Ángeles y Demonios
Preparados para el ataque
Capítulo I
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Empezaba la cuenta regresiva para el ataque de los Edotenienses. Para los demás reinos, no había ni señal de alguna advertencia de aquel ataque. El primer reino que sería acometido era Revolution.
En aquel gran castillo, situado en el reino, se encontraba recargada en su ventana, una joven de cabellos negros como el carbón, ojos verdes cual pasto y piel blanquecina, admirando la belleza de la luna llena. Suspiraba pesadamente, pensando en su amor, en la única que persona que le tenía confianza. Pedía que su amada regresara a su lado…
Su nombre era Yasahime, del clan Yamamoto. Siempre la protegía, siendo su fiel compañera y guardiana. Fue a entrenar a las tierras infernales de Edo para fortalecerse…y al enterarse de aquello, calló en depresión. La fe que tenía de que algún día su amada regresará desapareció con el tiempo, creía que no la volvería a ver jamás, no volvería a ver sus hermosos ojos color plata, a sentir su piel suave como el algodón, ni enredarse entre sus cabellos largos blanquecinos.
Sin que nadie le avisase, sabía que pronto su reino sería atacado por los Shando, y eso era lo que más le preocupaba. Podía defender sola a su reino, pelear por él, sin ayuda de nadie pero…Yasahime era su impulso, sin ella, no era nadie. Extrañaba el olor su perfume, su cálida mirada, el modo en que movía su espada para defenderla, ella era hermosa. Nunca le pudo decir sus sentimientos abiertamente, su manera de expresarse era mediante indirectas…indirectas que la joven Yamamoto nunca entendía.
-Cuándo volverás…-Decía pesadamente mientras miraba con tristeza la luna llena.-Te necesito contigo, envolverme en tus brazos…oler tu perfume…estar contigo…
-Karen-sama –La voz de uno de sus sirvientes la alejó de sus pensamientos.
-¿sí? –Contestó sin quitar su mirada de la luna.
-Un mensaje de su hermano…
Karen se sorprendió, nunca había recibido una carta de él desde que se reencontraron. Fue con su sirviente, quien le dio la carta en sus manos, y se retiró solemnemente.
La azabache, abrió la carta con emoción, decía algo así…
Querida Karen:
Hace algún tiempo que no nos vemos, más concretamente, desde...”aquel” día. Iré a apoyarte, pues sé que tu reino será el primero en ser atacado, espérame y hazme un lugarcito. Lamento mucho sobre la muerte de tu amiga… ¿o novia?, la verdad no sé, debes estar muy deprimida, la querías mucho…era una Yamamoto ¿verdad?
Bueno, eso es todo, espero y te recuperes de la noticia ¡ánimos!
Alejandro.
Karen no lo podía creer, después de meses y meses de esperar su regreso, y de ilusionarse con aquella idea, se entera que…su amada había muerto. Soltó la carta, dejándola caer al suelo. Con el corazón destrozado fue a uno de los cajones de su mueble y de este sacó una imagen de ella y su amada. La abrazó con dolencia.
De sus ojos caían hacía sus mejillas, lágrimas cristalinas.
-Por qué…sabía que no era un lugar seguro…-Gritó desesperadamente.- ¡YASAHIME!
Yasahime no era una humana como tal, era un demonio, no era como lo demás. Toda su familia está atada con la familia Izumi, y Karen, fue la heredera de la joven peli-blanca.
Desde jóvenes fueron amigas, pero poco a poco, ese sentimiento fue en aumento, la joven princesa de Revolution se había enamorado de su compañera y cuidadora.
Su manera de ser, esa mirada seria que tenía, la voz suave que escuchaba cuando platicaban, sus hermosos ojos plateados…Simplemente hermosa.
Siempre que le pedía algo y tenía que cumplirlo, decía la frase:
-Yes, my lady~ -después, desaparecía para cumplir con los caprichos de su princesa, y hoy reina. Si, xd lo saqué de kuroshitsuji
Pero… ¿en realidad había muerto?
Mientras en otro lugar…
Se ubicaba en la frontera de Edo. Un joven de cabello color nieve, regaba sus plantas cuidadosamente, cuidando no lastimarlas o romperlas. Sus cabellos danzaban con el suave viento, pensando en su caballero, en su elección.
Pensaba en cómo sería feliz con él, sentirse protegido mientras era abrazado por esos fuertes y cálidos brazos. Suspiraba enamorado cada que aquella idea pasaba por su cabeza. Como cualquier ángel, elige a la persona que quiere proteger con capa y espada, y finalmente, se enamoran, no importa el género, terminarán teniendo un vínculo amoroso.
Una planta en concreto le recordó a su caballero, una Salvia Patens. Martín, tenía muchos tipos de plantas, y normalmente acostumbraba a regarlas por la oscura y fría noche.
Volvió a suspirar con enamoramiento.-Mi caballero…
-Se puede saber quién es tu “caballero” –Preguntó una voz gruesa. Era de su hermano, Hikaru, tenía una voz seductora, capaz de convencerlo de cualquier cosa, menos de abandonar sus sueños.
El joven de cabellos nevados respondió con una sonrisa.- La persona a la que quiero proteger….y protegeré hasta que muera
El castaño se acercó más a él mientras se cruzaba de brazos.- Y quién es…
Su rostro se pintó de un suave color carmín al pensar en su caballero, resaltando en su piel blanquecina.- ¿Juras que no me harás nada?
-Lo juro –Dijo con su voz tentadora.
-Es...
-…
-¡El joven peli-azul!
-¿Te refieres a Meta Knight?
-¡Sí! –Exclamó mientras emocionado, daba saltitos.
Hikaru sopesó algunos segundos en lo que su hermano le había dicho, pensaba en cómo era que su hermano eligió entre tantas personas… al peli-azul.
-¿Pasa algo?
-Verás…es que…no estoy muy de acuerdo con tu decisión –Habló mientras rascaba su nuca con nerviosismo.
-Bueno, no se ve con malas intenciones…además, ha tenido una vida muy dura…
-Pero ya que, esa es tu decisión…sólo espero que no te haga daño
-Ay Hikaru…-Respondió con ternura intentado calmar a su hermano. Lo abrazó dulcemente, sabía que después de todo, sus celos se justificaban al querer protegerlo de todo mal.
Un ángel y un demonio no pueden ser hermanos… ¿o sí?
Aquella pregunta una que otra vez rondaba la mente de Hikaru. Desde que se conocieron, sintió que algo los vinculaba, que no sólo los unía el ser de la misma madre, era algo más…
Sentía la necesidad de protegerlo contra cualquier cosa, seguramente si fuera por él, lo tendría encerrado en una bodega, ni siquiera dejaría que le diera la luz del sol, pero no podía.
Acariciaba dulcemente los cabellos nevados de su hermano, mientras recordaba la primera vez que se conocieron…
Tenía unos 5 años, era huérfano de padre. Según lo que su madre le contaba, había muerto en un accidente, siempre se lo creía.
No era de muchos amigos, era el más aplicado de la clase, se interesaba mucho en la carrera de doctorado, pues aunque fuese un demonio, quería mostrar que no todos son iguales.
Aquel mismo día, su madre le dijo que tendría alguien que lo acompañaría para siempre. Normalmente observaba que el vientre de su madre crecía poco a poco, él pensaba que seguramente estaba subiendo de peso.
En la noche, esperando a su madre, alguien abría la puerta de su casa, era ella.
Fue a recibirla con una sonrisa como lo hacía siempre, pero esta vez no llegó sola, tenía alguien entre sus brazos.
Conoció a su hermanito, Martín, aquella persona que protegería con su vida. Abrazó cariñosamente al bebé, su instinto protector se encendió.
¿Un demonio y un ángel pueden ser hermanos? ¡Claro que sí!, pero eso fue la causante de las múltiples burlas que sufrían.
Hikaru, se defendía fácilmente, no tenía amigos sólo por el hecho de ser un demonio pero Martín…era el blanco
El castaño protegía a su hermano como podía, ni siquiera se molestaba en dialogar, él lo arreglaba todo a golpes.
-Hikaru…-Murmuró suavemente.- ¿Tú serías mi ángel guardián? –Juntó su mirada azulada con la de su hermano. Sus ojos tenían un brillo intenso, propio de un ángel.
-Qué dices, desde que nos conocimos fui tu ángel guardián…
Hikaru tenía la posibilidad de convertirse en un demonio, pero su hermano ya era un ángel de nacimiento, es decir que no necesita transformarse para mostrar su verdadero ser.
Las semanas pasaron y al fin llegó aquel día tan esperado para el joven peli-blanco, iría a Mushroom para ver de nuevo a su caballero, a su elegido.
En Mushroom, ese mismo día, Karla explicaba a sus compañeros en qué consistía el espejismo, para qué sirve principalmente y quienes pueden usarlo.
-Haber, déjame ver que si entendí –Comentó el caballero mientras veía a Karla directamente a los ojos.- El espejismo es una técnica originaria del clan Uirusu y de la familia A.V, consiste en mantener tu energía en las manos, formando una especie de hilos, que a su vez, crean una figura al azar y esta refleja el ataque del enemigo… ¿cierto?
Karla asintió.-Aprendes rápido pequeño saltapatras
-¿saltapatras? ¬¬
Los dos restantes, es decir, Ryoga y Mario, intentaban contener su risa ante el comentario de la castaña. Todos tomaron un descanso, pensaban en quien o quienes serían los que lograrían controlar la técnica.
Martín, tenía el deseo de que su caballero fuera el que pudiese controlar aquella técnica. Estaba ilusionado, sentiría el cariño y protección de una persona ajena a su hermano…o al menos eso quería.
Con Karen todo estaba empeorando, eran menos los días que le quedaban para preparar su estrategia y vencer a los Edotenienses, pero sin la joven Yamamoto…no podía.
Era como un juego ajedrez, debía de pensar en una estrategia de modo de que el ejército negro no pudiese acercarse al blanco, ni a ella, aunque fuese la más fuerte de todo el juego. Tenía sus peones, sus caballos, sus alfiles pero faltaba algo…su Rey…o en este caso, su otra Reina.
No podía creer que había caído en depresión por perder una de sus piezas, parecía una niña pequeña que había perdido a su muñeca favorita.
Mientras que a Peach, no le preocupaba nada, a ella le “importaban” sus piezas, pero… ¿era en serio? .Podría tenerlas completas, pero desde siempre nunca le importó perderlas, sólo se preocupaba por si misma y nadie más. Según, había dejado el narcisismo en el pasado pero…aquí se demostraría.
Sus piezas más fuertes eran Meta Knight, Mario, Sans y Karla, intentaría protegerlos, pero como su vida dependía de ello…pues, no es muy seguro.
Tocaban la puerta del castillo, Peach llamó a Karla para que bajase a ver quién era.
Al abrir la puerta, se encontró a los jóvenes hermanos, Martín e Hikaru.
-¡Holi! –Saludó felizmente el joven Martín.
Peach, al escuchar la voz del chico que Karla le había platicado, se acercó a la puerta y empujó a la joven castaña. Con una de las sonrisas fingidas que normalmente utilizaba, respondió al saludo.
-Sean bienvenidos mis queridos invitados –Habló fingiendo felicidad, mientras les permitía el paso dentro del gran y elegante castillo.- Pero pasen, pasen…
Ya dentro del castillo, los dos hermanos estaban mirando los alrededores con impresión, nunca habían entrado a un castillo tan grande y elegante, con candelabros de oro, que brillaban desprendiendo aquel color tan hermoso y llamativo.
La pintura blanca de las paredes, hacía resaltar el color aún más, a donde vieran, observaban algo caro, candelabros, velas, platos e incluso muebles.
A Hikaru no le sorprendía mucho, pues había leído sobre cómo eran los castillos en su interior, pero Martín parecía un niño sorprendido viendo un nuevo juguete.
Veía atento a los alrededores, era un ambiente cálido comparado con el frío y tenebroso entorno de su hospital.
Pasaron a la habitación donde Karla y sus compañeros se encontraban, y al entrar…encontraron un desastre.
Mario estaba saltando en la cama mientras gritaba como un loco, Ryoga, con sólo su mirada, pedía que el castaño se callara y Meta, pues intentaba leer su libro con tranquilidad, por supuesto, al ya estar harto del ruido producido por el más bajo de estatura, le aventó el libro en la cara, causando que se callara y cayera al suelo de bruces.
Martín veía con una expresión de dolor al pobre castaño, Hikaru observaba al peli-azul con algo de incomodidad, ¿cómo rayos su hermano terminó eligiéndolo?
-Emmm…. ¿hola? –Hablo el joven de cabellos nevados intentando llamar la atención de los demás.
Meta Knight lo miró con expresión de sorpresa, y aunque era casi imperceptible, sabía diferenciar bien las emociones de las personas por más pequeñas que fuesen. “Seguramente se sorprendió por verme de nuevo” pensó enamorado. Se sonrojó al instante pensando en que su caballero seguramente pensó en él. El oji-perla quedó confundido con la reacción del menor. Mario ya se había repuesto del golpe, y al ser testigo de aquella “escenita”, comenzó a susurrar.
-Son novios, se besan, se pasan el chicle :v
El peli-azul lo miró con ojos de pistola, Mario sabía que en su mente, lo había matado de mil maneras diferentes.
-Ya pues… ._.
Hikaru, con su reporte que traía en manos, golpeó una de las paredes del cuarto, llamando la atención de todos los presentes.
-Buenos Días…Soy Hikaru Okami, vengo de Xhixhata junto a mi hermano Martín Uirusu a darles la clase de cómo usar la técnica del espejismo…
Martín fue jalado de un brazo por su hermano Hikaru, quien con la mirada le indicó que hablara.
-B-Bueno…yo…les daré la clase, sólo uno de ustedes tres podrá utilizar la técnica, quien tenga un alma pura, la energía y fuerza necesaria, y por supuesto, tranquilidad en su vida, será quien logre dominar al menos lo básico del espejismo…
“Tú, mi caballero…estoy seguro que podrás hacerlo” Pensaba.
-Ahora, salgan a fuera –Ordenó el oji-café.
-¡Pero primero! –Exclamó Martín.- Debo de darles un ejemplo de cómo se hace…-Cerró los ojos lentamente.- Lo primero que deben de hacer es dirigir su energía a su manos…deben de sentirlas calientes, al sentir la sensación, deben juntar las puntas de los dedos de cada mano. Cuando sientan que algo pegadizo une las puntas de sus dedos, sepárenlas, luego de ello, se formara una figura geométrica al azar, y a su alrededor, brillará una especie de color azul...
Meta Knight era al que más le importaba controlar aquella técnica. “Interesante” pensaba seriamente. Haría lo necesario para poder controlarla, quería hacerse aún más fuerte, valiente, por defender a todos y demostrar de lo que era capaz.
-Ahora, ya pueden salir…-Habló suavemente mientras abría sus ojos.
Ya afuera, Peach veía por una ventana el entrenamiento, le daba un sorbo a su café, quería que Mario lograra dominar la técnica, aunque no le importaba mucho en realidad quién la dominara, sólo quería que alguien la protegiese…
-Bien, hagan lo que les expliqué, recuerden…primero deber dirigir su energía a sus manos…
Y así lo hicieron. Los tres jóvenes estaban concentrados en seguir las instrucciones al pie de la letra. Mario podía observarse tranquilo, se podría decir que era el único que estaba calmado en aquel momento. Meta Knight en cambio, estaba súper concentrado, se había olvidado de todo, sólo era él, y la técnica. A Ryoga no le importaba mucho la técnica, sólo quería irse de ahí.
Martín estaba atento a cada movimiento de sus aprendices, cerró sus ojos por un momento, deseando que algo sucediera…
Los tres jóvenes, al mismo tiempo, comenzaron a despegar poco a poco las puntas de sus dedos, era hora de la siguiente indicación.
El joven de cabellos nevados abrió sus ojos y habló.-Ahora, tienen que estirar los hilos lo que más puedan…
Poco a poco, los hilos de energía fueron desprendiendo ese color azul fosforescente tan característico de la técnica. Estiraron con el mayor cuidado, los hilos de energía. El joven Uirusu sentía tanta tensión que mejor volvió a cerrar los ojos. Pasaron algunos segundos, cuando de pronto…se oyó un “tsk”, había sido un hilo que se rompió.
Martín sin abrir los ojos, supo inmediatamente que el hilo roto pertenecía al azabache. Con voz firme, le ordenó.- Hibiki…retírate….
Ryoga suspiró aliviado para después, obedecer la indicación.
Meta Knight y Mario eran los únicos que quedaban. Mario parecía no tener problema con estirar los hilos pero el caballero…sentía como si los hilos fuesen ligas gruesas, que no pudiesen extenderse con tanta facilidad.
Luego de algunos segundos, se escuchó otro “Tsk” pero esta vez más fuerte, indicando que uno de los hilos se había roto.
Martín abrió los ojos con emoción, mientras gritaba felizmente.-¡LO HAS LOGRADO MI…caballero…-Su entusiasmo fue desapareciendo poco a poco.
Miraba atónito la escena, creyendo que sólo era un sueño o mentira.
¿Quién había logrado estirar el hilo al máximo como para dejar al joven Uirusu tan sorprendido?...
Continuará…
Hoooola flanesitos, cómo estan, espero que bienn, pos weno, no aguantaba el no publicar esta historia así que la adelante un día *u* (aparte que se me olvido que el 12 me voy a concursar en un exámen xdddd)
Así que weeeeeeeeeno espero les haya gustado, no olviden dejar su opinión, pues es muy importante y.........bye :D!!!
(P.d: mis suspensos son muy idiotas, lo siento :"v )
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