su nuca nerviosa.
El peli-azul le susurró con sinceridad.- Mejor dile la verdad, duele pero la mentira duele más…
-Tienes razón…Madre…yo…
-¿Vamos a comer :v?
-¡MARIO! –Los dos lanzaron un grito de disgusto.
-Tengo hambre ;-;
Se sentaron en la mesa, menos Meta, quien por votación de sus compañeros tuvo que servir la comida. Pozole rojo con su cebolla, lechuga y acompañado de un limón. Todos los ahí presentes soltaron una expresión de satisfacción.
Pasaron platicando toda la comida, cómo habían llegado aquí, qué les pasó entre otros. Había llegado la noche, Aikawa les permitió hospedarse en las habitaciones de los huéspedes, pero al ser sólo 2 habitaciones, 2 se quedarían en una y los restantes en la otra.
Mario se aferró a uno de los brazos del caballero, se resignaba ir a la otra habitación, mientras que el último intentaba quitárselo de encima.
-Prefiero dormir contigo que con Ryoga
-¡Pues yo no! –Exclamó con ímpetu.
-¡Ándale, sólo esta noche!
-¡Que no carajo!
-¡ANDAAAA!
El caballero, en un ataque de furia, acorraló contra la pared al más bajo en intentó golpearle. Apenas lo esquivó, pero el golpe era fuerte demasiado, pues rompió la pared haciendo una grieta en ésta. Mario miraba asustado la grieta, pensando en qué le hubiera pasado con semejante golpe. El peli-azul se acercó a su oído y le susurró.
-Dejas de joderme, o no te tendré piedad…
-S-Si…y-ya no te preocupes…
Relajó su puño y se alejó del más bajo.
-espero que así sea…
-Vaya…yaoi…
Karla se tapaba los ojos con sus manos, y no era por asco, si no por qué no quería estar de testigo de aquella “situación”. Ya que todos se pusieron de acuerdo en dónde iban a dormir, fueron a sus cuartos dispuestos a dormirse…
~En el cuarto de Meta~
La noche era fría, los ruidos solían provenir de todas las partes, pues hasta las hojas de los árboles se escuchaban ser azotadas por el viento helado. Los gigantescos árboles crujían en su interior como si fueran a quebrarse…
Había decido quedarse sólo, pues Karla se iría al cuarto de Daniel, y Mario junto con Ryoga estarían en el mismo cuarto.
Era diferente a sus compañeros, él no le tenía miedo a la oscuridad, de hecho, decía que era hijo de ella, pues siempre había crecido alrededor de esta. El lugar en donde vivía era pacífico, todos se conocían, pero todo cambió cuando Nightmare atacó. No volvió a ser el mismo de antes, se volvió frío y rara era la vez que mostraba sus sentimientos libremente. Acariciaba suavemente el collar que una de las personas que arriesgó su vida por él, le había dado por su esfuerzo.
-Garlude…-Murmuraba aquel nombre con nostalgia, mientras que de sus ojos, ahora descubiertos, caían lágrimas de sal, que se iluminaban cual cristal con la luz de la luna llena.
~En el cuarto de Karla y Daniel~
Los 2 hermanos se encontraban abrazados tiernamente, después de todo, no se habían visto desde hace 11 largos y duros años. Igual que el cuarto anterior, se oían las hojas de los árboles siendo azotadas fuertemente con el viento, como crujían, y eso molestaba el sueño del joven oji-azul.
Daniel, no era de las personas que podía pasarse toda la noche durmiendo plácidamente aunque hubiese un ruido insoportable, él se despertaba con casi cualquier sonido. Su hermana, Karla, o como él le dice “Sofy” era de sueño pesado. Se despertó con aquellos sonidos. Decidido a levantarse de la cama y ver qué horas eran, retiró la cobija de encima que momentos anteriores lo cubría, para después sentarse en una de las orillas de la cama, ponerse sus pantuflas e ir directo a la sala. Al llegar a esta, se dio cuenta que apenas si habían pasado 3 horas desde que se durmieron.
-Son las 2…-Suspiró con pereza.-Debería volver con Sofy…-Dio media vuelta dispuesto a regresar con su hermana, pero una voz lo detuvo.
-Daniel…
Volteó para ver de dónde provenía aquella voz, para después encontrarse con su medio-hermano, Usagi.
-¿Usagi? Qué quieres…
Este último mencionado se acercó más al menor.- No quiero que me digas celoso pero…creo que Ryoga tiene algo…
Daniel se cruzó de brazos, mientras alzaba una ceja.- Que sea todavía tu crush y ya tenga novio no significa que te tengas que poner así, desde siempre has sido un celoso, primero con Josmar y ahora con Ryoga…
-¡Pero no es eso!, es que al igual que tú tengo un presentimiento…-Bajó la mirada.
El castaño lo miró confundido.- ¿Qué tipo de presentimiento?
Alzó la mirada decidido.- ¿Recuerdas lo de las gemas elementales?
-Claro… es uno de mis libros favoritos…
-Y recuerdas que Saboten es el dios de la gema elemental de la arena ¿cierto?
-Deidad superior de los Sabaku, si, ¿por qué preguntas eso?
-¿Y si él la tiene?
Daniel dirigió su mirada hacia otro lado y bufó.- Claro, como si fuera a creerte…es sólo una leyenda
-Te recuerdo que es un Hibiki…
Volvió a mirar al mayor y preguntó molesto.- Que su familia descienda de los Sabaku no significa que…-Fue interrumpido.
-número uno, su familia tiene ojos azules, él los tiene cafés, número dos, es más sumiso y miedoso que tú…
-¡OYE! –Exclamó ofendido.
-Cállate y escucha, número tres, su color de cabello es más oscuro que el de su familia y número cuatro…
-Ya no sabes ni que decir ¿verdad?
-No… pero estoy más que seguro que posee la gema elemental de la arena
-Aja, ahora ¿puedes irte? Tengo que tomar agua –Dijo mientras hacía un ademán de “¡largo!”.
-¿Y me tengo que ir a fuerzas?
-¡SI!
-Pero si él…
-¡Que te vayas! –Exclamó enojado, mientras intentaba empujar al mayor para sacarlo fuera de la sala.
-Daniel…cuando te enojas te ves tierno, pareces mujer…XD
-¡USAGI! –Chilló con su voz aguda tan característica de él.- Eres malo…-Dijo haciendo un puchero.
-Ya vete a dormir ¿Ok?
-¡OYE, MI VASO DE AGUA!
-Aja, en la mañana te lo tomarás –Decía mientras cargaba al menor como si una
princesa se tratase.
-¡USAGI! ¡SUÉLTAME!
-Ni en broma…
-¡USAGI HIJO DE *~?$!
Había sido una noche tranquila comparada con las demás, Shinnosuke no llegó y eso tranquilizó a Aikawa, Daniel no oía gritos desesperados pidiendo ayuda de parte de su madre y a Usagi gritando groserías dirigidas a su padre.
Al fin su hermana había vuelto, creía que sólo era una ilusión y que sólo un milagro traería a “Sofy” de vuelta pero ahí la tenía junto a él ahora mismo.
La mañana siguiente era tranquila igualmente. Se oía el canto de los pájaros y la suave brisa entraba por la ventana de la cocina, moviendo suavemente las cortinas que estaban alrededor de esta.
Provenía un olor agradable a Hot Cakes, llegando a penetrar al cuarto de Mario y Ryoga, por obvias razones, el primero se despertó al percibir aquel olor tan atrayente para su olfato….y estómago por supuesto.
-Ay ese Meta, siempre parándose temprano el cabrón –Decía suavemente pensando en que su amigo era el que cocinaba. Se levantó de la cama, y apenas se puso sus zapatos y salió como alma que lleva el diablo directo hacía la cocina.
Al llegar a esta, se dio una sorpresa al ver que no era Meta quien cocinaba, si no el joven y sumiso Daniel, el cual lo saludó con ademán mientras le daba vuelta a otro Hot Cake.
-¿Te despertó el olor de los Hot Cakes? –Preguntó con sorna, Mario se avergonzó, pues lo había descubierto.
-Ese no es el punto –Dijo con nerviosismo intentando desviar el tema.-Cómo es que sabes cocinar tan bien
-Es la práctica…bueno en realidad mi madre me lo enseñó…
-Ah mira…
-¡Cualli tonaltin! –Saludó alegremente el azabache mientras bajaba las escaleras.
-Cualli tonaltin… ¿Quenin tiyetoc? –Preguntó el joven Daniel en una de las lenguas natales de Alternative. Ryoga se quedó en silencio, no sabiendo que contestar, pues ni sabía que significaba “¿Quenin tiyetoc?”.
-em…
-Significa “¿Cómo estás?” –Dijo con una sonrisa tierna en su rostro, mientras apagaba la lumbre de la estufa y ponía el último Hot cake en un plato.
-ah… ¡bien!
-El muchacho terminó siendo muy inteligente…
De pronto, en la puerta metálica, se oyó como colocaban una llave en la cerradura y después habría aquella puerta, alterando a los 3 jóvenes que se encontraban ahí.
-Es Shinnosuke…-Susurró con miedo el joven Daniel.
-¿Quién?
-Mi padre, el jefe del clan, y el más sanguinario ¡escóndanse! ¡Rápido!
Ryoga y Mario por alguna extraña razón de la vida, escogieron el mismo escondite… la alacena…
“te veo ¿sabes?, puedes correr pero no esconderte, puedo oler tu miedo, oír tus jadeos, y como susurras ayuda, pero…nadie vendrá a tu salvación, morirás en mis manos, tu sangre se derramará cual río, estás en la tierra en donde los sueños no se cumplen, donde la maldad reina…estás en Edo, mis tierras…”
Shinnosuke~
Continuará…
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