Ángeles y Demonios
Preparados para el ataque
Capítulo X - FINAL
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Tomaba tranquilamente una taza de té, mientras veía el sesgo ambiente a través de su balcón. Sostenía su taza con agarre firme, pues si le soltaba, obviamente caería al suelo, haciendo un maldito desastre, y lo último que deseaba hacer en aquellos momentos era ponerse a limpiarlo, o siquiera moverse para hacerlo. Era una mañana soleada, con nubes de algodón adornándole cuan marco, el trinar de los pájaros, música para los oídos del rey. Se podía escuchar las hojas verdosas danzando a causa del viento silbante. Un fino hilo de agua recorriendo las más finas piedras del reino, causando un hermoso sonido tan sesgo. Los tiernos rayos de sol iluminaban sus majestuosos ojos aperlados al descubierto, era extraño el día en el que no portaba su tan característica máscara plateada, pues era como una parte de sí. Pensaba en jugar una partida de ajedrez, ya que era uno de sus juegos favoritos, obligando al jugador a usar el cálculo, la estrategia, la memoria, entre muchas otras. Pero ¿A quién en todo el castillo le gustaba jugar ajedrez? Conocía a dos personas que bien podrían ser casi ajedrecistas profesionales, sin embargo, no aceptarían aquel lugar. Martín e Hikaru. El joven albino era un buen estratega, de eso no había duda, un enemigo del cual “da pelea”, sin embargo, si es un conocido, se hará el tonto y te dará una ventaja; por lo que le descartó. Sólo quedaba la persona más odiada por su ser, que, aunque anteriormente le salvó la vida, ambos se llevan tan mal como el agua y el aceite…por problemas algo “absurdos”. Obviamente era nada más y nada menos que Hikaru. Con Hideaki se llevaba normal, de hecho, comenzaba a tomarle cariño, pero Hikaru ¡Ese castaño le traía hasta la madre! Era hartante verle a los ojos, pues era como sí tan sólo con la mirada te matase en un segundo; o quizás hasta menos. ¡Por ninguna circunstancia le pediría una partida de ajedrez! Aunque era un rival fuerte, y eso le interesaba ¡No iría! Tal fue su ira al recordar a aquel castaño, que rompió la taza a causa de la fuerza ejercida. Terminó haciendo lo que menos quería hacer. Suspiró fastidiado, esos días empezaban a ser duros para el ex-caballero de Dreamland. Papeles tras papeles los cuales había que firmar, ¡Y lo peor era que no llevaba ni la mitad! Asistir a largas conferencias y a reuniones sin sentido alguno, como si el único propósito de estas fuese quitarle su valioso tiempo. Miró al suelo, encontrándose a través del reflejo causado por el café. Se acercó al barandal del balcón, recargándose en ese, viendo con más claridad el hermoso paisaje que le rodeaba. Sus cabellos azulados danzaban libremente a causa de la leve brisa; cerró sus ojos por un momento, extinguiendo su hermoso brillo temporalmente. Imaginó por algunos instantes el estar en su antiguo hogar, donde todos se tenían confianza, nadie se desconocía, la mayoría eran amigos, pero…después de la guerra civil, todo cambió. No fue testigo de aquellos actos, pues se encontraba en otro sitio cuando sucedió, y al regresar; nadie se tenía confianza, eras un extraño que merodeaba por las calles desoladas del lugar, tus pasos podían oírse con firmeza, dejándote como una débil presa para los matones de ahí. Abrió los ojos con presteza, asustándose a sí mismo, oyendo el sonido fuerte de su rojizo corazón, bombeando cuan tambor, indicando el miedo. Al poco rato se encontraba ya más tranquilo, decidido a ir por una jerga y limpiar el desastre. Soltaba apenas la orilla del barandal cuando de pronto comenzaron a oírse voces fuera de su cuarto. Conocidas, recordadas para su mente ¡Claro! Se escuchan pelear por algo ¿por una apuesta quizás? es decir, conociendo a esos…-Karla y… ¿Mario? –Dudaba ante su suposición, pues la voz del castaño era un poco más alocada a comparación de la escuchada. Tenía un tono más “solemne” cosa que sorprendió al caballero ¿Desde cuándo el oji-zafiro hablaba de esa forma? Seguro se estaba confundiendo…pero no era así. Empezaron a oírse groserías dignas de aquel par, sólo faltaba que el joven Hibiki interviniese en defensa de su pareja, la cual le agradecería su ayuda pero no la aceptaría, pues era conflicto “entre dos” y un “metiche” no era bien recibido. No quería salir ahora, ¿por qué? Con Karla no había ningún problema, sin embargo con Mario…Su amistad actualmente era tal y como un fino hilo de ceda, en cualquier momento podría romperse, sin la posibilidad de tener recuperación. Decidió quedarse silencioso en su balcón, sintiendo como una de sus metálicas botas pisaba el líquido que anteriormente había caído sin permiso al frío suelo del balcón. Todo tranquilo hasta que se escuchó el estruendoso grito de la joven Shando “¡Ken-yeté!”. Después de aquel grito, se oyó como la puerta de su habitación era destruida. Salió de su balcón con toda la presteza, para después notar que efectivamente, la puerta de madera fue destruida…y lo peor, por el dúo de personas que supuso yacían peleando hace algunos momentos. “¡Hola Meta!” Habló sínicamente ¡Como si no hubiese pasado absolutamente nada! Aquello le enfureció.- Karla…-Intentaba mantenerse sesgo, ¡Pero es que aquel par era insoportable! “Por cierto, te ves bien sin tu máscara” Pronunció pícara. Se había olvidado por completo de que no portaba su máscara, y todo por centrarse en regañarles, y de paso sermonearlos. Cubrió rápidamente su rostro con la capa que portaba, de modo que sólo pudiese ver de reojo las cosas que le rodeaban. Buscó entre aquellas su máscara plateada, quería encontrarla lo más rápido posible. Pasaron algunos minutos y ni rastro de ella, por lo que se sobresaltó un poco. ¿Acaso se estaba volviendo un desordenado como para no encontrar la máscara? Al poco rato al fin la encontró…tirada en el suelo bajo su cama. ¿Cómo es que había llegado hasta ahí? Pero eso era lo que menos le preocupaba. Colocó la máscara en el lugar correspondiente, descubriendo su rostro.- ¿Qué hacen aquí ustedes dos?...-Intentó que ambos dirigiesen su atención hacia él, sin embargo, sólo consiguió la de Karla. Como se lo esperaba, el castaño no se molestaría en dedicarle si quiera una palabra, su enfado aún seguía, y no parecía quererse retirar en algún momento. Quería susurrar su nombre, pedirle una disculpa pero… ¡No tenía la culpa! ¿Por qué debía de hacerlo? Su orgullo era tal, que ni disculparse podía. “Bueno…pues este wey me debe dinero” Recibió respuesta de la castaña…pero no de su contrario. Estaba claro que su enfado no se le pasaría en algunos meses… o incluso años.- ¿Y acaso creen que la reparación de la puerta costará el mismo dinero que te debe? –El ímpetu en su voz no se hizo esperar a aparecer; comenzaba a hartarse, y la voz lo demostraba. “¡¿Y qué?! Puedo pagarte la reparación de tu maldita puerta de mierda” Al fin escuchó una respuesta del castaño; sin embargo no era la que se esperaba. Y claro, quién le no contestaría de aquella manera a una persona que le cae horriblemente mal. Si no fuese porque el joven caballero se tranquilizó, hubiese comenzado una pelea verbal, para después ser proseguida por una de golpes, causando que cualquiera de los dos quedase gravemente lastimado, pues como se conoce, ambos tienen casi el mismo nivel de fuerza física.- Mario…-Iba a disculparse, estaba decidido a terminar con esta disputa que parecía interminable, pero…alguien tenía que interrumpir ¡Claro! “Haber, haber ¿qué está pasando aquí?” La voz del demonio azabache se hizo presente en la habitación, llamando la atención de todos sus contrarios. “Y… ¿Por qué chingados la puerta de Meta esta jodida?” El caballero iba a contestarle de una manera algo incorrecta, sin embargo se detuvo al reflexionar. Hideaki no se merecía en lo absoluto ser el contenedor de su mal humor, ni mucho menos un objeto con el que se pueda desahogar, como si no tuviese sentimiento alguno.- Ese no es tu problema –Alcanzó a responder de una manera sesga. Su enfado no era tanto comparado con el de hace unos momentos, sin embargo, aún seguía. Hubiese preferido quedarse en silencio, sin contestar, pero en ese caso, ninguno de los tres sería capaz de contestarle, dejándole con la “duda”. “Es una puerta del castillo ¡Problema de todos!” Y al parecer el castaño pronunciaría cada una de sus palabras con el propósito de llevarle la contraria al joven peli-azul. Empezaba a hostigarle la actitud de Mario, pues para su gusto era más molesto que de costumbre.- Aja, mejor te vas callando ¡Ustedes dos rompieron la puerta! Por lo que es su problema -Gracias a aquel comentario estallaría una pelea verbal, que por obvias razones, tanto como Hideaki como Karla intentarían detener. Groserías, palabras graves abundaban por toda la habitación, resonando cual eco con ayuda de las paredes. Se acercaban con el propósito de dañar a su contrario de manera física…pero las palabras son las que más dañan, y esta ocasión no fue la excepción. Entre uno de los jalones por parte del castaño hacía la ropa de Meta Knight, rompió parte de esta, dejando al descubierto su cuello blanquecino, haciéndolo parar al instante. También se podía observar una especie de mordida impresa en este, aún en el proceso de cicatrización. “Ay, no sabía que “jugabas” de esa forma con Martín” La actitud socarrona del castaño volvió, haciéndose notar con más fuerza en su voz. Aquel comentario hizo que el joven caballero se ruborizase, pero gracias a que la máscara cubría la mitad de su rostro, no podía notarse a simple vista.- ¿eee? ¿De qué hablas? –El oji-perla aún no sabía de la existencia de esa mordida, por lo que le dejó confundido. “Es que…tienes una…una mordida en el cuello” Pronunció con dificultad la joven Shando, pues su risa era tal, que no era capaz de hablar correctamente. . . ni mucho menos con fluidez. Hideaki comenzaba a sentirse nervioso, pues claramente era el responsable de la mordida en el cuello del peli-azul. Quería hablar…pero no podía, pues si lo hacía, su voz haría más notable su inquietud, dejando al descubierto su “crimen”. Debía irse, buscar una salida fácil de aquella habitación, de modo que nadie sospechase, pero…no contaba con las dudas de Meta Knight.- Hideaki…-Fue nombrado, asustándole demasiado. La voz del caballero había perdido su tono sesgo, que fue remplazado por uno de odio, rencor…y enojo. “¿S…Si?” Estaba en problemas; y en uno serio. ¿Qué le respondería? Era más que obvio que al caballero no se le podía convencer tan fácil a base de mentiras, por lo que descartó aquella opción, acorralándole a decir la verdad…y eventualmente, esperar los “madrazos” certeros de su “víctima”.- Fuiste tú ¿Cierto? –Sus ojos cambiaron a un tono más amarillento, expresando su enfado. Si el demonio azabache tenía miedo, ahora era más que sólo eso.- ¡Contesta, Idiota! –Aquella exigencia le abatató más de lo que ya, por lo que no le quedó otra opción más que contestar “¡Si, fui yo!…por cierto…tu sangre es muy dulce” Recalcó la penúltima palabra de su oración, haciendo que el caballero se fastidiase aún más.- ¡¿Y cuál fue la puta razón como para morderme?! –Y el enfado del oji-perla no se hizo evitar ante la respuesta del azabache. Por un lado agradecía su sinceridad, pero por el otro le odiaba más de lo que ya (obviamente el odio que le tenía a Hikaru era aún más grande).”Bueno…el día en que te desmayaste a medio camino de Revolution pues…maté a Ariana y….” Antes de proseguir con su oración, Meta Knight le interrumpió con un tono de emoción en su voz.- ¡¿La mataste?! –Sus hermosos ojos aperlados brillaron por la felicidad ¡Al fin su enemigo había muerto! ¡Y a manos de un aliado! Hubiese deseado estar despierto en aquellos momentos para presenciar el asesinato de aquel Shando tan odiado.- ¡Hideaki, no sabes lo feli…!” Ahora, el demonio azabache le interrumpió, con un tono solemne y sesgo a la vez. “Aja sí, ahora déjame continuar…por razones de la vida probé su sangre y pues…como supongo que ya sabes, los demonios tenemos la habilidad de saber los sentimientos del enemigo con sólo probar su sangre y…al saborear al de ella, me di cuenta que vivía rodeada de miedo…miedo a ser inferior…miedo de no tener la misma fuerza que los demás de su clan. Y me llegó la curiosidad de probar la tuya…pero que te puedo decir, ¡Fue la sangre más deliciosa que he probado en mi larga de vida!” Juntó ambas palmas, aplaudiendo a la par de su oración. Antes de proseguir, sus contarios, incluyendo al caballero le miraron de una forma “dudosa” todos con una ceja levantada. Hideaki no era un vampiro, sino un demonio, y aquella declaración les hizo dudar seriamente de su especie real. El joven demonio tosió disimuladamente antes de retomar la oración, con el propósito de que olvidasen todo lo anterior dicho. “Bueno…dejando de lado eso…tu, tienes miedo…miedo a ser débil, y que gracias a ello pierdas a un ser querido nuevamente…miedo de no poseer las mismas capacidades de los demás, pero sobre todo…envidia…envidia al poder de tus contrarios…a no ser lo suficientemente fuerte tal y como ellos lo son” Las palabras del demonio azabache dejaron sorprendido al caballero. Sus labios levemente abiertos, no podía creerlo. Tragó saliva, como si estuviese a punto de morir ¡No podía ser cierto! ¡Él no era así!... ¿Cierto?- Hideaki…-Colocó una de sus manos en su cuello, sintiendo la pequeña cicatriz. La piel suave cuan almohada, blanquecina como una nube de algodón. Sus sollozos eran casi imperceptibles, pues en verdad no quería aparentar ser débil, debía ser fuerte y no sólo aparentar serlo; como normalmente lo hacía.- Yo… -De pronto, una bala de tamaño reducido entró por el extenso balcón de la habitación, causando un socavón en la pared principal. Todos los presentes dirigieron su atención completa hacia la bala, y el socavón que había formado.- ¿Pero qué…? –Regresó hacía el balcón, quedando perplejo ante tal escena presenciada. Mushroom estaba siendo atacado; los Edotenienses llegaron dos semanas antes de lo normal pero ¿Por qué? Si bien se sabe Sarasaland está rodeado por un inmenso desierto, con pocas o incluso nulas fuentes de agua para la hidratación humana y animal, por lo que pocos son los que se atreven a vivir en aquel reino. Es fuerte ante los ataques enemigos (tales como los Edotenienses) pues su extensión territorial, acompañada de un clima extremoso, les hace rendirse al instante, evitando estragos. Sin embargo en esta ocasión los Shando lograron su cometido. Tres de las más fuertes tropas llegaron a Mushroom sin mucho esfuerzo, atacándole en la primera oportunidad que se les otorgó. Era casi imposible que no les escuchasen, pues su arsenal de armas cuenta tanto con misiles tales como bombas de tiempo, granadas entre otras como con espadas, flechas, katanas…Aun estando en una habitación que roza con las afueras del castillo no escucharon ni un mísero ruido, aunque fuesen gritos o explosiones. Los ataques silenciosos no eran su fuerte, por lo que surgieron varias dudas entre el grupo.- Los Edotenienses han llegado –La señal estaba dada, ahora sólo faltaba prepararse. Aquel aviso tomó por sorpresa a sus contrarios, dejándolos confundidos, pues según el patrón de llegada a cada reino por parte de los Edotenienses sería de tres semanas, sin embargo, este fue un caso especial. “No puede ser…los Shando llegan hasta la tercer semana” La voz de Karla contenía un tono abatatado, no podía creer lo que estaba sucediendo. “¡Pero no tenemos ni una pinche estrategia!” Pronunció exaltado el joven castaño. En la habitación abundaba el pánico, el miedo, el terror, y digamos que la imaginación de los presentes no ayudaba mucho si de tranquilizar hablamos.- Claro que la tenemos…sólo necesitamos un tablero de ajedrez –Parecía absurdo que un tablero de ajedrez ayudase de algo en estos momentos…sin embargo el caballero tenía otros planes. “¿Cómo chingados nos va a ayudar un puto tablero?” El castaño aún seguía con su enfado en pie, que al parecer no pararía hasta crear una guerra con el peli-azul.- Yo no sólo explicaré de manera oral, lo haré con ejemplos, explicando paso a paso la estrategia que tengo en mente…basándome fuertemente en este juego” Su determinación estaba por los cielos, al fin demostraría su gran habilidad en cuanto a crear estrategias. Hideaki fue en busca del tablero, con el propósito obvio de evitar discusiones entre el castaño y el oji-perla. Acomodando las piezas en su lugar correspondiente, fue llamando a su “ejército blanco” uno por uno. Finalmente, todos yacían reunidos en aquella habitación, algunos sin lugar en donde descasar durante la explicación, mientras otros estaban preparados para esta.- Bien…daré una breve explicación de la situación actual. Los Edotenienses han llegado dos semanas antes de lo previsto, tomándonos por “sorpresa”. Algo extraño de este ataque fue su discreto modo de empleo, pues como sabemos, los ataques silenciosos no son su fuerte. Ahora, he preparado con anticipo una estrategia, que actualmente, tomando en cuenta la situación, ha tenido ligeros cambios -Miró con seriedad al castaño. Sería una de las “piezas” más fuertes, y claro, de las que dependería la victoria de su estrategia.- Mario…sé que te he hecho pasar por malos momentos últimamente, y es normal que no quieras ni dirigirme la palabra, pero…esto depende de ti -Aquello sorprendió al nombrado. Aun estando separados, el joven caballero le había dado un puesto “importante”…su enfado con este comenzaba a desaparecer.- Serás uno de los caballos, una de las piezas más difíciles de utilizar para los principiantes. La mayoría te conoce por controlar el fuego, pero supongo que sigues entrenado constantemente junto a Martín la técnica del espejismo ¿cierto? –El castaño asintió casi al instante.- Pues, ahora no sólo usarás tu fuego, sino también el avance que llevas con la técnica –Una sonrisa triunfante apareció en sus labios. Mario estaba sorprendido, finalmente demostraría sus avances, y no en un simulacro cualquiera, sino en una pelea real ¿Qué más podía pedir?- Sólo te pediré una cosa –La sonrisa del caballero desapareció, dejando un gesto serio en su rostro blanquecino.- No lo hagas por mí, hazlo por el reino…Tú reino –Aquellas palabras resonaron en la mente del nombrado por algunos instantes. Comenzaba a sentirse mal, realmente no quería terminar su amistad con el peli-azul, le apreciaba mucho, y no podía…por ahora.- Martín…desconocido para muchos, pero un ángel caído para nosotros –Las palabras de su caballero le alagaron demasiado, pues nunca se imaginó recibir tales palabras de su parte.- Serás el caballo faltante. Tienes más experiencia en cuanto a la utilización del espejismo. Sabes cuáles son sus puntos débiles y cuándo podrás usarla, además que cuentas con alas, permitiéndote ejecutar ataques aéreos con facilidad, inclusive, avisar ante cualquier arremetida –Sentía que iba a desmayarse, sin embargo no era el momento apropiado para ello. Debía de concentrarse en cuanto a su acometido, evitando defraudar a su caballero ¡Su determinación incrementaba!- Sans, Karla…que decir de ustedes…son un desmadre –Con un tono de sorna intentaba mejorar la situación, retirar un poco de tensión en el ambiente… y al parecer funcionó perfectamente.- Sin embargo, nunca se rinden, ni mucho menos miran hacia atrás. Darán un paso para darse impulso, y su determinación siempre está por los aires, por lo que ustedes serán las torres. Atacarán por ambos lados, impidiéndoles la ventaja de dominar más territorios a los Edotenienses, además de que tenemos a uno de ellos como aliado –Sabía exactamente que la joven Shando sería de gran ayuda en esta ocasión, al conocer varias estrategias y patrones de ataque dignos de su clan. Ambas “torres” realizaron un “saludo especial”, demostrando su emoción ante aquellos momentos. Tosió disimuladamente antes de retomar su oración, ahora debía de “pedirle” a la persona más odiada por él que participase en la estrategia…quien era nada más y nada menos que.- Hikaru…-Dudó en pronunciar aquel odioso nombre.- Ustedes dos no son los más “apegados” que digamos, sin embargo, cuando al fin se ponen de acuerdo pueden hacer que las cosas salgan mejor de lo que se esperaban –Hideaki yacía tranquilamente sentado en la orilla de la cama, pero por dentro…escuchaba reclamo tras reclamo por parte de Hikaru, todos y cada uno de ellos dirigidos hacia el caballero, ciertamente agradecía que no se pudiesen escuchar “¿Acaso está diciendo que no me puedo poner de acuerdo contigo para hacer trabajo en equipo? ¿¡Me está viendo la cara de pendejo o qué chingados?!” Se llevaban peor que el agua y el aceite, eso era seguro.- Serán los alfiles, se encargarán de revelar la formación del enemigo ¿Cómo? Vigilándoles de cerca. Hideaki puede esconderse fácilmente entre la oscuridad, por lo que puede tomarles desprevenidos, y no olvidemos su habilidad de asesinar a una fila entera con sólo un movimiento de su katana –Por un momento la mente del azabache obtuvo un agradable silencio. Aquellas palabras le dejaron al castaño sin nada que seguir renegando, silenciándole casi instantáneamente.- Hikaru posee una fuerza sobrenatural, logrando causar una gran grieta en casi cualquier superficie, además que sus habilidades curativas son impecables –El castaño sentía que iba a morirse ¿En serio el caballero estaba pronunciando aquellas palabras? o sólo era una simple broma para convencerle. Hideaki tenía tantas ganas de gritarle “¡Ja! ¡Te callaron, pendejo!” Sin embargo, empeoraría aún más las cosas en su mente, hartándolo cada vez más…y eso era lo último que deseaba. Las botas del caballero resonaron por última vez en la habitación, para luego anunciar determinado, cerrando su puño con decisión.- ¡Mushroom depende de nosotros! ¡Es nuestro reino! ¡Y hay que protegerle a capa y espada! Muchas personas morirán defendiéndole, y en agradecimiento haremos que estén orgullosos de nosotros… ¡Hagamos historia! ¡Por Mushroom! –Haría todo lo posible para que la estrategia saliera a la perfección, evitando el más mísero error, pues les podría costar su propia vida, o en el peor de los casos…la de sus compañeros “¡Por Mushroom!” Todos los presentes contestaron al unísono. Salieron de aquella habitación, para comenzar a organizarse. Fueron por sus respectivas armas, algunos con armaduras dignas de un caballero…El rey, preparándose para luchar en el campo de batalla. Algunos sirvientes al igual que los guardias reales, preparaban cañones, catapultas…y chomps, en caso de que las cosas se estuviesen saliendo de control. Montados en caballos, a pie, de cualquier manera recorrían los largos jardines del castillo antes de llegar siquiera a las afueras de este. Meta Knight venía por el frente, “guiando” a sus guerreros. Nunca en su vida había presenciado la tan conocida guerra encabezada por los Shando, de nombre “Río de Sangre” por lo que esta sería su primera vez. Alguna vez leyó algo sobre ella, sin embargo nunca creyó que ahora la contemplaría con sus propios ojos, dando su punto de vista y de paso saber si realmente ocurren los acontecimientos que se describen en aquellos libros. Sus pasos resonantes con ayuda del rígido piso iban tomando una intensidad mayor, poniendo alerta a cualquiera que se encontrase distraído. Aún faltaban algunas de sus “piezas” pues yacían dentro del castillo preparándose, o incluso convenciéndose a sí mismos de que todo estaría bien, después de todo eran guerreros…guerreros de Mushroom. Tal y como era el caso de Martín, quien se encontraba frente a un espejo, intentando convencerse de entrar en la guerra…su único impulso era su caballero, lo orgulloso que se sentiría de él; su imaginación no tenía límites. Alborotó suavemente sus hermosos cabellos blanquecinos, decidido en ir a la guerra. Todo tranquilo en los jardines, el silencio les dominaba, pues el único sonido que se lograba escuchar eran los sesgos pasos provenientes de los guerreros. De pronto, galopes dignos de un caballo resonaron por detrás, llamando la atención de todos los presentes. Y efectivamente, era un caballo, quien era montado por una de las “piezas” faltantes…Martín. Se podía observar a simple vista que apenas si soportaba el peso de su armadura, sumándole que yacía aferrado al caballo como si su vida dependiese de ello. Algunos guerreros comenzaron a soltar risas ante las “tonterías” del albino, ganándose la mirada asesina del peli-azul.- Martín ¿Qué haces montado en ese caballo? –Preguntó solemne justo cuando el nombrado estuvo lo suficientemente cerca. ”Bueno…por lo general los caballeros vienen montados en un caballo ¿No?...pues, yo quise intentar lo mismo que ustedes…pero creo que no me está saliendo muy bien” Aceptaba sus errores, y esta vez no fue la excepción; rascó su nuca con nerviosismo, para después bajar lentamente del caballo. El caballero suspiró pesadamente ante tal “estupidez” representada por el joven ángel.- Si lo deseas, luego de esto puedo enseñarte a montar un caballo…-Los ojos zafiro de su contrario brillaron más de lo normal, indicando su emoción. “¡¿Lo harías en serio?!” Este sólo asintió, haciendo que su contrario empezase a perder el equilibrio.- ¿Martín? ¿Estás….? –Antes de terminar su oración, fue interrumpido por el anterior nombrado. “Sí, estoy bien…gracias… ¡Ahora, debemos ir a la batalla! ¡Por Mushroom!” Alzó su puño en alto, señalando su determinación. Debían estar alertas ante cualquier ruido, pues quizás aquellas pequeñas pistas pudiesen darles ventajas reducidas. “¡Por Mushroom!” Contestaron los restantes, para después seguir con su camino. Lo más seguro es que la mitad del reino quedase en ruinas, incluyendo el castillo, pues al parecer el impacto sería aún mayor que en anteriores guerras. Los Edotenienses por lo regular no alcanzan la mitad de Sarasaland, y rara es la vez que llegan a Mushroom. Pero esta vez, los nuevos guerreros tendrán que pelear por el reino, demostrar que no necesitan ayuda de terceros para defenderse ¡Demostrarán de lo que son capaces! ¡Dignos caballeros y guerreros! Pasos entre la verdosa hierba, escuchándose leves relinchos, sutiles galopes, pasos haciendo crujir las hojas secas dignas de los árboles. Los guardianes del bosque (Como se les hacía llamar a los árboles más fuertes, altos, y viejos de aquel lugar) darían sus últimos frutos perfumados, listos para recibir a los atacantes. Desde ahí, empezaban a oírse pasos terciarios a ellos, dando la señal…los Edotenienses se acercan. El miedo, el temor, la inquietud los intenta dominar, pero ellos son más fuertes, no se darían por vencidos tan fácilmente. Se preparaban los cañones, el castillo les miraba a lo lejos, el rechinar de las catapultas, el sonido metálico tan característico de las espadas. Las doce campanadas no se hicieron esperar. La segunda señal…empezaría las matanzas. El pueblo esperaba su victoria, rogaban por ella. El bando enemigo venía con más fuerza, pues se escuchaban claramente aun estando separados por varios metros. Sus cabellos danzaban suavemente gracias al viento. Había desaparecido aquella felicidad, ahora, podía sentirse el odio, el miedo…el pesado ambiente. Meta Knight paró en seco, causando que sus contrarios también lo hiciesen. Miraba de reojo los alrededores, esperando cualquier ataque. Su sentido del oído era muy desarrollado, por lo que incluso el más mínimo ruido, imperceptible para un oído común y corriente llamase su atención. Y así fue. Entre los arbustos provino un sonido fuera de lo normal, aquello llamó su atención.- Karla…- Murmuró dirigiéndose a la joven Shando, esperando respuesta de esta. “Comenzaron, esa fue la señal” El caballero sacó a la luz su espada reluciente, nombrada “Galaxia”. Casi al instante, un miembro del bando enemigo intentó atacarle, quien estaba escondido en el arbusto. Con un ágil movimiento decapitó al miembro, dejándole con una duda…-¿Hay más?...-La joven castaña suspiró pesadamente, acto seguido contestó “Están por todas partes” Las miradas carmesí les rodeaban, sintiéndolas como piedras en la espalda…horrible. Tercera señal…la guerra empieza.
Martín
Meta Knight
Su máscara salpicada con gotas de aquel líquido vital, los guantes que portaba sobre sus manos yacían rasgados gracias a los múltiples ataques recibidos, gotas de sudor remarcando su cansancio. Veía jadeante como los guardias y algunos de sus compañeros luchaban contra el enemigo, intentando permanecer de pie el mayor tiempo posible. Yacía sobre un charco de sangre, correspondiente a los Edotenienses asesinados. El calor comenzaba a ser casi insoportable, restándoles energía poco a poco. Por un momento divisó como un grupo enemigo iba esparciéndose con dirección al pueblo, alarmándole instantáneamente.- Sans…Karla…-Susurraba aquellos nombres con desesperación, como si fuese capaz de invocarles. ¿En dónde demonios se encontraban sus “torres”? De ellos dependía que los atacantes no se esparcieran, atacando al pueblo, tomando vidas inocentes. Era horrible sólo pensarlo.- ¡Maldita Sea! –Buscaba a sus “piezas” con la mirada, debía encontrarles. Se abrió camino entre los extensos árboles, con el único propósito de pasar desapercibido ante los Edotenienses. Su capa se ondeaba majestuosamente al mismo tiempo que corría con presteza. Sus botas que siempre producían aquel sonido metálico ahora eran silenciosas, a pesar de la velocidad que llevaba. El ambiente se sentía tan sesgo, que parecía como si no ocurriese absolutamente nada. Se apreciaba el sonido de las hojas cayendo al suelo, el trinar de los pájaros… tan perfecto, como si de un sueño se tratase. Sin embargo, aquellos acontecimientos causaron que el caballero comenzase a sospechar.- No puede ser… ¿esto es media guerra?, tiene que ser obra de un Taizen –Los “Zen’s” son una especie de magia que conserva diferentes utilidades, pueden ser tanto médicas como de ataque. Existen múltiples tipos de Zen´s; Kuzen, que se utiliza principalmente para métodos de curación; Naizen, que su función principal es la recuperación rápida, muy usando en las batallas; Yuzen, magia que sólo un grupo reducido de personas puede lograr controlar; y finalmente, el Taizen, que su única función es crear ilusiones ópticas realistas a quien lo sufre. Cada clan posee diferentes tipos de Zen´s, como es el caso de los Gürovich, quienes tienen una considerable ventaja en cuanto a los Taizen, pues por lo general se centran en lugares como los bosques, llanuras, depresiones, etcétera, y al ser un clan con referencias a la naturaleza, las ilusiones ópticas se tornan más realistas. Sus pasos eran más pesados, comenzando a desprender aquel ruido metálico, las “hojas” pisadas provocaban el sonido de una piedra al romperse…no parecía estar en un bosque. De pronto, pequeños socavones comenzaron a surgir del suelo, mientras este se movía cuan terremoto, alertando al caballero. Sentía como las vibraciones provenían desde atrás, por lo que volteó tras de sí, encontrándose con un Chomp, quien venía con total presteza directo hacía él. Al notar aquello, se hizo a un lado, dejando que el Chomp siguiese su camino, quien al parecer a los pocos instantes cayó por un barranco. Sintió por un momento que moriría, pues aquel inmenso monstruo rozo su cuerpo…horrible.- Que mierda… ¿Qué hacía un Chomp aquí?....-Miraba confundido el “barranco” por donde el monstruo había caído…pero ¿Realmente era un barranco?, no. Más bien era una especie de colina donde se unía el bosque y el pueblo, y ya que los Chomps están entrenados para matar a todo lo que se les ponga enfrente….-El pueblo ¡El pueblo, maldita sea! –Si los Edotenienses no logran asesinar a medio pueblo, el Chomp si lo hará, ahorrándoles el trabajo.- ¡Juro que mataré al estúpido que lo soltó! -¿Quién estaría tan loco como para soltar un Chomp sin el permiso de nadie? Seguramente no había pensado en siquiera una consecuencia…
Martín
El responsable de soltar al monstruo, quien terminará con vidas inocentes…vaya. Por supuesto que no pensó en las consecuencias, simple y sencillamente le soltó. Sabía que era una máquina para matar, pues lo había leído múltiples veces en libros, sin embargo, esta vez no lo tomó en cuenta. ¿Por qué?...Divisaba entre los extensos árboles verdosos del bosque como un grupo de Edotenienses se acercaba a paso lento, alarmándole. Se levantó del suelo, dejando de lado el cuerpo aparentemente muerto del joven Shando, Josmar, para después entrar al castillo con dirección al “Guardadero” donde se escondían los Chomps ya entrenados. Entró con sigilo, evitando llamar la atención. Se acercó al Chomp más grande, el favorito de la joven rubia. Acarició suavemente al monstruo, para después hablarle como si se estuviese dirigiendo a un niño.- Amigo…necesito tu ayuda…has vivido lleno de maldiciones…y de cadenas…pero por favor debes de ayudarme…te daré libertad si me prometes que sólo asesinarás al enemigo…bueno, después de todo estás entrenado para ello…-Era algo absurdo el hablarle a un monstruo como aquel, pues “no entendían” lo que se les decía, sin embargo, son más inteligentes de lo que aparentan ser. Suspiró al terminar su oración, sintiéndose como un idiota.- Sólo…mata a quien se te ponga enfrente –Y así lo haría. Con una flecha forjada con hilos de energía, rompió de un golpe las cadenas que ataban al monstruo, dejándole libre después de 18 largos años. Rompió paredes, gracias a su emoción de al fin sentir la libertad. El joven ángel colocó ambas manos en su pecho, anhelando que el Chomp hubiese entendido sus palabras.- Mi caballero…lo siento…-Una pequeña lágrima cristalina resbaló por su mejilla, desatando un poco de su dolor interno.
Meta Knight
Sacudió sus cabellos azulados, comenzaba a hartarse, pues ahora tenía otra cosa porque preocuparse…el pueblo. El encontrar a sus piezas faltantes era lo de menos…el pueblo era lo que en verdad le preocupaba. Medio poblado moriría en manos de aquel monstruo, y todo por la estupidez de soltarle. “Pareces estar muy estresado, caballero” Se sobresaltó al escuchar aquella voz nuevamente. Hace años que no la escuchaba, no es como si la extrañase, al contrario….odiaba escucharla. Era una voz odiosa, llena de orgullo exagerado y rencor…horrendo. Sabía a quién le correspondía aquella voz tan odiada, la persona que le traicionó, que gracias a ella su desconfianza aumentó.- No…no puedes ser tú –Intentaba convencerse a sí mismo de que no era “ella”, pues era casi imposible que saliese de Dreamland…o que estuviese aliada con los Edotenienses. Repulsivos recuerdos llegaron a su mente, haciéndole retroceder lentamente. Al final su espalda chocó con el tronco de un árbol, dejándole sin salida aparente.- No… ¡No! –Colocó ambas manos en su cabeza, pues comenzó a sentir un dolor inmenso en esta, causando también que cerrase sus aperlados ojos. Espesas lágrimas cristalinas llenaban sus ojos, sin embargo, yacían escondidas gracias a la máscara, por lo que no se podían observar a simple vista. Abrió lentamente sus ojos, encontrándose con la figura del mismísimo demonio, la persona más odiada por él, superando incluso el odio por Ariana…-Eres… -“Luxían…Luxían Gürovich”
Holaaaa mis queridísimos flanes ¿Cómo andan? Pos espero que bien ^^. Perdón por la tardanza :´´v, esta vez no fue ni por exámenes ni algo relacionado con la uni, si no que fue mi internet…si, mi internet. Pos al pinche módem se le ocurrió descomponerse justo cuando quería publicar la entrada :^) (eso fue como el 8) y hasta hoy me trajeron el pinche módem…pero weno. Esta vez se las recompensé con 14 páginas, si, 14. Los finales van a ser más extensos, así que prepárense, porque c viene lo weno 7u7r.
Próxima historia: Librándose de las cadenas: La oportunidad dorada
Fecha de publicación: 28 de Mayo de 2018
Palabras de esta historia: 38,092
5 Curiosidades de Ángeles y Demonios: Preparados para el ataque
1.- Desde el principio supe que esta historia iba a ser demasiado larga, pues como se habrán dado cuenta, cada capítulo cuenta con 10 hojas.
2.- La narración ha mejorado significativamente desde el capítulo 7, donde los “punto y aparte” ya no eran tan recurrentes como antes.
3.-Aunque no se vio la técnica del espejismo con mucha exactitud, en la siguiente historia será una base fuerte, al igual que el Kenkai o Mundo Espejo.
4.- El ajedrez es un pilar muy importantes en esta historia, pues se hacen muchas referencias a este desde el primer capítulo (aunque en los primeros 6 capítulos era casi nula)
5.- Tarde aproximadamente 6 días terminar el boceto de la historia.
Y bueno, espero que hayan disfrutado esta historia, tanto como yo disfruté escribiéndola, así que sin más que decir ¡Hasta pronto!
P.d: Gracias a que mi uni está empezando a darme problemas en cuanto a las publicaciones de historias, pediré su apoyo y compresión para que la publicación de estas sea cada semana (es decir cada 7 días) , trataré de fallarles lo menos que se pueda, pero el tiempo que tengo para escribir empieza a ser más reducido ;_; espero y puedan entenderme.
P.d 2: Me gustan las posdatas :3
p.D3: Sonlas cuatro de la mañanay aún no me da sueño XD
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