18 de noviembre de 2018

⚜ Kenkai - El mundo espejo: Capítulo 7 ⚜

~ Kεnkai ~  

દ El mundo espejo ᙒ



Capítulo VII

En aquella habitación, tan lúgubre y fría, gobernaba un ambiente repleto por dolor, siendo manifestado a base de arduos gritos ante el sufrimiento. Los frágiles tejidos que componían su piel, eran rasgados con cruelmente, originando un sangrado entre cada herida. Era un dolor inexplicable. El material con que aquel bozal había sido elaborado, causaba lesiones profundas, por lo que estaba obligado a permanecer en completo silencio, evitando que su piel sufriese aún más daño. ¿Quién se imaginaría al héroe más fuerte de esa época expresar su dolor mediante lágrimas? ¿Por qué deberíamos plantearnos esa cuestión? Después de todo, es un humano, tiene derecho a exponer su dolor por más "infantil" que se llegue a considerar sobre el criterio ajeno. Estaban privándole la posibilidad de comunicarse mediante el habla. ¡Era obvia su desesperación! No se le podía culpar. Además, agreguémosle que sus muñecas yacían encadenadas al igual que sus tobillos, siendo forzosamente necesario el permanecer en una posición erguida, puesto que, en caso de anhelar un descanso, por más mínimo que este fuese, sus tobillos serían lastimados con brutalidad gracias a la fuerza que las cadenas conservaban. Si no mantenía esta posición, peligraba ante una posible fractura, impidiéndole ponerse en pie nuevamente. Con la ayuda de su mirada, indagaba entre cada rincón del cuarto, intentando encontrar alguna escapatoria. Más sin embargo, gracias a que la habitación yacía en completa oscuridad, era imposible observar alguna salida, sus ojos no poseían esta habilidad lamentablemente. Además, su vista comenzaba a debilitarse con el pasar de los minutos a causa de esfuerzo que ejercía con el único propósito de encontrar una mísera ruta de escape; aumentando que sus ojos estaban inundados por lágrimas a causa del dolor. ¿Era posible considerar esta situación como martirio?... Quizá para el joven castaño si lo era. Debía encontrar a sus amigos, para finalmente completar su cometido, no obstante, su labor actual era huir del lugar en donde ahora se encontraba. Intentó apaciguarse, tratando de encontrar una salida a través de la tranquilidad en el ambiente...Sin embargo, dos voces conocidas hicieron que su desesperación incrementase considerablemente. Los poseedores de aquellos gritos eran su actual pareja, Peach y a quien consideraba su mejor amigo, e incluso, su hermano perdido, Meta Knight. Los amaba y adoraba como si fuesen un tesoro, no obstante, por primera vez en todo el tiempo que había pasado junto a ellos, deseaba que ambos guardasen todas sus palabras y lo dejaran concentrarse. Era la primera vez que sentía esta sensación recorrer su mente y ser... Era un sentimiento ácido... Era envidia. ¿Cómo es qué ellos aún tenían la posibilidad de comunicarse? ¡¿Por qué precisamente a él se le había prohibido esta habilidad tan preciada para cualquier ser vivo?!...¿Por qué? Claramente, debía existir una explicación para esto.- ¿Qué es lo que tengo? ¿Por qué no puedo hablar y ellos lo hacen a la perfección? ¡E incluso lo hacen gritando! Yo no puedo ni susurrar... -Pensó con desaliento, sin pizca de constancia. Era extraño observarle sin determinación la cual contagiar a sus aliados. Sentía que simple y sencillamente nunca saldría... tan sólo debía esperar su inminente muerte para ser liberado... ¿¡Pero en qué estaba pensando!? ¡¿Desde cuándo se había convertido en un individuo tan depresivo?! Debía mantener su valentía con firmeza, después de todo, era el héroe de Mushroom ¡Su cometido era salvar el reino y a su gente!... sobre todo a sus amigos. Su misión era el encontrar una forma de zafar las cadenas. Sin embargo, esto era casi imposible, al menos que algún aceite especial o líquido lo suficientemente deslizante comenzase a caerle del cielo. Y aunque parezca fantasía, al parecer estas últimas palabras invocaron su salvación. Un líquido de suave textura comenzó a caer desde el techo, precipitándose directamente sobre las cadenas. Esto originó que el agarre empezara a perder fuerza. No obstante... todo conserva un precio, incluso la libertad. La reacción que el líquido provocó en su piel, hacía que esta se llenase por completo de pequeñas ronchas, indicando alergia ante los químicos con los que aquel líquido se había elaborado. Un ardor doloroso y punzante dominó todas las zonas con piel descubierta, incluso, en algunas ocasiones, las gotas caían sobre su rostro... Creo que no hace falta mencionar el dolor que sentía entre cada gota, además, que algunas de estas penetraban las aberturas, originando un dolor mayor. Antes de siquiera sentir la libertad rozar sus manos, las puerta principal se abrió con lentitud...Fue capaz de percibir una voz tan lúgubre como el ambiente, haciendo que el pavor gobernase cada parte de sí.- ¿Así que tú eres el "Segaly"?...mmm, sí que te vez muy mal. Digo, nadie soportaría las condiciones en las que tú estás...al parecer eres bastante fuerte... creo que me divertiré muchísimo contigo. Te pediré una cosa, DA PELEA, me aburro mucho con los débiles, no estoy para ponerme a su nivel. Ellos deben ponerse al mío. Quiero mantener esa impresión de ti, no quiero que luego me salgas con que eres más débil que Rosleeina. -Cerró la puerta, prohibiéndole a la luz entrar nuevamente.- Al parecer quería escapar ¿No?... pues mira, te desataré... pero esto no será tan fácil, en cuanto te libere tendrás que pelear, no voy a tener piedad contigo, ni mucho menos esperaré a que te recuperes o algo así.- Se acercó cautelosamente hacia su contrario, todo con el único propósito de evitar arrebatarle su apaciguo. Sin embargo, este último intentaba alejarse lo mayor posible. Le temía… era un miedo horrible. Prefería estar encadenado hasta morir que ser liberado por aquel individuo. Marett intentaba ganarse su confianza. Lo último que deseaba era luchar contra él. No era por miedo… simplemente odiaba las batallas sin razón aparente. Tan sólo debía charlar, hacerle comprender su destino actual. Sin embargo, sabía a la perfección que el joven Segaly nunca lo aceptaría, intentaría hasta lo más extremo con tal de huir, disfrutar aquella libertad que se le fue arrebatada.- Si no quieres que te mate antes de que puedas siquiera defenderte, ni se te ocurra moverte en lo más mínimo. Me harto muy fácilmente, por lo que si me obstaculizas el trabajo, no dudaré en matarte ¿Quedó claro, joven Segaly? -Ni siquiera se molestó en pensar mínimamente su respuesta. Si con esto se le arrebataría algo más preciado que incluso su libertad, no le importaría responder con un "sí" a cualquier cuestión impuesta. Sin embargo, una pregunta carcomía sus pensamientos. ¿Cómo es que su contrario conocía perfectamente el apellido que se le había brindado al nacer?...Dedujo que quizá fuese su "Mirror", y por ende conociese cada parte de él. Gustos, Nombre, Amistades. Además, había aún más posibilidades de que su conclusión fuese cierta, pues aunque la oscuridad dominase sobre aquella habitación, cuando la puerta se abrió hace algunos minutos, fue capaz de observar algunos rasgos físicos que su contrario poseía. Y claramente ambos conservaban un físico similar. Se mantuvo inmóvil por un extenso lapso temporal, percibiendo que mínimos cosquilleos invadían sus extremidades. Cuando finalmente se le comunicó que había sido liberado, tan sólo realizó un mínimo movimiento. ¿Abofeteó a su contrario? ¿Intentó golpearle? ¿Ejerció su hazaña con éxito?... por más lamentable que suene, ninguna de estas suposiciones se acerca a la terrible realidad. Antes de intentar escapar o soltar un arduo grito solicitando ayuda, se dejó caer de bruces sobre el suelo, golpeándose fuertemente esta zona. ¿En qué estaba pensando? en descansar...no le importaba todo lo que estuviese a su alrededor, tan sólo deseaba un reposo temporal. No le importaban sus heridas, ni mucho menos la sangre que emanaba de estas. Marett le observó detenidamente, esperando algún golpe o ataque por supuesto. Sin embargo...nada de esto sucedió.- ¿Segaly?...-Lo último que deseaba era matarle sin haberlo utilizado con los propósitos previamente indicados por su amo. Sentía su leve respiración cuan joven infante durmiendo plácidamente.- Bueno... al menos se que está bien...-Suspiró con extremo alivio. Tan sólo debía llevarlo con el amo. No era tan difícil como alguna vez pensó. Sin embargo, movimientos bruscos interrumpieron sus acciones. Mario, aquel héroe tan valiente, signo de la determinación en vida, nunca se rendiría por más complicada que aparentase ser cualquier situación. Recobró su postura, acompañada de leves mareos. Miró a su contrario con resentimiento, pronunciando firmemente. "No sólo estoy bien ¡Estoy mejor que nunca! ¡SOY MARIO SEGALY! ¡EL HÉROE DE MUSHROOM KINGDOOM! ¡Y VE SABIENDO QUE NO SOY DE ESAS PERSONAS QUE SE RINDEN TAN FÁCILMENTE! ¡TENDRÁS QUE PONER TU MAYOR ESFUERZO! ¡PORQUE LA PALABRA "RENDIRCE" NO ESTÁ EN MI DICCIONARIO!” Aquellos vocablos impactaron a Marett, quien ahora yacía hincado sobre el suelo. Sonrió levemente, más sin embargo, por dentro un miedo le carcomía. ¿Y si alguno de sus ataques lograba herirle lo suficiente como para matarle? No quería luchar, como se dijo anteriormente, tan sólo deseaba hacerle reflexionar sobre su destino. No obstante, sabía a la perfección que el joven Segaly nunca se había resignado... y esta ocasión no sería la excepción. Volvió a levantarse, colocándose en posición de batalla.- Vaya... al menos no me decepcionaste, eres más fuerte de lo que creía... elevaste mis expectativas sobre ti, felicitaciones. Sólo te recomendaré una pequeña cosa. No confíes todo solamente a tu poder, fuerza y energía, también elabora una buena estrategia. Esto es la base fundamental para una buena batalla -Marett abrió su mano, mostrándole al enemigo el gran poder que poseía. Una pequeña llama de fuego emergió desde su palma, alterando con levedad al joven Segaly.- Recuerda, nosotros los Mirrors tenemos más poder que ustedes. Dependiendo de cada categoría, el poder será mayor. Intenta descubrir la mía guiándote por mi fuerza y poder, a ver si al menos le atinas. Una segunda cosa que te recomendaría es que no intentes sólo atacarme y ya... luego sabrás el porqué de esto. Sin más preámbulo, creo que podemos comenzar.... -Le sonrió victorioso, cosa que enfureció aún más al castaño. Apretó ambos puños, dispuesto a lanzar un poderoso ataque. Sin embargo, sopesó cada palabra que su contrario había pronunciado. Debía elaborar una estrategia, carente de errores. Debía ser perfecta en todo sentido, realización y ejecución. "Bien... entonces ¿Por qué no das el primer golpe? te otorgo la oportunidad de dañarme." Estas últimas palabras provocaron que Marett soltase una risa ante ellas.- ¡¿Acaso me crees imbécil?! ¡Es obvio para que quieres que dé mi primer ataque! ¡Deberías ejercer una buena estrategia! ¡No eres más que un idiota! -"Entonces, no me dejas otra opción. Quería darte una ventaja... todavía no tenía una estrategia bien estructurada, pero esa idea es bastante buena, algún día la usaré." Pronunció antes de ejercer su primer ataque Furea, el cual consistía en una poderosa llamara de fuego, alcanzando una altura de al menos unos nueve metros. Este Naizen requería bastante energía, por lo que un desperdicio del ataque, podría en desventaja al individuo. Movió ligeramente su muñeca derecha, creando una pequeña llama. Ejerció estas mismas acciones sobre su mano contraria, adquiriendo el mismo resultado. "Bien Mario, concéntrate, debes darle. Presiento que será alguien con mucha agilidad, por lo que no puedo intentar darle en una sola dirección. Necesito distraerlo. Apuntar a otro lado primero y luego a donde él es bastante predecible... espera... es imposible que si estoy "más que agotado" sea capaz de realizar semejante ataque ¿Qué ataque se parece a este? ¡Claro! Mi típico Naizen ¡Isshun! (Consiste en lanzar pequeñas bolas de fuego hacia el contrincante; es un Naizen bastante básico para quienes manejan este elemento, por lo que en algunas ocasiones llega a ser predecible en altos niveles)... ¡Listo, sé cómo engañarlo!" Pensó seriamente, creando su estrategia. Corrió hacia él con extrema presteza, haciéndole creer que yacía ejecutando el ya tan conocido Isshun. "¡ISSHUN!" Declamó fuertemente, realizando su ataque verídico, Furea. Sin embargo, nunca tomó en cuenta que Marett conocía la estrategia perfectamente. La tardanza en sus movimientos le había delatado.- Idiota...-Sonrió con maldad, defendiéndose con aquel ataque tan preciado por los Uirusu... el Kagami Gyaku o mejor conocido como espejismo. Gracias a esto, el Furea se le devolvió con mayor ímpetu. "Mierda..." Susurró, del mismo modo en que observaba como el Naizen con anterior mención se dirigía hacia él...

Peach

 -¡Meta Knight! ¡Ayúdame por favor! ¡Sácame de aquí! -Suplicaba mediante gritos que se le brindase ayuda, siendo liberada del frío calabozo en el que permanecía encerrada. A comparación de sus compañeros, no estaba atada, incluso, su escape sería elaborado con mayor facilidad. Sin embargo, su coeficiente intelectual no era lo suficientemente alto como para siquiera auto liberarse. Además, dependía de terceros para obtener una salvación certera, sin tener que correr ningún riesgo, por más mínimo que este fuese. Tomaba los barrotes con ambas manos, jalándolos en un intento desesperado por huir. Su peor miedo eran los espacios cerrados. Sentía hostigamiento y pavor extremo. Era como si fuese atrapada entre aquella oscuridad. Si... la joven soberana de Mushroom era Claustrofóbica. Tras los diversos secuestros que tantas veces sufrió, su miedo era casi obvio. Siempre encerrada en un calabozo, con miedo a que alguien le hiriese con gravedad. Entre tantos intentos fallidos, sin más que intentar, la monarca rompió en llanto como manifestación de dolor, pero sobre todo, desesperación. Era un individuo bastante frágil, e incluso, en ocasiones, se le nombró como "Princesa de cristal". A primera instancia, aquel nombre se percibe con cariño, sin embargo, al conocer el contexto en el que está dicho, la dulzura y cariño se desvanecen al instante. Soltó cada barrote, provocando que sus manos se estrellasen contra el rígido suelo. Cada lágrima cristalina recorría su rostro, elaborando un húmedo sendero sobre sus mejillas, tan suaves cuan algodón. Algunos mechones dorados, cubrían su rostro con levedad, impidiendo la visualización clara de sus lágrimas. Esto, en menor parte le "favorecía" por así decirlo. Odiaba ser tan débil, odiaba demostrarlo, aborrecía el saber que le alguna vez se le identificó como Una Princesa de Cristal. No obstante, para ella era imposible aguardar cada uno de sus sentimientos. Sentía como necesidad primordial el ser capaz de expresarlos con libertad, sin que nadie le insultase o faltase al respeto.- Mario... Sans... Meta Knight... ayúdenme -Enunció a lo bajo, todo con el propósito de evitar captar cualquier atención.- Si tan sólo fuese más fuerte, hábil e inteligente... no dependería de ellos, sería independiente, como Karen... ¿Por qué? Empiezo a creer que mi belleza no sirve de nada... No logro obtener el corazón de esa persona a quien realmente amo ¿Por qué tengo que amarlo a él cuando ni siquiera siento nada?... soy alguien horrible. Meta Knight tiene razón... no deberían siquiera llamarme o conocerme como una monarca. Soy una vergüenza para Mushroom -"¡Vaya! Al menos ya lo tienes en cuenta, hija de puta" Percibió con facilidad aquellos vocablos tan crueles dirigidos a su persona. Sabía a quién pertenecía esa voz, por lo que fue innecesario levantar su mirada para conocer al poseedor. Si, efectivamente, la voz pertenece a "Pinky", su Mirror. "Tienes que cambiar... bueno ¿Para qué? si ya te vas a morir. Es muy tonto pensar que vas a cambiar en menos de 5 minutos. ¿Sabes? Nunca creí que alguna vez me odiaría a mí misma, pero luego te conocí a ti y ahora me tengo un inmenso rencor. ¡Gracias! ¿Eh?" Pronunció con odio extremo, manifestado también a través de aquella mirada tan lúgubre. La princesa tan sólo se limitó a escucharle. Debía permanecer silenciada, de este modo, evitaría problemas con su contraria, ahorrándose un gran hostigamiento. Sin embargo, cada vocablo que la sirvienta declamaba, comenzaba a enfurecerle considerablemente. Hasta que... llegó un momento en que sus oídos le prohibieron el paso a cualquier ruido que intentase penetrar.- ¡Ya cállate maldita sea! ¡SÉ QUE NO SOY PERFECTA! ¡Y QUE SOY UNA MIERDA DE PERSONA! ¡PERO YA ME TIENES HARTA! ¡CÁLLATE! ¡ESO EN VEZ DE HACERME REFLEXIONAR, CADA VEZ ME HARTA MÁS! ¡ODIO TU VOZ, LA ABORRESCO! ¡TAMBIÉN ODIO CADA VEZ QUE HABLAS! ¡YA CÁLLATE, MALDITA! ¡Eres más molesta que yo! ¡Con eso te digo todo! -Cada uno de estos vocablos, silenciaron cruelmente a la joven sirvienta, quien por supuesto, decidió enmudecerse antes de originar una reñida bastante fuerte. Esto último, causó que Peach comenzara a reírse con levedad.- Y decir que eras tú la que intentaba callarme. ¡Terminaste callándote tú! -"Sólo lo hago para evitar peleas ¿Sabes? Además puedo ganarte con tan sólo usar mi mirada".- Ajá claro, mira lo creíble que suena eso. ¿Ni para crearte excusas eres buena? ¡Das asco! ¡Claramente tienes razón! ¡Deberías odiarte! ¡Incluso más de lo que ya! -Exclamó con fuerza, manifestando el rencor que sus palabras poseían. Claro, "Pinky" estaba en todo su derecho de explicarle y decirle qué era lo que hacía mal. Sin embargo, una cosa es intentar hacerle reflexionar, y otra muy diferente era el herirle mediante arduos vocablos, todo con el propósito de "mejorar su persona"... No era verse en un espejo, era el observar un demonio, capaz de herirte sin utilizar la violencia para ello. Bien se dice que las palabras dañan más a comparación de los golpes. Estos últimos, te originan lesiones temporales (o al menos en su mayoría), sin embargo, las palabras hieren con tal crueldad, que lograr penetrar la mente de cualquier individuo, al punto de carcomerla lentamente.- Ayúdenme... por favor -Suplicaba con cautela, esto con el afán de evitar captar atención ajena. Tan sólo deseaba huir de aquel lugar... tal y como anhelaban sus demás compañeros. Ahora, incluso más que antes, se arrepentía horriblemente sobre la decisión que había tomado. Ayudar a Meta Knight, aquel caballero que tanto le desprecia. A quien intentó agradar tantas veces. Y de quién... obviamente, se había enamorado por primera vez. ¿Por qué se había presentado justo compromiso con el joven Segaly ya estaba más que arreglado? Sí. Efectivamente, la princesa nunca amó al héroe quien tantas veces le ayudó y salvó. Tan sólo deseaba obtener un poco de atención y cariño... aunque todo esto dependiese firmemente de una horrenda hipocresía. "Entonces... a quién quieres, claramente debes decidir con quién te quedarás o al menos intentarás hacerlo... No puedes decir que amas a los dos. Eso es bastante raro a decir verdad. Además, le estás haciendo mucho daño a ese joven. Si se entera que quieres con su amigo y por eso lo vas a abandonar será muchísimo peor a que tú se lo digas... él te ayudó muchísimas veces sin pedirte nada a cambio más que tu amor. En cambio Meta Knight lo hace por obligación, porque tú se lo pediste... no porque "te amé" o algo por ese estilo..." Sentenció la joven sirvienta. ¡Lo sé perfectamente! ¡Y eso es lo que más me duele! ¡Que no me cuide porque me quiere, si no por obligación! Pensé que tener más guardias ayudaría al desarrollo y protección del reino, pero... nunca pasó por mi cabeza que uno de los tantos caballeros reclutados dominase mi corazón como ningún hombre en toda mi vida lo había hecho jamás... Pensé que amaba a Mario... pero confundí amor con admiración. Tienes razón ¡Nunca le amé de verdad! ¡Pero si lo dejo seguramente ponga en mi contra a todos y terminen odiándome más de lo que ya! -"¡Pues todo lo que me acabas de decir te lo mereces! Además... sinceramente no creo que él sea capaz de hacerte tal cosa. ¡Digo! es una persona súper comprensiva, entenderá el porqué de tu decisión... Es una cosa que admiro muchísimo de él... Creo que no se merece todo esto que le estás haciendo. Se merece alguien que realmente lo ame. Porque sé que algún día se enterará... y estoy más que segura que no estará dispuesto a perdonarte aún por más que te amé y aprecie." Declamó con seguridad sobre sí. Aquella princesa despreciaba cruelmente todo el amor que se le otorgaba... cuando incluso, otras personas, carecían de este. Muchos individuos (entre ellos, "Pinky") anhelaban conservar el más mínimo cariño, que se les apreciase cuan metal valioso. Sin embargo, en aquellas tierras sobre las cuales habitaban, ninguna persona yacía dispuesta a entregar amor. La humanidad gobernaba entre cada sendero... entre cada esquina. Cualquier atrocidad que pudieses imaginar estaba permitida. Ni el criminal más buscado recibía una sentencia, aún por más mínima que esta fuese. "Desperdicias muchas cosas apreciadísimas por otros... que muchas personas quisieran tener sobre sus manos. Gozar de estas. Cuidarlas como si de un niño se tratasen.  Dicen que nosotros somos los seres más despreciables de entre todos los mundos pero... no tienen en cuenta de que nos alimentamos de lo que les carcome, de su odio, su remordimiento. Todo lo que llevan dentro de sí... todo lo que ocultan ante la sociedad en la que viven. En la que se relacionan, se comunican. Guardan todos sus pensamientos negativos sobre nosotros. Y eso nos hace más fuertes ¿Por qué crees que existen las categorías? Las categorías no se rigen por el poder del "Reflejo Original" sino, por el odio que este le otorga a su Mirror." Cada uno de aquellos vocablos previamente enunciados, provocaron tanto pavor como interés sobre la joven rubia. Todo lo anterior declamado retumbó en su mente, lo que originó, que esta llegase un nombre en específico... "Meta Knight" Si rememoramos lo ya visto con anterioridad, Dark M. Knight es el mayor regidor de estas tierras, y por consiguiente, el más poderoso. Si retomamos las palabras de Dark Peach, concluimos que el joven caballero está repleto por sentimientos negativos, e incluso pensamientos rencorosos ante sus contrarios, sea quien sea. Si derrocan a Dark M. Knight, estos sentimientos reducirán, pero no considerablemente, sino, tan sólo una mínima parte de ellos. Sin embargo, en el caso de volver a percibirlos, Dark. M. Knight se regenerará, causando que Meta Knight volviese a sentir aquellos Karada (como se le conoce al dominio temporal del cuerpo por un ente o ser similar al individuo) que con el paso del tiempo se fortalecerán, y en casos extremos, el propósito principal del Shutai (nombre que se les da a los seres o entes que intentan dominar un cuerpo en específico) logra realizarse, provocando la pérdida del propio cuerpo; dejando al individuo en una especie de "limbo". Peach observó con detenimiento a su contraria, quien al parecer sabía de sus pensamientos pues le observaba sorpresivamente. "Pensaste en....".- Si... en él... y creo que... estoy equivocada con mi conclusión ¡Digo! No puede ser que...-"¡CLARO QUE SÍ! Si es como te lo imaginaste ¡Sin duda!... Será muy guapo y todo pero...TE ABORRECE Y ODIA, TE TIENE MUCHÍSIMO ODIO... y ¡A los demás también! ¡Estaría dispuesto a matarles con tal de conseguir lo que quiere!...".- ¿Y qué es lo que quiere? ¡DIMELO POR FAVOR! ¡NO PUEDES HABER LLEGADO TAN LEJOS CONMIGO Y NISIQUIERA DECIRME QUÉ PASA CON ÉL! -"Eso... lo irás sabiendo conforme pasen los días...".- ¡NO! ¡Debes decírmelo! -"¡Sé perfectamente lo que harás con la información en el que caso de que ceda en dártela! ¡Incluso si estás a punto de morir, harás lo que sea para que tus compañeros sepan! ¡Así que mejor olvida todo lo que he dicho!" Sin duda, le conocía tan bien. Conocía sus verdaderas intenciones en el caso de que aquella información fuese percibida por sus oídos. Finalmente, después de tantos años, comenzó a sentir aquella sensación tan extraña...



“Estaba odiándose a sí misma”