~ Kεnkai ~
દ El mundo espejo ᙒ
Capítulo III
-¿Ayuda?... Por favor ¿Podrían ayudarme?... N-Necesito llegar a Dreamland lo más rápido posible… -Solicitaba auxilio. Yacía sumida entre la oscuridad del reino. Aquellas tierras oscuras, donde habitan los peores clanes, sanguinarios, crueles, carentes si de clemencia se habla. Ejemplos relativos son los tan conocidos Shando, el peor clan jamás creado. Poseyentes de una brutal historia, repleta por locura y venganza. Entre clanes el más poderoso sin duda, incapaz de perder una mísera batalla. “El río de sangre” su mayor obra “artística”, caracterizada por ser una horrenda contienda sin piedad alguna, llevándose consigo miles de vidas, forjando traumas irreversibles, crueles estragos, dando término a diversas familias… dejando tras ellos el tan inminente río carmesí. Recorría discreta aquellos luctuosos senderos. El ambiente comenzaba a tornarse algo pesado, incomodando mayormente a la joven, quien observaba a sus alrededores, intentando averiguar su ubicación actual. Sin lugar a dudas, sentía temor rasgándole tras la espalda, oía pasos ajenos sin dueño aparente, voces susurrantes, enunciando diversas palabras carentes de sentido. ¿Acaso se hundiría ante la locura? Comenzó a correr con máxima presteza, elevando su vestido color rosáceo entre cada paso.- N-Necesito salir ¡Mario! ¡Meta Knight! ¡Ayuda! ¡Por favor! –Gritaba fuertemente, demandaba auxilio inmediato. Sentía una horrenda sensación, era como estar sobre el mismísimo infierno. Corría cuan sabandija entre la bestial oscuridad, protegiendo sus crímenes con previa realización, evitando a toda costa el ser capturado. Terminó descansando bajo un inmenso árbol, el cual la “protegía” de casi cualquier peligro tras su espalda. Jadeaba fuertemente a causa del cansancio que ahora dominaba todo su cuerpo. Abrazó con fuerza aquel tronco, aferrándose a este como si su vida dependiese de ello. Desconocía la historia oculta tras el árbol, perteneciente a uno de sus aliados. Si, aliados. El gran árbol al cual yacía abrazando fue plantado hace mucho tiempo por nada más y nada menos que una joven Shando de nombre Karla. ¿Les suena? Quería impregnar algo de su autoría sobre Edo, haciéndose recordar entre terceros, aunque fuesen susurros repletos con envidia, repugnancia, vergüenza ajena. Anhelaba regresar algún día. Nuestra joven Edoteniense era de los pocos “Mirror´s” los cuales no cambiaban su actitud a pesar de corresponder a distintos mundos. Ambas seguían conservando aquel lejano sueño de hacer reflexionar al clan, abriéndoles un nuevo sendero, sin crueldad, maldad, dejando atrás múltiples inhumanos sacrificios.- Quisiera… poder al menos sentir un abrazo por última vez… lo más seguro es que muera sin siquiera completar la misión ¡Soy una inútil! ¡No sirvo para nada! ¡Ni si quiera sé por qué me eligieron para esto! ¡Ni por qué chingados acepté! ¡Maldita sea! –“No creo que una princesa tan refinada utilice ese tipo de lenguaje ¿Dónde aprendió esas palabras?” Alzó su vista levemente, admirando a su contraria, la cual le miraba con calidez y apaciguo, cuan madre protectora, comprensiva ante errores dignos de cualquier infante. Rompió aquel roce, retrocediendo gracias al pavor que ahora sentía sobre su ser.- ¡¿T-Tú eres?! –La servidora asintió utilizando su cabeza. “Sí, efectivamente, soy tu Mirror, Dark Peach, mucho gusto” Enunció solemne, dedicándole una sonrisa bastante afectiva, apaciguándole al instante. Le ofreció su mano para ayudarle a levantarse, la cual fue bien recibida. Peach prosiguió a reincorporarse, sacudiendo su hermoso vestido teñido grisáceo gracias al polvo que le rodeaba.- El gusto es mío… ¿Qué haces aquí? –Preguntó curiosa, desconociendo el estado actual del Kenkai. Su contraria desvía la mirada, se le podía observar deprimida, adolorida, de alma quebrantada cuan fino cristal. La servidora toma ambas manos de ahora su contraria, procediendo a declamar. “Hago mis recorridos por los reinos, ya sabes… debes saber todo sobre ellos en caso de que estén en alguna guerra y así poder ayudarlos. En este mundo Mushroom y Alternative son muy buenos aliados, por lo que sería casi imposible que se creara una guerra entre ambos…” Fingió una sonrisa, otorgándosela a Peach. La joven con anterior mención dudó sobre esos vocablos, la pronunciación que se utilizó. Era, literalmente como verse en un espejo, reflejante ante cualquier verdad. Sería honesta consigo misma, en algunas ocasiones ocultó su tristeza tras una sonrisa bastante forzada, evitando entristecer a sus seres queridos… o al menos lo que conservaba. A la gran mayoría les utilizaba para ejercer diversos planes, haciendo uso de aquella hipocresía que tanto le caracterizaba. Sus verdaderas intenciones diferían en exceso a lo que en realidad ansiaba llegar. Entonces… ¿Qué le ocultaba su contraria? ¿Acaso sería una esclava?... Su curiosidad fue tal, que no dudó ni míseros segundos en preguntar sentimentalmente.- ¿Te ocurre algo?... es que… esa sonrisa no es real ¡Lo sé porque….! Yo soy así, y tú no me dejarás mentir –Dark Peach se estremeció al percibir tales vocablos. Al parecer la joven princesa creía que cada Mirror sobre el Kenkai conocía perfectamente a su “Reflejo original”, concibiendo cada táctica, cada minuto que vive, la manera en que se expresa. No obstante, la mayoría no tiene conocimiento sobre su “Reflejo original” creyendo solamente en que su existencia es única, negando cualquier idea la cual le contradiga. “Ah… si, sé que eres bastante… hipócrita… pero en serio ¡No me pasa nada! Lo que te digo es totalmente cierto, creo que en tu mundo es muy diferente a aquí ¿no?, bueno, no sé, sólo supongo…” Enunció. Sinceramente creía que su Reflejo original era sumisa al igual que ella, esto último le hizo recordar aquel dicho el cual su madre siempre le expresaba “Nunca juzgues un libro por su portada” Peach rió levemente.- Si… es demasiado diferente aquí. Alternative no es aliado de ningún reino, todos le tienen temor y odio. Mushroom es aliado de Dreamland y Sarasaland…. ¿Aquí lo es? –Su contraria le observó detenidamente, forjando un encuentro entre ambas miradas. Mushroom yacía entre la perdición, estragos sin reparación existente. Sarasaland… era igual, difiriendo en algunas circunstancias. Alternative es lúgubre completamente, carente de vida y habitantes. La mayoría desconoce su existencia. El único reino que yace en pie aún es Dreamland… a comparación del Mundo Original, estas tierras son el infierno mismo, crueldad sobre estas. Traición, pecados, brutalidad… “Si… pero sólo Sarasaland, Dreamland en cambio es… ¡Aliado de Revolution! ¡Sí…! Y bueno… pues creo que es más tranquilo por allá ¿No?” La joven princesa suspiró pesadamente. Ésta vez debía evitar mentirle, optando por contestar del modo más honesto posible.- Je… pienso que incluso es peor allá que aquí. ¡Digo! ¡Al menos Alternative está con ustedes! Y no en su contra –“¿A qué se refiere?” Como se escribió en líneas previas, Dark Peach desconocía todo sobre su Reflejo Original y el mundo en el cual habitaba, desconociendo igualmente sobre “El rio de Sangre”- Bueno, es una muy laarga historia. Opino que deberíamos caminar un rato y mientras me llevas a un lugar seguro ¡Por favor! Podría contarte esa larga historia ¿Te parece? –Sonrió. La servidora simplemente asintió, nunca en su vida había conocido a una persona tan “amable”. Sin embargo, evitaba el encariñarse a la joven… sabía cuál era su cometido. Entregarla con su amo. Si el caballero decide ejecutar el Inuzen, lo inminente es que Dark Peach desapareciese, necesitando de su Reflejo Original para continuar subsistiendo. “Si muero, será por usted, Joven Kirby…” Pensó con melancolía.
-Claro, debo de acostumbrarme y todo eso alv, debí olvidar esta estúpida “Misión” y dejar que Kirby se encargara de esto, así lo más seguro es que ahora mismo estuviera viendo en Netflix alguna serie como “Stranger Things” o “Luis Miguel” ¡Yo qué sé! ¡Ah pero no! El pendejo de yo tuvo que aceptar para no decepcionar a nadie ni que le estuvieran diciendo “Eres un huebon, Sans, por eso nadie te elige para alguna misión” Estúpidos… -Parloteaba para sí mismo del mismo modo en que caminaba exasperadamente, ansiando descubrir su ubicación actual. Al no tener con quien charlar un rato sobre su hostigamiento, optó por iniciar a conversar solo, conservando la apariencia de un loco sin sentido común, válgame la redundancia.- Los caminos todos chidos, las paredes igual, los jardines están geniales y todo pero… ¿¡POR QUÉ ESTÁ TODO ASÍ!? ¿¡QUÉ CLASE DE GUERRA EXPLOTÓ EN ESTE LUGAR!? ¿Dónde fregados estoy? ¡Este lugar sólo por el castillo se parece a…! …. ¿Mushroom? ¡No! ¡Sin duda no puede ser! –Declamó fuertemente, intentando obtener alguna respuesta que sobre su criterio considerase coherente en cuanto a la situación actual vivida. Creía que Mushroom sería igual a su mundo, sin características que difiriesen mucho entre sí. Debía calmarse, concentrarse, analizar cada centímetro a su alrededor. Parecía casi imposible que aquellas tierras fuesen nombradas “Mushroom”. Sí, el reino es bastante conflictivo, de esto no hay duda, organizó varias guerras con distintos fines, ya fuese por beneficio propio o simplemente para demostrar su poder ante cada nación. ¡Era imposible que estuviese en Mushroom! Y desgraciadamente… yacía recorriendo sus tierras, divagando entre cada sendero, observando los sublimes jardines que este poseía. Miró aquel cielo, grisáceo cuan pared, como si una fuerte lluvia se aproximase. Sin embargo, era normal entre estos lugares, nunca se había visto un cielo azul cuan mar, sesgo, libre de maldad, adornando un sublime ambiente. Ahora sólo podía pensar… ¿Podría Mushroom convertirse verdaderamente en esto? Olvidando cada costumbre que tanto le caracterizaba, las buenas personas que alguna vez habitaron sobre él.- Vaya mundo ¿eh?.... es más horrendo de lo que imaginé, bueno, ni siquiera me lo había imaginado, Jejeje…pero, sí que es algo triste, incluso, aunque no vaya a caer lluvia, lo pareciese. Todo el cielo gris, sin color. Joder… Que hijos de puta los que hicieron esto, seguramente no tuvieron ningún remordimiento –Admiraba cada rincón, matices grisáceos, carentes de vida. No eran colores luminosos, encantadores ante la vista, radiantes cuan estrella, potentes luces, capaces de iluminar cualquier inmensa oscuridad, derrocándole al instante. Continuó recorriendo aquellos fúnebres caminos con dirección a Dreamland. Aunque el ambiente no fuese completamente perfecto, debía mantener su determinación en pie, lo único que podría animarle a seguir, incitándole a cumplir su cometido. Lo más probable es que se demorara como mínimo un día en llegar al reino con mención previa. Esto último le desanimó ligeramente, no obstante su mayor obligación actual era dar término a la misión, derrocar al Mirror que buscaban, demostrarle a sus contrarios que no es un simple holgazán. Por un momento se cuestionó en utilizar la teletransportación para alcanzar su destino con mayor facilidad, sin embargo al ser una distancia considerable entre Mushroom y Dreamland, esto último le arrebataría bastante fuerza, debilitándole fácilmente. Gracias a esto, olvidó su idea por completo, considerándola absurda.- Esto literalmente será un camino muy largo… y cansado –“Suspiró” pesadamente ante tales pensamientos. Le frustraba el hecho de que fuese un largo camino, pues esto ralentizaría su llegada al reino con menciones anteriores. Impregnaba sobre cada sendero una marca de su autoría, manifestando su estadía momentánea. Observaba detenidamente cada elemento del lugar, haciéndole único entre otros. Una suave brisa alborotó el ramaje que le rodeaba. Los pétalos se elevaron ligeramente, liberándose, percibiendo aquel suave viento. Un ambiente bastante pacífico, difiriendo en exceso ante su mundo.- Es muy bonito… Como extraño el Mushroom Original ¡Digo! ¡Este ambiente es normal allá! No que aquí es todo oscuro y en todo lo que llevo caminando es el único maldito lugar que se le puede llamar “Pacífico” sin necesidad que tengas que ponerte alerta a cada ratito para evitar que te maten. El Kenkai es horrible, literalmente es un Mundo Espejo ¡Aquí todo cambia! ¡Es lo contrario a lo normal! –“Bueno… yo no considero que sea del todo horrible, hay muchos lugares como este en que puedes relajarte un rato y olvidarte de todos tus problemas. Sólo hay que verle el lado bueno a cada cosa o circunstancia, eso es lo que yo aprendí estando aquí” Al oír aquella dulce voz, su sobresalto fue tal, que volteó tras de sí; y sin siquiera observar de quién se trataba, invocó un Gasterblaster, listo para cualquier batalla a la que pudiese someterse. Su contraria retrocedió abatatada, observando con máximo detenimiento el arma tan útil que Sans conservaba. Colocó sus manos frente a ella, dando a entender que sus intenciones no eran del todo dañinas. “¡T-Tranquilo! ¡No tengo malas intenciones! ¡L-Lo juro! Mi nombre es Rosleeina, soy de Dreamland, vine aquí por turismo y relajamiento, aparte de curiosidad claro ¡Pero juro que no te haré daño! S-Sólo es que…escuché que decías que el Kenkai era horrendo y que raros son los lugares que pueden ser considerados como pacíficos, así que decidí “explicarte” un poco sobre lo que he aprendido aquí” La joven sonrió dulcemente, aclarándole que sus intenciones eran lo contrario a dañinas…o al menos esto quería aparentar. Sans destruyó el arma ante aquellos vocablos, creyendo que era un individuo de relativa confianza. Prosiguió a preguntarle si conocía algún atajo hacía Dreamland, pues lo necesitaba urgentemente. La joven se ofreció a guiarle si es que lo deseaba, evitando su pérdida, puesto que los senderos del lugar no eran los mejores, destruyéndose con el más mínimo golpe. Sans agradeció aquella oferta, aceptándola sin dudar ni un segundo. Esta era su oportunidad definitiva para dar por hecho el avance en cuanto a su cometido. Desgraciadamente… yacía dirigiéndose a su perdición sin siquiera percatarse de ello. “Ven, sígueme” Pronunció captando la completa atención por parte del esqueleto, quien por supuesto sería guiado hasta alcanzar su destino. “Tendrás que perdonarme… pero esto es por el Joven Kirby, este es mi trabajo, lamentablemente…” Pensó. Ambos caminaban con sosiego, charlando entre sí temas sin sentido en particular. Sus aficiones, pasatiempos, anécdotas un tanto peculiares. Conociéndose, compartiendo tiempo juntos, evitando caer en aburrimiento. Las leves acciones de Rosleeina poseían como único afán el atraparle entre sus redes, arrebatándole cualquier oportunidad para huir. Debía aparentar ser alguien que verdaderamente no es, originando un arrepentimiento enorme sobre su frágil alma, incapaz de soportar brutales maldades. Estaba mintiéndole a un individuo que confió en ella, confió en sus acciones, en cada palabra. Confió y creyó… sin la más mínima sospecha. Quería romper en fuerte llanto, abrazar a su contrario, implorar su perdón, sin embargo, esto último le costaría tanto su vida como la de sus compañeros. “Mezde… Peach… Zenku…Marett… no quiero perderles, son lo único por lo que vivo, sin ustedes seguramente moriría de tristeza, soledad, desasosiego. ¡No quiero morir de ese modo! Quiero morir junto a ustedes, viendo el rostro de cada uno. No quiero morir por manos ajenas, y si esto ocurre, les pondré atención hasta el último de mis suspiros. A veces desearía no haber nacido, nunca haber existido, ahorrándome tantas lágrimas, tanto sufrimiento… pero, nunca los hubiera conocido, nunca hubiera conocido la sensación de querer lo suficiente a alguien como para otorgarle tu vida para que vuelva a vivir. Me hicieron sentirme querida… Veo las marcas que adornan mi piel y comienzo a deprimirme, pero ustedes siempre estarán ahí para apoyarme, sacar todo sentimiento negativo de mi ser…” Anhelaba el estar siempre acompañada de sus amistades, sentirse querida, protegida, amada. Aquellas sensaciones que sus propios padres jamás pudieron concederle. Forjaron una joven inerte, sin corazón latiente, carente de emociones. Alguien que simplemente no le importaba vivir o morir… pues no poseía a nadie para realizar estas acciones. Marcas de moretes, graves quemaduras, brutales heridas decoraban su cuerpo blanquizco cuan nieve. Sentía tanta impotencia, debilidad, asco, repugnancia, odio, recelo, rencor. Sentía todo… menos amor, cariño, paciencia, comprensión, valentía, perseverancia, determinación. Finalmente, a sus trece años ya cumplidos, le abandonaron cruelmente, tachándole de imperfecta, horrible, golpes por doquier, horripilante ante cualquier vista “¿Quién quisiera una hija como tú? ¡Maldito monstruo!” Aquellas palabras aún rondaban su mente cuan almas en pena sin descanso alguno. Seguía pensando ¿Quién había creado este monstruo que es ahora?... Sus padres, quienes carecían de clemencia al colocarle esta categoría. Bajo la inmensa lluvia divagaba ente cada camino, buscando con la mirada algún refugio temporal que el bestial destino le concediese, desvaneciendo su maldad momentáneamente; al menos para mantenerle con vida… Ahí, justamente frente a ella yacía un lujoso castillo. Estaba en Chak Kin, la capital de Dreamland. Se aproximó con presteza hacía este, tocando su puerta, ansiando que alguien amable le proporcionase refugio contra la lluvia. Pero nadie vino…referencia a Undertale cof cof xd O al menos eso pensó. Luego de varios minutos los cuales la lluvia no desaprovechó para comenzar a intensificarse excesivamente, fue bien recibida por un joven de cabellos rosáceos cuan pétalos. Con ingenuidad sobre su mirar, la joven Rosleeina solicitó estadía temporal, la cual se le fue otorgada cálidamente, sin regañadientes. Le agradece tanto a aquel joven, sintiéndose incapaz de pagarle cada favor. Ahora, quizás podría “saldar su deuda”, utilizando al esqueleto (quien al parecer poseía bastante energía y poder) para ejecutar el tan deseado Inuzen.- Em… -El contrario le hizo huir de su transe, fustigándole brevemente.- Mi nombre es Sans… Sólo Sans… no tengo apellido, en cambio tú si ¿Verdad? o eres tampoco lo tienes –Rosleeina suspiró. Odiaba el recordar aquel apellido que tanto le caracterizaba, haciéndole sumirse entre sus pensamientos, rememorar cada línea de su pasado, cada grito, cada sollozo, cada lágrima. Recordar el rostro de su “Hermano”, quien terminó por hacerle una vida imposible, absorbiendo cada insulto, golpe, desprecio…- Mi nombre es Rosleeina… Rosleeina Segaly
Cargaba con apaciguo diversos papeles sobre sus manos, pruebas provenientes de experimentos claramente imperfectos, pócimas y múltiples creaciones. Caminaba taciturna entre aquellos largos pasillos dignos del castillo en el cual habita; siendo su única misión, el llevarle la actual investigación al amo. Sus sencillos tacones resonaban sobre aquel rígido suelo, teñido grisáceo, decorado por los más finos azulejos, aparentando ser cristales fáciles de quebrantar utilizando el más mínimo golpe.- El amo debió haber llegado hace algunos momentos, digo, no es tan dificultoso ir y venir desde Revolution hasta acá. Son máximo unos 15 minutos…-Se declamaba así misma, percatándose de cualquier error que su teoría conservase. Tocó la puerta tres veces, como es su costumbre, esperando el vocablo afirmativo “Puedes pasar” digno del señor a quien le servía. Observó con detenimiento sus frágiles mechones ambarinos, suaves cuan almohada. Cuidados como si fuesen diamantes poseyentes de inmenso valor monetario, sublimes ante cualquier mirada. Suspiró levemente, recordando aquellos intentos sin éxito alguno para lograr obtener una cita con el amo, haciendo apreciar sus tributos físicos. Tocó nuevamente, siendo en esta ocasión un golpe fustigado, capaz de poner alerta a cualquier individuo.- ¡Señor Meta Knight! ¡Soy yo, la científica real, Rosleeina! Vengo a traerle un reporte bastante extraño de la frontera “Original-Kagami”, cuatro individuos la han traspasado mediante un aparato bastante potente, ¡Con una fuerza mayor a la de un Yuzen! El Kenkai está en peligro, seguramente están realizando pruebas que podrán en riesgo nuestro mundo –Inmediatamente al finalizar su oración, la puerta frente a la cual yacía presenciando, se abre abruptamente, alterando a nuestra actual protagonista Rosleeina. “¿Cómo dices?” Frente a ella, se encontraba nada más y nada menos que su fiel compañero Mezde, a quien por supuesto le tenía bastante cariño; auto-considerándose su hermana mayor.- ¡M-Mezde! ¿Q-Que haces aquí? ¡Es decir! ¡¿Q-Qué estás haciendo en la oficina de nuestro amo!? –“No te preocupes, hermosura, el amo nos dejó a Pinky y a mi encargados de la oficina y el castillo mientras iba por unas cosas a Revolution… bueno, dejando de lado mis payasadas diarias… El reporte que mencionaste hace algunos momentos ¿Es real? , O sólo era una excusa para entrar a la oficina del amo y de paso coquetearle” La joven científica le miró indignada. Su contrario sabía perfectamente el motivo que aquellos coqueteos conservaban, por lo que sobre su criterio, no poseía el suficiente derecho de pronunciar estos vocablos en su contra. Además, el joven adolescente realmente intentaba seducir al amo, incitándole a tener diversas noches de pasión con él, empeorando la situación significativamente.- Lo dice el niñito que en sus sueños se folla al amo ¿Huh? pero bueno… Si, el reporte es 100% verídico. Entre mis revisiones diarias de la frontera, encontré una entrada exterior al Kenkai que llevaba directo con este, dando así la oportunidad a cualquiera de entrar al mundo. Al parecer esta entrada proviene del “Mundo Original” o en comandos que por cierto ninguno de ustedes dos han podido aprender… “World 21-y22-a.1198/INOND” –Declamó. Sus contrarios quedaron perplejos ante tal explicación. Hace años que nadie había sido capaz de aventurarse sobre sus tierras, recorrer rocosos senderos, soportar extremas temperaturas, caminar entre humedad, escondiéndose cuan animal nocturno, evitando el ser atrapado junto a su crimen antes cometido. El último registro de esta categoría fue con una joven perteneciente al clan Yamamoto, quien por un largo lapso temporal, terminó siendo entrenada entre diversos “Mirror´s”. Se retiró del Kenkai cuando la guerra sobre su mundo dio inicio, originando estragos, llevándose vidas inocentes, forjando charcos carmesíes, los cuales se pisoteaban cruelmente, como si no tuviesen valor alguno. Entre susurros repletos con envidia y repugnancia, se teorizaba sobre su orientación sexual, pues por lo general hablaba de su “pareja” con terceros utilizando vocablos femeninos para describirle…Como si fuese la creación perfecta de dios. Rizos azabaches cuan brutal anochecer, ojos verdosos, brillantes ante la luz. Y finalmente, piel blanquizca, poseyendo apariencia de la más fina nieve que jamás haya penetrado aquellos suelos, lúgubres, tenebrosos, grisáceos. Se le menospreciaba en exceso, considerándole como una mujer débil, incapaz de protegerse a sí misma, recibiendo diversos maltratos ajenos sin motivo alguno para ellos, siendo su única excusa el “entrenarla”. No obstante, demostró todo lo contrario, derrocando con máxima facilidad a quien entonces era su instructor. Dark M. Knight… Claro que no le provocó daños severos, sin embargo, logró tumbarlo contra el suelo empleando menos de cinco golpes. ¿Cuánto tiempo había transcurrido desde su primera clase?... sólo dos míseras semanas, las cuales como se describe en líneas previamente redactadas, nunca desaprovechó. Sabía perfectamente su misión; el intentar derribarle, por más fuerte que aparente ser. Desapareció después de esto. Se concibieron bastantes teorías, dando distinto enfoque entre cada una de ellas. “¡¿P-Pero cómo?!… s-se necesita un Yuzen para cruzar ¿No? A-Además, pocas personas han podido cruzar la frontera… y esa joven era una de ellas… Pero aun no entiendo algo ¿Qué artefacto utilizaron para cruzar? ¿Qué potencia debe tener para transportar cuatro personas al mismo tiempo? ¿Por qué decidieron llegar hasta aquí? ¿Qué quieren de este mundo? ¡Digo! ¡Hay otros como “Negative!” u “Oust” que poseen incluso más recursos que nosotros!” Enunciaba exaltada la joven rubia. Realmente le importaba su mundo, el futuro de este. Anhelaba morir sobre sus tierras, aún si es asesinada brutalmente. Puede que su mundo no fuese el mejor, llenos por perfección, sin indicios de errores extremosos. No obstante, debía amarlo. Después de todo… este es su hogar. Fúnebre, triste, amargo, brutal, cruel, horroroso. ¿Qué más podría pedir? “Tranquila, Pinky… yo puedo darles una excelente bienvenida a mi manera, así podría convencerles de que no nos hagan ningún daño y ¡chan chan! ¡Tooodos felices y contentos!” Ambas jóvenes observaron detenidamente a su contrario, declamando al unísono “¡M-Mezde!” ¿Por qué tal exclamación? Pues… conocían perfectamente a su contrario, malinterpretándole en algunas ocasiones (por no decir generalmente), pues el joven albino no era tan santo como muchos le catalogaban. “¡Eso no, mamonas! La otra bienvenida…” Pronunció cruzándose de brazos ante tal “insulto”. Sus contrarias suspiraron aliviadas. Sinceramente creían que aquella “Bienvenida” iba terminar convirtiéndose en una orgía. Conociendo a Mezde…- Dales la bienvenida que quieras, pero eso sí. Hay que evitar a toda costa que entren al castillo, quizás quieran algo de aquí para sus experimentos raros como dije anteriormente y todo eso…pero sobre todas las cosas, en el caso de que logren entrar… Protejan al amo con su vida, somos sus guardianes y caballeros ¿Bien? –Sus contrarios asintieron. Sabían con exactitud cada norma a la cual debían someterse, respetar. La campana matiz ceniza resonó entre cada cuarto, cada pasillo, alertándoles sobre la llegada ajena. Era su amo, quien yacía escoltado por sus siervos en caso de algún ataque. Se conocía perfectamente el poder que poseía, sin embargo, debían protegerle. Según el joven caballero, este es y será su destino hasta morir. “Será mejor que nos vayamos, Mezde, dijo que cuidáramos el castillo y la oficina, no que nos la pasáramos de pendejos jugando domino” Pronunció tímida. Lo último que deseaba era un castigo por parte del amo, el cual seguramente le dejaría sin alguna de sus extremidades. Le temía en exceso, al punto de sumisión excesiva, aparentando ser un joven infante, libre ante cualquier pecado. Un alma pura, sin rastro de maldad sobre su ser. “No te preocupes Pinky, le diremos que abrimos la oficina para sacar las llaves del cuarto grande y mientras las buscábamos oímos a mami Rosy contar lo de su informe ese y ya está ¡Felices y salvados sin que nos quiten un brazo o una pierna! ¡Salimos sanitos de esto! Créanme…” Sin duda alguna, el Uirusu poseía ideas retorcidas pero creíbles a su modo…Claro…Como si el amo creyese cada tontería… Seguramente, sería un milagro para cada uno de sus míseros siervos. Cuando el caballero se aproximó hacia su ubicación, simularon el estar charlando sobre tonterías diversas, sin mucha coherencia en realidad. Luego de algunos leves regaños por “invadir” su “propiedad privada”, único lugar en el cual la paz podría abundarle, se le preguntó a Rosleeina el contenido de aquellos papeles blanquizcos que poseía, alarmándole. ¿Por qué? Sabía perfectamente lo que informaría, apaciguándole, no obstante, le preocupaba bastante la respuesta del amo. Era fácil de hacerle enfadar, por lo que tan sólo necesitaba explicarle aquel contenido para fustigarle al instante. Debía ser clara, evitando enfadarle a toda costa, pues esto último podría costarles la vida.- M-Mi señor… y-yo e-encontré algo extraño sobre la f-frontera “Original-Kagami”. D-Durante mis revisiones diarias, hallé una especie de entrada exterior al Kenkai, proveniente del Mundo Original. Al parecer fueron cuatro individuos los que ingresaron. Aun no se sabe con exactitud de quienes se tratan, pero lo que si se conoce es que traspasaron la frontera con ayuda de un aparato b-bastante potente, pues pudo ingresarlos al mismo tiempo. ¡Es incluso más poderoso que un Yuzen! ¡El Yuzen más fuerte se queda corto con la fuerza del artefacto que utilizaron para llegar hasta aquí! –Finalizó haciendo uso de una exclamación. El amo observó detenidamente los papeles que ahora poseía, leyendo cada coordenada, colocando toda su atención sobre el más mínimo signo, pues sabría que esto era de gran importancia. Seguramente, el Kenkai estuviese en inminente peligro… gracias a su ambición de conquistar otros mundos mediante sentimientos negativos, tales como la ira, la tristeza, la venganza, entre otros. “Rosleeina, Mezde, Peach, ustedes tres se encargarán de buscar a esos imbéciles, y cuando los encuentren, los traerán hasta aquí, luego me las arreglaré con ellos, quizás tengan buena energía para ejecutar un Inuzen (Tipo de magia la cual es capaz de revivir a cualquier ser humano. Para su ejecución efectiva, es necesario como mínimo cuatro sacrificios, los cuales deberán poseer cierta energía y poder, menester para la garantía del Inuzen)” Sonrió victorioso. Si lograba su cometido, finalmente podría hacerle revivir, estar con él, abrazarle, besarle, otorgarle ese cariño que tanto anhelaba.- Mi señor… no quiero decepcionarle pero si se supone que usted es la parte “Mirror” de Meta Knight…. ¿No cree que si lo asesina usted también morirá? –Enuncia con inseguridad. “Lo siento, no te escuche ¡¿Podrías repetirlo?!” Ante los vocablos previamente pronunciados, Rosleeina retrocede abatatada.- N-No dije nada… fue una idiotez –Debía tener en cuenta un elemento bastante importante. El amo estaría dispuesto a otorgar su vida, e incluso la de terceros con tan sólo ver a su hermano nuevamente vivo. Finalmente obedecieron sin chistar, sabiendo que la desobediencia no era una opción aceptable. Salieron con presteza del castillo, dirigiéndose a las afueras de este, admirando aquel cielo tan grisáceo que siempre les acompañó. Cada uno fue por su lado y rumbo, negándose a ir en grupo, pues querían demostrar su máximo potencial, ganando así un poco de fama entre terceros ajenos al castillo sobre el cual habitaban. “No le fallaremos, mi señor, se lo aseguramos, lo juramos por nuestra propia vida” Dicen para sus adentros, recónditos lugares, secretos jamás contados… Brutales pecados sin perdón alguno.
AK/Peach – Kenkai
-¿Ayuda?... Por favor ¿Podrían ayudarme?... N-Necesito llegar a Dreamland lo más rápido posible… -Solicitaba auxilio. Yacía sumida entre la oscuridad del reino. Aquellas tierras oscuras, donde habitan los peores clanes, sanguinarios, crueles, carentes si de clemencia se habla. Ejemplos relativos son los tan conocidos Shando, el peor clan jamás creado. Poseyentes de una brutal historia, repleta por locura y venganza. Entre clanes el más poderoso sin duda, incapaz de perder una mísera batalla. “El río de sangre” su mayor obra “artística”, caracterizada por ser una horrenda contienda sin piedad alguna, llevándose consigo miles de vidas, forjando traumas irreversibles, crueles estragos, dando término a diversas familias… dejando tras ellos el tan inminente río carmesí. Recorría discreta aquellos luctuosos senderos. El ambiente comenzaba a tornarse algo pesado, incomodando mayormente a la joven, quien observaba a sus alrededores, intentando averiguar su ubicación actual. Sin lugar a dudas, sentía temor rasgándole tras la espalda, oía pasos ajenos sin dueño aparente, voces susurrantes, enunciando diversas palabras carentes de sentido. ¿Acaso se hundiría ante la locura? Comenzó a correr con máxima presteza, elevando su vestido color rosáceo entre cada paso.- N-Necesito salir ¡Mario! ¡Meta Knight! ¡Ayuda! ¡Por favor! –Gritaba fuertemente, demandaba auxilio inmediato. Sentía una horrenda sensación, era como estar sobre el mismísimo infierno. Corría cuan sabandija entre la bestial oscuridad, protegiendo sus crímenes con previa realización, evitando a toda costa el ser capturado. Terminó descansando bajo un inmenso árbol, el cual la “protegía” de casi cualquier peligro tras su espalda. Jadeaba fuertemente a causa del cansancio que ahora dominaba todo su cuerpo. Abrazó con fuerza aquel tronco, aferrándose a este como si su vida dependiese de ello. Desconocía la historia oculta tras el árbol, perteneciente a uno de sus aliados. Si, aliados. El gran árbol al cual yacía abrazando fue plantado hace mucho tiempo por nada más y nada menos que una joven Shando de nombre Karla. ¿Les suena? Quería impregnar algo de su autoría sobre Edo, haciéndose recordar entre terceros, aunque fuesen susurros repletos con envidia, repugnancia, vergüenza ajena. Anhelaba regresar algún día. Nuestra joven Edoteniense era de los pocos “Mirror´s” los cuales no cambiaban su actitud a pesar de corresponder a distintos mundos. Ambas seguían conservando aquel lejano sueño de hacer reflexionar al clan, abriéndoles un nuevo sendero, sin crueldad, maldad, dejando atrás múltiples inhumanos sacrificios.- Quisiera… poder al menos sentir un abrazo por última vez… lo más seguro es que muera sin siquiera completar la misión ¡Soy una inútil! ¡No sirvo para nada! ¡Ni si quiera sé por qué me eligieron para esto! ¡Ni por qué chingados acepté! ¡Maldita sea! –“No creo que una princesa tan refinada utilice ese tipo de lenguaje ¿Dónde aprendió esas palabras?” Alzó su vista levemente, admirando a su contraria, la cual le miraba con calidez y apaciguo, cuan madre protectora, comprensiva ante errores dignos de cualquier infante. Rompió aquel roce, retrocediendo gracias al pavor que ahora sentía sobre su ser.- ¡¿T-Tú eres?! –La servidora asintió utilizando su cabeza. “Sí, efectivamente, soy tu Mirror, Dark Peach, mucho gusto” Enunció solemne, dedicándole una sonrisa bastante afectiva, apaciguándole al instante. Le ofreció su mano para ayudarle a levantarse, la cual fue bien recibida. Peach prosiguió a reincorporarse, sacudiendo su hermoso vestido teñido grisáceo gracias al polvo que le rodeaba.- El gusto es mío… ¿Qué haces aquí? –Preguntó curiosa, desconociendo el estado actual del Kenkai. Su contraria desvía la mirada, se le podía observar deprimida, adolorida, de alma quebrantada cuan fino cristal. La servidora toma ambas manos de ahora su contraria, procediendo a declamar. “Hago mis recorridos por los reinos, ya sabes… debes saber todo sobre ellos en caso de que estén en alguna guerra y así poder ayudarlos. En este mundo Mushroom y Alternative son muy buenos aliados, por lo que sería casi imposible que se creara una guerra entre ambos…” Fingió una sonrisa, otorgándosela a Peach. La joven con anterior mención dudó sobre esos vocablos, la pronunciación que se utilizó. Era, literalmente como verse en un espejo, reflejante ante cualquier verdad. Sería honesta consigo misma, en algunas ocasiones ocultó su tristeza tras una sonrisa bastante forzada, evitando entristecer a sus seres queridos… o al menos lo que conservaba. A la gran mayoría les utilizaba para ejercer diversos planes, haciendo uso de aquella hipocresía que tanto le caracterizaba. Sus verdaderas intenciones diferían en exceso a lo que en realidad ansiaba llegar. Entonces… ¿Qué le ocultaba su contraria? ¿Acaso sería una esclava?... Su curiosidad fue tal, que no dudó ni míseros segundos en preguntar sentimentalmente.- ¿Te ocurre algo?... es que… esa sonrisa no es real ¡Lo sé porque….! Yo soy así, y tú no me dejarás mentir –Dark Peach se estremeció al percibir tales vocablos. Al parecer la joven princesa creía que cada Mirror sobre el Kenkai conocía perfectamente a su “Reflejo original”, concibiendo cada táctica, cada minuto que vive, la manera en que se expresa. No obstante, la mayoría no tiene conocimiento sobre su “Reflejo original” creyendo solamente en que su existencia es única, negando cualquier idea la cual le contradiga. “Ah… si, sé que eres bastante… hipócrita… pero en serio ¡No me pasa nada! Lo que te digo es totalmente cierto, creo que en tu mundo es muy diferente a aquí ¿no?, bueno, no sé, sólo supongo…” Enunció. Sinceramente creía que su Reflejo original era sumisa al igual que ella, esto último le hizo recordar aquel dicho el cual su madre siempre le expresaba “Nunca juzgues un libro por su portada” Peach rió levemente.- Si… es demasiado diferente aquí. Alternative no es aliado de ningún reino, todos le tienen temor y odio. Mushroom es aliado de Dreamland y Sarasaland…. ¿Aquí lo es? –Su contraria le observó detenidamente, forjando un encuentro entre ambas miradas. Mushroom yacía entre la perdición, estragos sin reparación existente. Sarasaland… era igual, difiriendo en algunas circunstancias. Alternative es lúgubre completamente, carente de vida y habitantes. La mayoría desconoce su existencia. El único reino que yace en pie aún es Dreamland… a comparación del Mundo Original, estas tierras son el infierno mismo, crueldad sobre estas. Traición, pecados, brutalidad… “Si… pero sólo Sarasaland, Dreamland en cambio es… ¡Aliado de Revolution! ¡Sí…! Y bueno… pues creo que es más tranquilo por allá ¿No?” La joven princesa suspiró pesadamente. Ésta vez debía evitar mentirle, optando por contestar del modo más honesto posible.- Je… pienso que incluso es peor allá que aquí. ¡Digo! ¡Al menos Alternative está con ustedes! Y no en su contra –“¿A qué se refiere?” Como se escribió en líneas previas, Dark Peach desconocía todo sobre su Reflejo Original y el mundo en el cual habitaba, desconociendo igualmente sobre “El rio de Sangre”- Bueno, es una muy laarga historia. Opino que deberíamos caminar un rato y mientras me llevas a un lugar seguro ¡Por favor! Podría contarte esa larga historia ¿Te parece? –Sonrió. La servidora simplemente asintió, nunca en su vida había conocido a una persona tan “amable”. Sin embargo, evitaba el encariñarse a la joven… sabía cuál era su cometido. Entregarla con su amo. Si el caballero decide ejecutar el Inuzen, lo inminente es que Dark Peach desapareciese, necesitando de su Reflejo Original para continuar subsistiendo. “Si muero, será por usted, Joven Kirby…” Pensó con melancolía.
MK/Sans – Kenkai
-Claro, debo de acostumbrarme y todo eso alv, debí olvidar esta estúpida “Misión” y dejar que Kirby se encargara de esto, así lo más seguro es que ahora mismo estuviera viendo en Netflix alguna serie como “Stranger Things” o “Luis Miguel” ¡Yo qué sé! ¡Ah pero no! El pendejo de yo tuvo que aceptar para no decepcionar a nadie ni que le estuvieran diciendo “Eres un huebon, Sans, por eso nadie te elige para alguna misión” Estúpidos… -Parloteaba para sí mismo del mismo modo en que caminaba exasperadamente, ansiando descubrir su ubicación actual. Al no tener con quien charlar un rato sobre su hostigamiento, optó por iniciar a conversar solo, conservando la apariencia de un loco sin sentido común, válgame la redundancia.- Los caminos todos chidos, las paredes igual, los jardines están geniales y todo pero… ¿¡POR QUÉ ESTÁ TODO ASÍ!? ¿¡QUÉ CLASE DE GUERRA EXPLOTÓ EN ESTE LUGAR!? ¿Dónde fregados estoy? ¡Este lugar sólo por el castillo se parece a…! …. ¿Mushroom? ¡No! ¡Sin duda no puede ser! –Declamó fuertemente, intentando obtener alguna respuesta que sobre su criterio considerase coherente en cuanto a la situación actual vivida. Creía que Mushroom sería igual a su mundo, sin características que difiriesen mucho entre sí. Debía calmarse, concentrarse, analizar cada centímetro a su alrededor. Parecía casi imposible que aquellas tierras fuesen nombradas “Mushroom”. Sí, el reino es bastante conflictivo, de esto no hay duda, organizó varias guerras con distintos fines, ya fuese por beneficio propio o simplemente para demostrar su poder ante cada nación. ¡Era imposible que estuviese en Mushroom! Y desgraciadamente… yacía recorriendo sus tierras, divagando entre cada sendero, observando los sublimes jardines que este poseía. Miró aquel cielo, grisáceo cuan pared, como si una fuerte lluvia se aproximase. Sin embargo, era normal entre estos lugares, nunca se había visto un cielo azul cuan mar, sesgo, libre de maldad, adornando un sublime ambiente. Ahora sólo podía pensar… ¿Podría Mushroom convertirse verdaderamente en esto? Olvidando cada costumbre que tanto le caracterizaba, las buenas personas que alguna vez habitaron sobre él.- Vaya mundo ¿eh?.... es más horrendo de lo que imaginé, bueno, ni siquiera me lo había imaginado, Jejeje…pero, sí que es algo triste, incluso, aunque no vaya a caer lluvia, lo pareciese. Todo el cielo gris, sin color. Joder… Que hijos de puta los que hicieron esto, seguramente no tuvieron ningún remordimiento –Admiraba cada rincón, matices grisáceos, carentes de vida. No eran colores luminosos, encantadores ante la vista, radiantes cuan estrella, potentes luces, capaces de iluminar cualquier inmensa oscuridad, derrocándole al instante. Continuó recorriendo aquellos fúnebres caminos con dirección a Dreamland. Aunque el ambiente no fuese completamente perfecto, debía mantener su determinación en pie, lo único que podría animarle a seguir, incitándole a cumplir su cometido. Lo más probable es que se demorara como mínimo un día en llegar al reino con mención previa. Esto último le desanimó ligeramente, no obstante su mayor obligación actual era dar término a la misión, derrocar al Mirror que buscaban, demostrarle a sus contrarios que no es un simple holgazán. Por un momento se cuestionó en utilizar la teletransportación para alcanzar su destino con mayor facilidad, sin embargo al ser una distancia considerable entre Mushroom y Dreamland, esto último le arrebataría bastante fuerza, debilitándole fácilmente. Gracias a esto, olvidó su idea por completo, considerándola absurda.- Esto literalmente será un camino muy largo… y cansado –“Suspiró” pesadamente ante tales pensamientos. Le frustraba el hecho de que fuese un largo camino, pues esto ralentizaría su llegada al reino con menciones anteriores. Impregnaba sobre cada sendero una marca de su autoría, manifestando su estadía momentánea. Observaba detenidamente cada elemento del lugar, haciéndole único entre otros. Una suave brisa alborotó el ramaje que le rodeaba. Los pétalos se elevaron ligeramente, liberándose, percibiendo aquel suave viento. Un ambiente bastante pacífico, difiriendo en exceso ante su mundo.- Es muy bonito… Como extraño el Mushroom Original ¡Digo! ¡Este ambiente es normal allá! No que aquí es todo oscuro y en todo lo que llevo caminando es el único maldito lugar que se le puede llamar “Pacífico” sin necesidad que tengas que ponerte alerta a cada ratito para evitar que te maten. El Kenkai es horrible, literalmente es un Mundo Espejo ¡Aquí todo cambia! ¡Es lo contrario a lo normal! –“Bueno… yo no considero que sea del todo horrible, hay muchos lugares como este en que puedes relajarte un rato y olvidarte de todos tus problemas. Sólo hay que verle el lado bueno a cada cosa o circunstancia, eso es lo que yo aprendí estando aquí” Al oír aquella dulce voz, su sobresalto fue tal, que volteó tras de sí; y sin siquiera observar de quién se trataba, invocó un Gasterblaster, listo para cualquier batalla a la que pudiese someterse. Su contraria retrocedió abatatada, observando con máximo detenimiento el arma tan útil que Sans conservaba. Colocó sus manos frente a ella, dando a entender que sus intenciones no eran del todo dañinas. “¡T-Tranquilo! ¡No tengo malas intenciones! ¡L-Lo juro! Mi nombre es Rosleeina, soy de Dreamland, vine aquí por turismo y relajamiento, aparte de curiosidad claro ¡Pero juro que no te haré daño! S-Sólo es que…escuché que decías que el Kenkai era horrendo y que raros son los lugares que pueden ser considerados como pacíficos, así que decidí “explicarte” un poco sobre lo que he aprendido aquí” La joven sonrió dulcemente, aclarándole que sus intenciones eran lo contrario a dañinas…o al menos esto quería aparentar. Sans destruyó el arma ante aquellos vocablos, creyendo que era un individuo de relativa confianza. Prosiguió a preguntarle si conocía algún atajo hacía Dreamland, pues lo necesitaba urgentemente. La joven se ofreció a guiarle si es que lo deseaba, evitando su pérdida, puesto que los senderos del lugar no eran los mejores, destruyéndose con el más mínimo golpe. Sans agradeció aquella oferta, aceptándola sin dudar ni un segundo. Esta era su oportunidad definitiva para dar por hecho el avance en cuanto a su cometido. Desgraciadamente… yacía dirigiéndose a su perdición sin siquiera percatarse de ello. “Ven, sígueme” Pronunció captando la completa atención por parte del esqueleto, quien por supuesto sería guiado hasta alcanzar su destino. “Tendrás que perdonarme… pero esto es por el Joven Kirby, este es mi trabajo, lamentablemente…” Pensó. Ambos caminaban con sosiego, charlando entre sí temas sin sentido en particular. Sus aficiones, pasatiempos, anécdotas un tanto peculiares. Conociéndose, compartiendo tiempo juntos, evitando caer en aburrimiento. Las leves acciones de Rosleeina poseían como único afán el atraparle entre sus redes, arrebatándole cualquier oportunidad para huir. Debía aparentar ser alguien que verdaderamente no es, originando un arrepentimiento enorme sobre su frágil alma, incapaz de soportar brutales maldades. Estaba mintiéndole a un individuo que confió en ella, confió en sus acciones, en cada palabra. Confió y creyó… sin la más mínima sospecha. Quería romper en fuerte llanto, abrazar a su contrario, implorar su perdón, sin embargo, esto último le costaría tanto su vida como la de sus compañeros. “Mezde… Peach… Zenku…Marett… no quiero perderles, son lo único por lo que vivo, sin ustedes seguramente moriría de tristeza, soledad, desasosiego. ¡No quiero morir de ese modo! Quiero morir junto a ustedes, viendo el rostro de cada uno. No quiero morir por manos ajenas, y si esto ocurre, les pondré atención hasta el último de mis suspiros. A veces desearía no haber nacido, nunca haber existido, ahorrándome tantas lágrimas, tanto sufrimiento… pero, nunca los hubiera conocido, nunca hubiera conocido la sensación de querer lo suficiente a alguien como para otorgarle tu vida para que vuelva a vivir. Me hicieron sentirme querida… Veo las marcas que adornan mi piel y comienzo a deprimirme, pero ustedes siempre estarán ahí para apoyarme, sacar todo sentimiento negativo de mi ser…” Anhelaba el estar siempre acompañada de sus amistades, sentirse querida, protegida, amada. Aquellas sensaciones que sus propios padres jamás pudieron concederle. Forjaron una joven inerte, sin corazón latiente, carente de emociones. Alguien que simplemente no le importaba vivir o morir… pues no poseía a nadie para realizar estas acciones. Marcas de moretes, graves quemaduras, brutales heridas decoraban su cuerpo blanquizco cuan nieve. Sentía tanta impotencia, debilidad, asco, repugnancia, odio, recelo, rencor. Sentía todo… menos amor, cariño, paciencia, comprensión, valentía, perseverancia, determinación. Finalmente, a sus trece años ya cumplidos, le abandonaron cruelmente, tachándole de imperfecta, horrible, golpes por doquier, horripilante ante cualquier vista “¿Quién quisiera una hija como tú? ¡Maldito monstruo!” Aquellas palabras aún rondaban su mente cuan almas en pena sin descanso alguno. Seguía pensando ¿Quién había creado este monstruo que es ahora?... Sus padres, quienes carecían de clemencia al colocarle esta categoría. Bajo la inmensa lluvia divagaba ente cada camino, buscando con la mirada algún refugio temporal que el bestial destino le concediese, desvaneciendo su maldad momentáneamente; al menos para mantenerle con vida… Ahí, justamente frente a ella yacía un lujoso castillo. Estaba en Chak Kin, la capital de Dreamland. Se aproximó con presteza hacía este, tocando su puerta, ansiando que alguien amable le proporcionase refugio contra la lluvia. Pero nadie vino…
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El retraso :) todo por la skul ¡Te odio eskul! >:v oknio xddd sin mi beca quien me da de comer :´´´v (?
Okya xdd, pero weno uwu seguimos con esta History contándonos cada pendejada de nuestros personarijillos ;^(? xddd wenooo, si se preguntan por qué el retraso de un día pues creo que el texto de arriba lo explica todo :u así que… espero me perdonen :´´v cada vez estaré menos activa y espero que la skul me deje escribir ¡pinche skul! >:´v ahre ya xd Espero les esté gustando esta historia tanto como a mí me gusta escribírselas uwu y weno ¡Bye! ¡Hasta la próxima mis flanesitos y mijos!
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