Ángeles y Demonios
Preparados para el ataque
Capítulo V
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-Awww, el pobre caballero no puede pelear solo y su ángel tiene que defenderlo, que tierno –Exclamó con sorna mientras entrelazaba sus manos fingiendo clemencia.
Meta Knight miró con resentimiento a “el demonio” de Hikaru.- No necesitó tu ayuda ¿sabes?
El joven azabache dirigió su mirada lasciva hacía el caballero.- Señorito, le recuerdo que la vez anterior que se enfrentó a “Ariana” casi se muere de un shock hipovolémico, que no se le olvide por favor…
El peli-azul desvió su mirada, mientras que en su rostro, apareció un rubor a causa de la vergüenza. A Martín le pareció “lindo” el ver a su caballero sonrojado, aunque lo que más quería es que estuviese sonrojado por él. Mario cubrió su boca con una de sus manos para contener la risa.
-Entonces ¿aceptará mi ayuda? –Preguntó el joven azabache, aún con esa mirada tan penetrante. Al caballero no le quedó otra opción más que aceptar la ayuda del tal “Hideaki”.
Suspiró resignado.- No me queda de otra ¿verdad?
-No…
-Entonces, qué esperamos, comencemos esto…-Exclamó decidido, mientras observaba a sus enemigos. Intentaba descubrir algún punto débil, hasta que se dio cuenta de cómo estaban formados los miembros de la tropa.- Esto más parece un ajedrez –Pensó.
Los más débiles, o al menos los que aparentaban serlo, venían en el frente, protegiendo a los restantes. La más fuerte, era al parecer Ariana, pues su armadura resaltaba de las demás al ser de oro puro, más reluciente que cualquier diamante precioso.
Hideaki ordenó.-Vayan a Revolution y vean cómo están ¿bien? –Los dos restantes obedecieron al joven azabache, para después, partir en dirección al reino antes mencionado. Ambos jóvenes se abrían paso entre la extensa tropa. Pasaban con cuidado, pues pensaban que les harían algo.
Meta Knight se acercó a Hideaki y susurró.- ¿Crees que podamos con todos? –El azabache soltó una risilla antes de contestar:
-Si lo crees podrás hasta derrotarlos tu solo…
-¡Hey, cabrones! –Exclamó la joven mientras daba un latigazo al suelo, llamando la atención de todos los presentes.- ¿Empezamos o qué?
Relinchos de caballos, espadas chocando entre sí, armaduras metálicas cayendo al suelo, gritos desesperados, la sangre al caer, eran los únicos ruidos que se escuchaban en aquel campo de batalla. Hideaki podía acabar fácilmente con una fila completa usando su katana, mientras que Meta Knight apenas y lograba atacar a algunos cuantos. No sabía exactamente por qué su rendimiento en aquella batalla había decaído tanto. Pensó que simplemente era el cansancio pero… ¿desde cuándo se cansaba apenas empezaba la pelea?
El oji-perla le susurró a su compañero.-Hideaki, ya no puedo…
Hideaki, al oír el tono tan fatigoso del caballero, respondió de la forma más sosegada posible, intentando darle ánimos.-Aguanta un poco, ya casi acabamos…
-Es que no puedo…-Habló, mientras contrabajos bloqueaba uno de los múltiples ataques que recibía.
Y así pasaron algunos minutos, choques de espadas, Hideaki intentando animar al joven caballero, defenderlo de alguno que otro ataque…El peli-azul empezaba a sentirse como un inútil, no podía ni defenderse solo. Llegó un punto en donde su vista se comenzó a nublar, y era casi incapaz de mantener el equilibrio. Cuando menos se lo esperó, se desplomó en el frío y rígido suelo, llamando la atención del azabache.
-¡Meta! –Exclamó con preocupación. Al distraerse, uno de los ataques estuvo a punto de darle en el pecho, justo en el corazón.
Cuando sólo quedó la jefa de la tropa “Ariana” y su leal compañero “Josmar”, fue que al fin Hideaki logró respirar con gran alivio. Tomó en sus manos al caballero, acomodándolo junto a uno de los árboles de aquel extenso bosque.
-Sabía que el Kōgeki serviría de algo –La joven exclamó en tono triunfal, junto con una vil sonrisa en sus labios.
“Kōgeki…” Fue la palabra que resonó por unos segundos en la mente de Hideaki. “¿Qué es exactamente eso?” se preguntaba. Poniéndose a pensar un poco, los Shando tienen una extensa variedad de ataques, la mayoría, siendo oculares ya sean del “Akuma no” o “ Chiminare no”.
En la antigua lengua Edoteniense “Kōge” podría traducirse como “cansancio”, en cambio, “ki” sería algo parecido a “eterno”. Por lo que Kōgeki sería algo como “Cansancio eterno”. Hideaki por supuesto, no formuló aquella suposición, si no que fue Hikaru quién le explicó más o menos en lo que consistía el ataque.
-¿Entonces por eso el cansancio tan repentino de Meta?
-Sí, parece que no te puedes dar cuenta ¡idiota! –Exclamó con enfado.
-Yo no me aburro leyendo libros absurdos –Habló en defensa propia.
-Ya quisieras que fueran absurdos –Respondió con el mismo tono de hace algunos momentos.
Ignorando la última oración de Hikaru, volteó hacía la joven y exclamó.- ¡Entonces fue por tu culpa!
La joven soltó una risilla para después contestar.-Tardaste mucho en enterarte ¿no?
El azabache se acercó a la joven de cabellos rizados. Con aquella voz penetrante y lasciva tan característica de él, habló.-Je…supongo que si…-Dirigió su katana al cuello de Ariana, para después amenazar a su compañero diciendo.- Te vas a la chingada, o tu amiga se muere…
Josmar, sin saber qué hacer, simplemente se limitó a obedecer al joven demonio. Se alejó lo más rápido posible, montado en su caballo. Cada vez se oía con menos intensidad los galopes. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, Hideaki miró nuevamente a la joven.- Bueno…de todas formas te ibas a morir –Sonrió macabramente, para después decapitarla. Su cabeza cayó al suelo, segundos después, su cuerpo hizo lo mismo. En su rostro se podía observar una expresión de miedo y odio combinados.
La sangre chorreaba, tiñendo el blanco piso de un color carmín. El rostro del joven azabache, junto con su ropa, estaban pintados del mismo color que el piso. Con uno de sus dedos, retiró un poco de la sangre que permanecía en su rostro. Lamió el dedo, percibiendo el sabor metálico de aquel fluido vital.
Miró al caballero, quien aún seguía descansando. Su respiración era lenta y tranquila, tal y como la de un niño pequeño, se acercó a este, para después dirigirse a su cuello y lamerlo un poco. Meta Knight aun estando dormido, sintió aquella sensación, por lo que dio un respingo.
El azabache soltó una risilla ante la respuesta del caballero. Mordió su cuello con delicadeza, saboreando las frescas gotas de sangre carmesí que salían de este. El peli-azul gimió de dolor, aun sin despertarse.
Cuando Hideaki dejó de morder el cuello de su compañero, susurró para sí.- Como lo supuse…la sangre de esa tal “Ariana” estaba repleta de odio y resentimiento. La de Meta, aunque también tiene un poco de odio…lo que predomina es el miedo…el miedo a sentirse débil…
-Y de envidia –Completó el castaño.
-Y envidia…-Suspiró.
Los demonios tienen la habilidad de saber qué emociones tienen sus contrarios con sólo probar su sangre. En donde los resultados se tienen con más veracidad, es en la parte del cuello, por lo que muchas veces pueden ser confundidos con algún “vampiro” si su pelea había sido en la oscuridad de cualquier sitio.
Martín & Mario
Caminaban abatatados y a la vez preocupados por los revolucionarios. Pensaban en qué les había pasado, su estado actual... ¿era cierta la noticia de que el reino revolucionario caería? Miles de preocupaciones e ideas rondaban las mentes de ambos. Martín estaba preocupado no sólo por los revolucionarios, sino también por su caballero. -¿Estás bien...? –Se preguntaba internamente, como si el joven peli-azul en verdad lo escuchase, a pesar de la distancia entre ambos.
Mario deseaba llegar lo antes posible a Revolution. Cuando al fin divisaron entre la espesa y traicionera niebla de aquel momento el enorme castillo de la joven azabache, apresuraron el paso lo más que pudieron. Llegaron casi jadeantes, esperándoles lo peor. Al llegar, observaron cuerpos mutilados, sangre carmesí que aún chorreaba de algunas armaduras, los gemidos de dolor de los caballeros, resonaban sutilmente, quedándose en el eco eterno.
El joven de cabellos nevados, sin pensárselo dos veces, gritó con todas sus fuerzas, sonando más como una chica.- ¡Reina Karen! ¿Está bien? –A los pocos segundos, la voz de la joven azabache, respondió al grito del ángel.
-Sí querida, gracias por preocuparte por mí…bueno, por nosotros…-Martín miró confuso al castillo, exactamente en la zona de dónde provino la voz sesga de la azabache. La mayoría de sus amigos, compañeros e incluso personas, sabían que el oji-zafiro podía tener una voz algo “femenina”.
-Me dijo… ¿”querida”? –Preguntó mientras dirigía su mirada al castaño. Su voz tenía un tono harto, pero no muy perceptible, sin embargo, el único que podía distinguir un tono de voz de otro tan fácilmente, era sin duda alguna, el joven Hikaru.
-Es que sonaste más como una chica –Respondió con sorna. Hasta él se sorprendió que al joven ángel le hubieran llamado “querida” sólo por su voz. Aunque por dentro estaba muriéndose de la risa ante aquella escena, por fuera, intentaba contener una postura correcta y seria.
-Rayos…-Murmuró haciendo un puchero. Lo que más odiaba en esta vida, es que lo confundiesen con una chica sólo por su voz. Varias veces lo habían confundido, en algún momento se acostumbró a ello, sin embargo, ahora que es un poco más “adulto”, ya no lo soporta tanto como antes.
De pronto, un joven morocho, abrió la puerta principal del castillo, invitando a los dos jóvenes a entrar.- Bienvenidos, queridos invitados –Dijo cordialmente mientras hacía una pequeña reverencia.-Ustedes deben de ser de Mushroom ¿cierto? –Ambos jóvenes asintieron con la cabeza al mismo tiempo.-Entonces… pasen…
Ya estando adentro, los dos jóvenes miraban atentos sus alrededores, era casi tan asombroso como el castillo de la joven de cabellos dorados, sólo que más grande. Tenía candelabros de oro, paredes que daban la impresión de haber sido hechas con las piedras más finas de todo el reino. Martín, como de costumbre, se emocionó tanto que comenzó a dar saltitos mientras observaba detenidamente cada rincón del castillo…o al menos de la sala.
Una joven azabache, los recibió a ambos con una cálida y sincera sonrisa.- Bienvenidos…-Esta vez, la sonrisa fue real, a comparación de las falsas y fingidas sonrisas de su reina, Peach. Calha, el sirviente de la joven Karen, se retiró de aquel lugar, dándoles “privacidad” para hablar.
Karen comenzó la charla.-Ustedes fueron los de la carta ¿cierto? –Ambos jóvenes asintieron.-Claro…no me lo creería de Peach…-Murmuró lo más bajo que pudo. Una leve sonrisa sosegada se formó en los labios de la azabache.
El joven de cabellos nevados preguntó curioso.- ¿Mushroom y Revolution tuvieron múltiples disputas?...-Karen apretó con rencor la carta que tenía en manos. Claro que ambos reinos habían tenido varias o quizás demasiadas luchas entre sí e incluso, en algunos casos, por no tener el mismo punto de vista.
Karen aún no podía olvidar el día que conoció a Peach, que en algún momento fueron amigas, pero gracias a la actitud hipócrita de la joven de cabellos dorados, su amistad se rompió. Aún recuerda aquel día que vio a sus padres por última vez, cómo fue que conoció y se enamoró de la joven Yamamoto cómo fue…que su vida se fue a la mierda a causa de la persona que alguna vez creyó “amiga”.
-Hemos tenido más que disputas…-Susurró con un tono frio cuan invierno.-Y ella las ha comenzado todas y cada una de ellas…
Ambos jóvenes se miraron mutuamente intentando buscar alguna respuesta. Nadie sabía a ciencia cierta por qué las dos princesas se odiaban tanto, pues nunca se miraban a los ojos ni mucho menos se dirigían la palabra. Muchos pensaban que era por la rivalidad entre los reinos, otros porque simplemente eran muy “fresas” o simple y sencillamente…se caían mal y ya. Pero en verdad, no se sabía él por qué de su rivalidad.
Peach & Karla
-¿Deseas una taza de té? –Preguntaba en un tono sesgo a su contraria, ofreciéndole un poco del té que tenía encima de la mesita color beige.
-Si no es mucha molestia –Contestó una voz femenina con el mismo tono. La joven de cabellos dorados sonrió levemente, para después, servirle un poco de té en una tacita. Ya se hacía tarde, y los cuatro jóvenes aún no aparecían. El sonar del té cayendo en la taza, se asemejaba al sonido de una cascada, lo cual tranquilizó a la joven Shando de todas sus preocupaciones.
Ambas jóvenes habían decido entablar una conversación para distraerse un rato u olvidarse de sus preocupaciones. “Puede que te empiece a caer bien y se gane tu confianza, pero sólo recuerda una cosa…todos y cada uno de nosotros, somos simplemente una mísera pieza de su juego” Recordaba las palabras de su amigo de cabellos azulados. “¿Qué clase de pieza seré yo?” se preguntaba a modo de burla.
Peach veía atenta las acciones de Karla. Como la joven castaña estaba demasiado distraída, al querer llamar su atención, sirvió el té hasta sobrepasar el límite de la taza, dejándolo caer encima de la mano de la joven. Esta reaccionó al instante, tomando su mano con dolencia, mientras veía la quemadura no muy grave.
La joven de cabellos dorados fingió preocupación. Dejó la tetera en la mesita, para después acercarse a Karla y preguntar.- ¿E-Estás bien? Lo siento mucho…
Esta última mencionada miró con ira a la joven princesa. Exclamó fuertemente al mismo tiempo que lanzaba un manotazo en contra de ella.- ¡Quítate estúpida! ¿Crees que no me di cuenta? ¡Eso fue a propósito!
-¡Mentira! ¡No fue mi intención! –Exclamó en defensa propia. Lo que la joven de cabellos dorados quería en ese momento, era que su “torre” le pegase, para así, quedar ella como la víctima y obligar a la oji-azul a ser una pieza más.
Antes de que la joven Shando cometiera aquella acción, el sonido de que la puerta principal del castillo se había abierto. De esta, entró Hideaki con el caballero en sus manos. Karla se olvidó de la disputa con la princesa e incluso de su quemada al ver aquella escena.- ¡Hideaki! ¿Qué pasó? –Preguntó exaltada.
-Pasa, que este wey no duró ni media pelea –Dijo con sorna. Sabía exactamente qué le había pasado, pero como siempre, encuentra una mínima falla de alguien y comienza a molestarle hasta que se canse. A la joven Shando le extrañó aquella explicación “Meta normalmente es el que aguanta más en una pelea… ¿entonces?” Pensó para sus adentros.
-¡¿Meta está bien?! –Preguntó la joven de cabellos dorados, ésta vez, verdaderamente preocupada. Karla, sin ningún rastro de clemencia, respondió con ímpetu a la pregunta hecha por la princesa.
-¡Y a ti que te importa lo que le haya pasado a él! ¡Pedazo de…!-Antes de siquiera terminar la oración, el azabache la interrumpió con el mismo tono.
-Karla…cálmate –La joven antes mencionada miró con tristeza al demonio de su amigo, algo parecido a “pedir permiso” de responderle como se merecía a la princesa. Él sólo se limitó a negarle el permiso, moviendo la cabeza de lado a lado levemente indicando un “no”.
Mientras con los dos jóvenes restantes….Venían de camino al reino, iban por parte del desierto de Sarasaland, por lo cual, ya estaban demasiado cansados. Y ahora venía lo peor, como parte del clima en el desierto, por el día, el calor se hace insoportable para cualquier humano, en cambio, en la noche, el frío es tan intenso, que alguien podría morir a causa del clima tan extremoso.
Iniciaba a hacer frío, no muy intenso por supuesto, pero al pasar de los minutos, comenzó a ser casi insoportable para uno de los jóvenes. Martín iba tranquilo, pues en su lugar de origen, el frío no era algo extraño. Por otra parte, Mario titiritaba de frío. Mushroom era de clima húmedo, sin embargo, no llegaba a un frío extremoso o algo parecido.
El joven de cabellos nevados miró a su compañero.- ¿Tienes frío? –Preguntó infantilmente. El castaño lo miró confundido “Como si no supiera que me estoy muriendo de frío” Pensó.
-No…cómo crees, sólo estoy saltando como pinche mantequilla en un sartén –Exclamó con un tono sarcástico. El de cabellos nevados solamente se limitó a ignorarlo todo el camino que restaba. Al llegar a la zona húmeda de Mushroom, Mario suspiró aliviado, ya no sufriría por frío intenso y el esperar de su muerte.
“Hogar…dulce hogar” Pensaba con felicidad el joven de cabellos nevados.
Dentro del castillo, en una de las habitaciones, se encontraba Hikaru curando a Karla de su quemadura. La castaña le explicaba con ira cómo es que fue el problema con Peach. Sin alguna vez dudó en que ella era mala o como Meta Knight se refería “hipócrita”, ahora piensa todo lo contrario.-A veces veía como maltrataba a algunos de nosotros, haciéndolos menos o incluso ignorándolos pero…pensaba que era un juego y ya….
Karla intentaba aguantar el dolor punzante en su mano. Sabía perfectamente que era una exageración el sentir tanto malestar por una mísera quemada que no era tan grave, pero en serio…le dolía…y mucho.
Cuando el castaño terminó de curarle, le susurró.-Entonces… ¿piensas vengarte?...
La joven Shando contestó decidida.- ¡Pues claro que sí!, no voy a dejar que siga con esa actitud…y menos que lastime a mis amigos…
El más alto suspiró pesadamente ante la respuesta de su amiga.-Karla…estás yendo por un mal camino… ¿quieres terminar como Akairy? ¿Siendo alguien temido por todos?...-La castaña bajó la cabeza algo avergonzada. En verdad no quería convertirse en algo parecido a aquel “monstruo” que condenó a su clan a ser el más temido y odiado.
-No…
-¿Entonces?...Sé que Peach puede ser algo “soberbia” pero debes de aprender a soportarla…-Decía con un tono tranquilizante y comprensivo. La castaña se quedó en esa posición hasta que el joven Okami se fue.
-No quiero convertirme en un Shando más…no quiero convertirme en un monstruo…no quiero ser temida….no…-Murmuraba para sí. De sus ojos color zafiro, resbalaban hasta sus mejillas, lágrimas cristalinas, que libraban lentamente, su dolor y rencor interno…sabía exactamente que eso le dañaba pero…no tenía otra opción, era la única manera que ella encontró posible para desahogar su sufrimiento.
¿Alguna vez la princesa entendería, que el preocuparse por ella misma solamente la llevaría al abismo?... ¿qué es lo que pretende con hacer sufrir tanto a los demás…?...hacerlos menos y solapar su odio ante todos…con una sonrisa tan insincera…Algún día, todos se levantarán en contra de ella...Pensaba el caballero entre sus sueños.
La única forma de olvidarse de esta cruel y despiadada realidad, donde no hay finales felices ni besos llenos de dulzura y amor… ¿será acaso el soñar?.. Aquellos hermosos y relucientes cabellos dorados, danzaban con la suave brisa de la noche. Su mirada color zafiro contemplaba a la hermosa luna, quizás, envidiaba aquel brillo tan sublime.
Su piel blanquecina, daba la impresión de ser tan suave como una almohada…y tan frágil como un cristal. No todo es perfecto en una persona, por más inocente que parezca, su alma puede estar pintada de color rencor, odio, envidia, resentimiento…
El corazón de aquella joven se teñía del color de la traicionera oscuridad, sin rastro de clemencia. Palpitaba lentamente como el “tic tac” de un reloj. Una noche tranquila…perfecta para descansar de la cruel vida que el destinó le otorgó.
-¿Vas a dormirte?...-Preguntó la voz sosegada de su esposo.
-Yo me dormiré, a la hora que yo quiera –Exclamó fríamente, ni se molestó en utilizar una de sus tan conocidas sonrisas insinceras, ni en fingir un tono sesgo. Simplemente contestó con su verdadero tono de voz.
Un día tranquilo para Mushroom, pérdidas innumerables para los Revolucionarios, otra victoria más para los Edotenienses…el miedo se acerca a Sarasaland…y próximamente a Mushroom…El ejército de esta vez está a punto de completarse, dos torres, dos alfiles, dos peones, un caballo…y una dama… ¿y el rey?...
¿Quiénes serán las piezas de la joven princesa?.... ¿Serán verdaderamente el ejército blanco en esta batalla?...o sólo es una ilusión más de la joven de cabellos dorados…
“Al entrar, las sombras florecerán, sombras de ángeles caídos, con plumas hermosas y ojos cristalinos…pero no te dejes caer por sus sonrisas, a veces…no son tan inocentes como parecen…”
-….
-Envidia
-….
-Soberbia
-Ira
Hola mis queridísimos flanes, cómo han estado.....espero que muy bien uwu~, la historia estuvo a punto de no tener estar parte ¿por qué? Pues no tenía mucha inspiración, pero leer hacer cosas magicas :^ •3• y aqui me tienen, a la loquisha de Yas xddddd, pero bueno, espero les guste esta historia tanto como a mi escribirla ^○^ , asi que....¡Hasta la próxima!
P.D: tengo en mente hacer una Minisaga llamada "Los siete pecados capitales" y bueno, qué opinan, ¿la hago? °🔽° me gustaria leer su opinión en los comentarios.
- Yadira fuera -
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