HOLAAA MIS QUERIDÍSIMOS GUERREROS :D ¿CÓMO ESTÁN? Esperamos que muy bien :DDD Venimos con otro especial zhukulentoso 7u7 de day de muertos no te hagas el bilingüe porque no lo eres y bien que lo sabes, pendejo ¬¬ >:´v ay ya dejen de pelear pvta madre ¬¬ alv -.- son un desmadre estos vatos ya ya pues ¬¬, bueno, quienes están activos o siguen a Yas en G+ sabrán el porqué del retraso que se tuvo en el blog actualmente, y bueno, esperamos que disculpen a todo el elenco de este blog (nosotros XD) y a la creadora, quien tanto les ama y no quería dejarlos sin especial de "Halloween", aunque en verdad es día de muertos y eso ^^ Bueno, sin más preámbulo y desmadre, por supuesto ¬¬ ¡Comenzamos! :D turururu (?
Eran las pinches tres de la madrugada, hora donde se dice, las almas en pena rondan entre los pasillos, despertando a los individuos que habitan en cada habitación. La historia se ubica sobre el pasado 31 de octubre, rondando las 3:15 a.m. Todo comienza con nuestro querido protagonista, Mario Segaly, quien se habría despertado a causa de diversos ruidos extraños, creyendo que algún ladrón se habría infiltrado dentro del castillo con el propósito de robar artículos valiosos. Tomando en manos una barra metálica como única arma para defensa personal en caso de que su suposición fuese cierta, se dirigió con lentitud hacia la zona de donde, según sus sentidos, provenían aquellos ruidos. Bajó cada escalón, cruzó cada pasillo, sin embargo, cuando llegó a su destino... no encontró nada. Prendió las luces centrales, iluminando cada rincón oscuro sobre la sala... Y aun así, fue incapaz de observar alguna persona. Creyó que su mente le estaba jugando una broma gracias al cansancio y falta de sueño... no obstante, el estruendoso sonido cristalino, proveniente de la cocina volvió a encender todos sus sentidos. Corrió con extrema presteza hacia el lugar, tanta que tropezó gracias al suelo tan liso que caracterizaba la zona, cayendo fuertemente con dirección a este. Cuando fue capaz de ponerse en pie nuevamente, observó con inmenso pavor una figura blanquecina, la cual, se acercaba hacia él del mismo modo en que retrocedía para alejarse. Tomó fuertemente la barra que traía consigo, para acto seguido, proseguir a otorgarle un brutal golpe a su contrario, haciendo que este, cayese al suelo desmayado. Jadeaba con fuerza a causa del pavor, sin embargo, cuando percibió detenidamente un par de tenis rosáceos... fue consiente del gran error que había cometido.- ¡No mames! ¡Kirby! ¡A la madre! ¡KIRBY! ¡DESPIERTA!...-Enunció con preocupación.- ¡No jodas...! Lo maté, ¡Meta me va a partir la madre! ¡NOOO! ¡KIRBY! -Abrazó utilizando ambas manos el cuerpo del joven héroe, derramando algunas lágrimas sobre la colcha que yacía sobre él. "Oye... tranquilo viejo, estoy bien. La colcha era tan gruesa que amortiguó el putazo que me diste... fue geniaaal" Habló el joven de rosáceos cabellos, todo con el propósito de apaciguar al mayor. Este último gritó de alegría al saber que su querido amigo aún tenía vida a pesar del fuerte golpe que previamente le propinó.- Gracias a dios que estas vivo ¡Cabrón, qué putas haces a estas horas de la mañana despierto! ¡Y además haciendo tanto ruido! ¿Pues qué hacías? ¿Una fiesta con espíritus o qué? -"¡No, para nada! ¿Cómo voy a invocar espíritus y esas madres cuando ni un huevo me sé hacer? Es sólo que tenía un chingo de sed y me desperté. Bajé a la cocina por agua pa' tomar y en eso, pues gracias al tipo de suelo que le pusieron a la sala y cocina, pues... me di un madrazote en la geta con el sillón, y luego entré a la cocina y me volví a resbalar, pero como no quería darme otro putazo, me agarré del mueble y se cayó un vaso de vidrio, y estaba como de "¡Mierda!" y en eso pos no me pude servir mi agua y decidí regresar al cuarto, cuando en eso me encuentro contigo con una barra de metal. Estabas todo desparramado en el suelo y pues te quería ayudar, y en eso que me das el madrazo y me tiras al suelo -Pronuncia cuan narrador, contando desde su perspectiva personal cada circunstancia. El joven castaño quedó en shock ante esto. Sin embargo, para evitar un silencio incómodo imposible de romper con facilidad, optó por enunciar levemente.- Ah... ya... ¿Pero y la colcha?... ¿Por qué traías una colcha encima tuyo? - "¡Ah!, es que estaba en mi camita todo bien bonito y pues quería ir por agua y eso... y como me daba flojera quitarme la colcha, pues me la llevé encima. ¡Además! tenía frío ¡Pero un chingo! me sentía como en la Antártida o algo así... mis pies estaban todos fríos... ay...."-Bueno, eso explica muchas cosas...-Articuló en respuesta ante aquellos vocablos previamente enunciados.- Mejor vete a dormir, ambos necesitamos descansar -"¡Ay yo no!, chingaré a mi hermano un rato. Además, quiero que me pinté la cara como una calavera así bien chido" -¿Para qué? -Preguntó con inmensa curiosidad. "Pues para pedir calaverita ¡dah!" El castaño miró a "la colcha" algo hostigado, ya que su respuesta no había sido tan educada.- Pues ¿No crees que estás muy grande para eso? digo, tienes 26, ¡Eso déjaselo a los morros todos mecos que viven en el reino!... Bueno, de qué me quejo, el año pasado fuimos todos a pedir dulces, pero no nos dieron ni madres. Bueno... te dejaré pintarte sólo porque pareces un chamaco todo meco de al menos unos 14 o 15 años -El menor forjó un puchero sobre su rostro, manifestando su descontento, más sin embargo, Mario fue incapaz de notarlo gracias a la colcha que aún traía encima. "¿Acaso eres mi padre como para pedirte permiso?".-¡Soy mayor que tú, te gano como por 7 años! ¡Obvio debes pedirme permiso, chamaco! -"¡Soy un adulto!" -Eres un niño meco de 15 años... o al menos para mí -Rió con sorna ante su comentario, cosa que enfureció aún más a "la colcha"
7:50 a.m....
- Y dime... ¿Cuánto me pagarás por pintarte la cara? -Preguntó el joven caballero mientras dibujaba cuidadosamente una calavera sobre el rostro de su hermano mayor. "¡Nada! ¡Todavía que te voy a invitar los dulces!" Enunció con sencillez ante la pregunta anterior. El menor miró a su contrario con desprecio, esperando alguna negación a la respuesta y su típica risilla. Sin embargo, no obtuvo lo que tanto deseaba en aquellos momentos, hostigándole levemente. Suspiró con pesadez, evitando que su enfado se incrementase. Prosiguió a dibujar la imagen que poseía como referencia, cuidando cada aspecto de esta. "¿Sabes?... me encanta que mi hermano sepa dibujar tan bien... eso me ahorra mucho dinero en estas fechas... me pregunto... ¿Por qué no te metes a un concurso de dibujo? ¡Digo! Te haces famoso y ganas dinero. Además, a ti te sale todo bien chidoris, dibujar una calavera para estas fechas no se te haría difícil en ningún sentido..."- Fácil, dibujar es sólo un pasatiempo, además, no es como si me gustara tanto en realidad. No pienso dedicarme a esto toda mi vida, y tú lo sabes. No soy tan bueno como muchos artistas, así que tan sólo iría a esos concursos a hacer el ridículo... a lo mucho, obtendría el tercer lugar ¡Y eso si me esmero en el dibujo! lo cual, nunca hago por lo general -"No te esmeras ¡Pero te queda como si lo hicieras! ¡Imagínate como te quedaría si lo hicieras con ganas! ¡UFFF!" -¿Podrías callarte, por favor? La pintura se mueve y así no progresaré con tu "disfraz"....-Enunció suavemente, solicitando el silencio de su contrario, quien por primera vez en su vida, obedeció a la petición antes declamada. Pasaron los minutos, aquella larga espera era un infierno para el peli-rosáceo, anhelaba observar con ojos propios el resultado final... hasta que... el joven Knight dio término a su trabajo. "¿¡Y!? ¿Cómo me veo?" -Bueno... si te dijera que es la mejor obra que he realizado hasta ahora... ¿Cómo crees tú? -Sonrió satisfecho ante su obra artística. Todo su esfuerzo y dedicación habían servido... sin duda alguna. "¡Omaigudnes! ¡Me va a dar algo! ¡Ay...! ¡MARTÍN, TRAEME UNA COCA, POR FAVOR! ¡Me voy desmayar!"- Eres un exagerado.... no te vas a desmayar, sólo yo me desmayaría, pero como no me impresioné tanto como tú lo hiciste pues... ya sabrás....-De pronto, la puerta se abrió con ímpetu, haciéndola resonar entre todo el cuarto. La intensidad de aquel impacto fue tal, que ambos respingaron ante el ruido que forjó. "¡Kirby! ¿Estás bien?" Gritó exaltado, mientras sobre su mano derecha, tomaba firmemente un refresco bastante frío para su amigo.- Claro que está bien, Martín, sólo que es un pinche exagerado -Miró al mayor con seriedad, solicitando un disculpa, la cual se le fue otorgada casi instantáneamente. "¡Ah!, lo siento por lo de la puerta... yo me espanté mucho por los gritos de Kirby, en serio pensé que se estaba desmayando..." Colocó una mano por detrás de su nuca en señal de vergüenza. Su rostro comenzó a teñirse con un matiz rojizo, manifestando aquel sentimiento. "¡Oye, Martín! ¿Quieres ir a pedir calaverita conmigo?" Declamó más que ilusionado. Se imaginaba bajo un hermoso cielo nocturno en compañía de su amigo, tomando en manos una gran bolsa repleta por dulces de todo tipo. Era... como su fantasía ideal. Más sin embargo, vocablos derribaron su sueño ideal. "¿No crees que ya somos muy grandes para pedir calaverita? Digo... no es para hacerte sentir mal ¡Para nada! pero... eso hay que dejárselo a los niños pequeños ¿No crees?" Kirby descendió su mirada a causa de la tristeza, cosa que exaltó al joven Uirusu. "¡P-Pero yo nunca he ido a pedir calaverita! .... así que podría acompañarte y saber como se siente... esa ilusión de que te den dulces y después disfrutarlos... además, quiero conseguir algunos dulces para la ofrenda de hoy ¡Ya sabes! Quiero que mi madre venga al menos esta noche... me haría mucha ilusión volver a verle, escuchar su voz tan sesga... ay..." Suspiró melancólico, captando la completa atención del caballero. Rememoró con tristeza aquellos tiempos con su "entrenadora"... Garlude. Era como su segunda madre, pues se encargó de cuidarle cuando la desgarradora noticia sobre "Krystalim" llegó a sus oídos. Recordaba su belleza, los ojos que siempre le vigilaban cuan gato entre la oscuridad, todos los entrenamientos que le otorgó para su desarrollo como caballero... tenía tantas cosas que agradecerle...- Martín...-Habló abatido ante tales recuerdos.- ¿Podrías hacerme un favor?...-"¡Claro que sí, mi caballero! ¿Qué se te ofrece?" Contestó con dulzura.- Recolecta 30 dulces como máximo, necesito también hacerle un altar a esas personas que tanto extraño...-"Te refieres a nuestra madre y a "Mamá G" ¿verdad?" Declamó inocentemente, intentando adivinar los pensamientos de su hermano. Este sólo asintió utilizando la cabeza, sonriendo con levedad al unísono.
6:50 p.m...
-¡Martín! ¿Ya terminaste? Te estás tardando mucho ¿No crees? ya ni yo que según me tardé mucho en arreglarme y la chingada...-Declamaba hostigado ante la tardanza de su amigo, quien se encontraba arreglando sus vestuario para finalmente salir a pedir dulces entre cada casa cuan jóvenes infantes, repletos por pureza y apaciguo. "Voy, voy, necesito verme bien. La sangre falsa sabe horrible ¡Dijiste que no sabía tan feo y sabe como si fuera de verdad!" -Quizá sea porque realmente lo es -Habló con sorna, haciendo que Martín quedase en un shock gracias a sus palabras tan "sinceras"..."¿¡QUÉ?! ¿A QUIÉN MATASTE O QUÉ?" Fuera del baño, comenzaron a percibirse intensas risas por parte de Kirby, quien fue incapaz de contener su risa ante la inocencia del ángel.- ¡¿Cómo crees que va a ser de verdad?! ¡TE PASAS, MARTÍN! -La risa tan característica del joven pelirosáceo comenzaba a hostigarle. Sin embargo, su contrario tenía razón ¿Cómo fue capaz de creer que la sangre era verdadera? Sin duda, Kirby sería incapaz de asesinar a un individuo... Era un alma inocente y pura, desborda amor con tan sólo su mirada, tan sublime cuan estrella, decorando aquel manto estelar. El sonido de la puerta se hizo presente, indicando el salir del Uirusu. "¿Y? ¿Qué tal me veo?" Declamó con sutileza, requiriendo la opinión ajena sobre su vesturario. Kirby observaba cada aspecto de este.... debía admitir que aquel disfraz era un poco mejor que el suyo.- Te la rifaste, Fernando -Enunció impresionado y emocionado al unísono. Sus vocablos delataban esas sensaciones. "¿Fernando? ¿Quién es Fernando?" -¿Qué nunca has visto la película de Rio? Martín realizó una señal negativa con su cabeza como única respuesta. Las películas nunca fueron de su gusto o afición, por lo que prefería otorgar su tiempo a la realización de acitividades, antes que dejar pasar una hora entera viendo una película que, seguramente, al mes terminará olvidando hasta el nombre.-Bueno, en sí es la frase de un meme...-Sonrió.- Entonces... ¿Nos vamos? -"Claro, señor Catrín" -Pase usted, señor mordidas- "¡Oye! ¡No te pases de lanza! ¡Soy un vampiro, no Hideaki!" Exclamó fingiendo indignación ante los vocablos previamente dichos por su contrario. Acto seguido, decidieron retirarse del castillo entre varias risas.
7:15 p.m...
Finalmente habían llegado a la plaza central, su destino principal, zona en donde yace la ofrenda más grande de entre todas sobre el reino. Era tan brillante, sublime, hermosa... seguramente todos los visitantes del más allá realizaban una fiesta al rededor de ella. Estaba repleta por diversos panes dulces, sin embargo, el de mayor presencia era, por obvias razones, el pan de muerto. Las esquinas eran decoradas utilizando la tan famosisíma flor "Cempasúchil" símbolo inconfundible dentro de aquella hermosa tradición. Se utiliza como decoración y ofrenda ritual para este día. Los jóvenes infantes, e incluso algunos adultos dejaban juguetes, frutas o agua para dar término a la ofrenda. Las velas se colocaban en forma de "camino", permitiéndole a los visitantes tomar todo lo que necesitacen después de un largo viaje...- Es muy hermoso... allá en Edo no se hace esto. Dicen que es un ritual maligno para obtener más poder y ayuda de los muertos para matar a tus enemigos - "Esos vatos están más que locos. Tan sólo es para que nuestros mijos del más allá vengan a visitarnos y recuerden cosas de cuando aún estaban vivos... A veces quisiera saber si en verdad nuestra madre vendrá a visitarnos... Meta no recuerda su rostro, tan sólo puede recordar con dificultad la voz que tenía... yo... tenía 4 años cuando ella murió... y él 3, es obvio que no la recuerda.." Pronunció melancólico. Anhelaba volver a verle, disfrutar de sus cálidos abrazos nuevamente, escuchar la voz tan sesga que poseía. Mínimas lágrimas comenzaron a caer desde sus ojos, indicando el dolor que sentía al recordarle...- Yo estoy seguro de que vendrá, Kirby. Mi madre también vendrá... mi padre no lo sé... es que... tenemos algo en común... tanto tu como yo nunca conocimos a nuestro padre... Pero sinceramente, no me importa, tan sólo quiero verla a ella. Tengo el presentimiento de que vendrá ¡Estoy más que seguro! ¡Así que no te desanimes! ¡Vamos a pedir dulces! ¿Qué te parece? -Intentaba alegrar a su contrario con aquellas palabras, las cuales, completaron a la perfección su cometido principal... alegarle. "S-Si... ¡Vamos!" Sonrió con felicidad... Recorrieron cada sendero de aquella zona, tocando puerta por puerta, esperando que alguien les otorgase dulces. Ya que su rostro no podía verse gracias a la pintura utilizada, fueron confundidos por jóvenes de al menos unos 15 años, por lo que, sin duda alguna, recibieron muchísimos dulces. Además, finalmente su estatura les ayudó bastante.
10:35 p.m...
-¡Na' manches! ¡Me dieron un chingomadral de dulces! ¡Wacha, Martín! ¡WACHA NO MAS QUE TESORO TENGO EN MIS MANOS!... y el cual obviamente me comeré -Pronunciaba con emoción, del mismo modo en que vaciaba los dulces sobre una mesa forjada con madera. Cada que un dulce caía, la mesa comenzaba a sonar fuertemente. "Sí... a mi me gustan los dulces...pero... la mayoría se los daré a mi caballero... quiero hacer la ofrenda junto a ustedes dos... eso me haría mucha ilusión"...Suspiró cuan joven enamorado... o quizá realmente lo estaba. La mesa yacía desbordando dulces desde sus límites, pues era una cantitad exagerada. Según sus cálculos, los dulces que ambos consiguieron llenarían al menos 25 bolsas enteras... Bastantes ¿cierto? -¡Ay, Martín!~ Parece que seducirás a mi hermanito con dulces, mta, a ese wey le encantan. Me acuerdo que la primera vez que probó un dulce de aquí ¡Le facinó! Pero era una nucita, así que mejor te voy dando todas mis nucitas ¡Así caerá rendidito a tus pies! ¡Créeme! -Aquellos vocablos originaron un enorme sonrojo sobre el rostro de Martín, quien estaba más que avergonzado. "¡N-No digas eso! Claro que me gusta pero... ¡AY, KIRBY! ¡Odio cuando empiezas a decir cosas de este tipo!" -Jejeje... perdón. Es que te ves super apachurrable de este modo ¡Pareces un peluche! Además, ya sabes que lo digo de broma... mejor ve a entregarle los dulces, ya van a ser las 11 y aún no hacemos la ofrenda, luego los alcanzo, déjame apartar algunos para mí y esconder los restantes como recursos en caso de que me de hambre y flojera a la vez -"Estás pero si bien loco ¿eh?... bueno... creo que te haré caso esta vez ¡Pero vienes rápido! ¿ok? Qué luego te terminas agarrando todas las llavecitas y los sugus (winis)" -Si, Si... ¡Oye, también me agarro las obleas!... esas madres saben tan rico- "Pues para que veas..." Declamó con sorna, intentando avergonzar a su amigo del mismo modo. Sin embargo, al joven héroe no le importaba en lo más mínimo comerse todos los dulces... después de todo, le encantaban. Martín tomó una bolsa y comenzó a contar uno por uno cada dulce. Deseaba al menos quedarse con 50, los cuales 30 le otorgaría a "su caballero". Cuando dio término a sus acciones, se dirigió a la sala, en la cual yacían todos sus compañeros y aliados. Cuidaban cada aspecto de la ofrenda, adornándola cuan tesoro sublime. Las velas iluminaban cada rincón de esta, reflejando su luz sobre cada vaso cristalino. Cada individuo colocaba una imagen, fuese un conocido o no, todos estaban dispuestos a auxiliarse. Por lo general, Meta Knight e Hideaki se encargaban de situar en su lugar correspondiente los objetos y elementos de mayor altura, "sobreexplotándoles" la mayoría de veces. Martín, se acercó cautelosamente al caballero, todo con el propósito de tan siquiera asustarle. Sin embargo fue incapaz de ejercer aquella acción, tanto por respeto como por miedo a recibir un golpe y forjar otra pelea entre su hermano mayor, Hikaru, y "su caballero".- Mi caballero... -Susurró lo más bajo que pudo. Lo último que deseaba era llamar la atención de sus contrarios restantes. "¿Qué sucede, Martín?" Preguntó al mismo tiempo en que colocaba una vela sobre la ofrenda.- Quería entregarte los dulces... -Prosiguió a entregarle la bolsa de dulces a su contrario. El mayor quedó impresionado ante tal cantidad que la bolsa poseía. "Martín, te pedí 30, no una bolsa llena que tiene como 100" El joven Uirusu no pudo evitar soltar una risilla ante tales palabras.- Verás... es que conseguimos muchos dulces, entonces como nos sobraron muchos pues... te dí esa cantidad. Además, según Kirby, a ti te gustan mucho las nucitas, entonces pues...eso -Meta Knight sonrió levemente. "Gracias, Martín, en serio.... ese pinche Kirby, ahorita me las va a pagar el cabrón" -Pues, que sepan que te gustan los dulces no es malo...- "Lo sé pero... me parece algo infantil" -Martín comenzó a reir levemente, causando que su contrario soltase una pequeña risilla, sorprendiéndole bastante, sin embargo, optó por ocultar aquella emoción.
Eran las pinches tres de la madrugada, hora donde se dice, las almas en pena rondan entre los pasillos, despertando a los individuos que habitan en cada habitación. La historia se ubica sobre el pasado 31 de octubre, rondando las 3:15 a.m. Todo comienza con nuestro querido protagonista, Mario Segaly, quien se habría despertado a causa de diversos ruidos extraños, creyendo que algún ladrón se habría infiltrado dentro del castillo con el propósito de robar artículos valiosos. Tomando en manos una barra metálica como única arma para defensa personal en caso de que su suposición fuese cierta, se dirigió con lentitud hacia la zona de donde, según sus sentidos, provenían aquellos ruidos. Bajó cada escalón, cruzó cada pasillo, sin embargo, cuando llegó a su destino... no encontró nada. Prendió las luces centrales, iluminando cada rincón oscuro sobre la sala... Y aun así, fue incapaz de observar alguna persona. Creyó que su mente le estaba jugando una broma gracias al cansancio y falta de sueño... no obstante, el estruendoso sonido cristalino, proveniente de la cocina volvió a encender todos sus sentidos. Corrió con extrema presteza hacia el lugar, tanta que tropezó gracias al suelo tan liso que caracterizaba la zona, cayendo fuertemente con dirección a este. Cuando fue capaz de ponerse en pie nuevamente, observó con inmenso pavor una figura blanquecina, la cual, se acercaba hacia él del mismo modo en que retrocedía para alejarse. Tomó fuertemente la barra que traía consigo, para acto seguido, proseguir a otorgarle un brutal golpe a su contrario, haciendo que este, cayese al suelo desmayado. Jadeaba con fuerza a causa del pavor, sin embargo, cuando percibió detenidamente un par de tenis rosáceos... fue consiente del gran error que había cometido.- ¡No mames! ¡Kirby! ¡A la madre! ¡KIRBY! ¡DESPIERTA!...-Enunció con preocupación.- ¡No jodas...! Lo maté, ¡Meta me va a partir la madre! ¡NOOO! ¡KIRBY! -Abrazó utilizando ambas manos el cuerpo del joven héroe, derramando algunas lágrimas sobre la colcha que yacía sobre él. "Oye... tranquilo viejo, estoy bien. La colcha era tan gruesa que amortiguó el putazo que me diste... fue geniaaal" Habló el joven de rosáceos cabellos, todo con el propósito de apaciguar al mayor. Este último gritó de alegría al saber que su querido amigo aún tenía vida a pesar del fuerte golpe que previamente le propinó.- Gracias a dios que estas vivo ¡Cabrón, qué putas haces a estas horas de la mañana despierto! ¡Y además haciendo tanto ruido! ¿Pues qué hacías? ¿Una fiesta con espíritus o qué? -"¡No, para nada! ¿Cómo voy a invocar espíritus y esas madres cuando ni un huevo me sé hacer? Es sólo que tenía un chingo de sed y me desperté. Bajé a la cocina por agua pa' tomar y en eso, pues gracias al tipo de suelo que le pusieron a la sala y cocina, pues... me di un madrazote en la geta con el sillón, y luego entré a la cocina y me volví a resbalar, pero como no quería darme otro putazo, me agarré del mueble y se cayó un vaso de vidrio, y estaba como de "¡Mierda!" y en eso pos no me pude servir mi agua y decidí regresar al cuarto, cuando en eso me encuentro contigo con una barra de metal. Estabas todo desparramado en el suelo y pues te quería ayudar, y en eso que me das el madrazo y me tiras al suelo -Pronuncia cuan narrador, contando desde su perspectiva personal cada circunstancia. El joven castaño quedó en shock ante esto. Sin embargo, para evitar un silencio incómodo imposible de romper con facilidad, optó por enunciar levemente.- Ah... ya... ¿Pero y la colcha?... ¿Por qué traías una colcha encima tuyo? - "¡Ah!, es que estaba en mi camita todo bien bonito y pues quería ir por agua y eso... y como me daba flojera quitarme la colcha, pues me la llevé encima. ¡Además! tenía frío ¡Pero un chingo! me sentía como en la Antártida o algo así... mis pies estaban todos fríos... ay...."-Bueno, eso explica muchas cosas...-Articuló en respuesta ante aquellos vocablos previamente enunciados.- Mejor vete a dormir, ambos necesitamos descansar -"¡Ay yo no!, chingaré a mi hermano un rato. Además, quiero que me pinté la cara como una calavera así bien chido" -¿Para qué? -Preguntó con inmensa curiosidad. "Pues para pedir calaverita ¡dah!" El castaño miró a "la colcha" algo hostigado, ya que su respuesta no había sido tan educada.- Pues ¿No crees que estás muy grande para eso? digo, tienes 26, ¡Eso déjaselo a los morros todos mecos que viven en el reino!... Bueno, de qué me quejo, el año pasado fuimos todos a pedir dulces, pero no nos dieron ni madres. Bueno... te dejaré pintarte sólo porque pareces un chamaco todo meco de al menos unos 14 o 15 años -El menor forjó un puchero sobre su rostro, manifestando su descontento, más sin embargo, Mario fue incapaz de notarlo gracias a la colcha que aún traía encima. "¿Acaso eres mi padre como para pedirte permiso?".-¡Soy mayor que tú, te gano como por 7 años! ¡Obvio debes pedirme permiso, chamaco! -"¡Soy un adulto!" -Eres un niño meco de 15 años... o al menos para mí -Rió con sorna ante su comentario, cosa que enfureció aún más a "la colcha"
7:50 a.m....
- Y dime... ¿Cuánto me pagarás por pintarte la cara? -Preguntó el joven caballero mientras dibujaba cuidadosamente una calavera sobre el rostro de su hermano mayor. "¡Nada! ¡Todavía que te voy a invitar los dulces!" Enunció con sencillez ante la pregunta anterior. El menor miró a su contrario con desprecio, esperando alguna negación a la respuesta y su típica risilla. Sin embargo, no obtuvo lo que tanto deseaba en aquellos momentos, hostigándole levemente. Suspiró con pesadez, evitando que su enfado se incrementase. Prosiguió a dibujar la imagen que poseía como referencia, cuidando cada aspecto de esta. "¿Sabes?... me encanta que mi hermano sepa dibujar tan bien... eso me ahorra mucho dinero en estas fechas... me pregunto... ¿Por qué no te metes a un concurso de dibujo? ¡Digo! Te haces famoso y ganas dinero. Además, a ti te sale todo bien chidoris, dibujar una calavera para estas fechas no se te haría difícil en ningún sentido..."- Fácil, dibujar es sólo un pasatiempo, además, no es como si me gustara tanto en realidad. No pienso dedicarme a esto toda mi vida, y tú lo sabes. No soy tan bueno como muchos artistas, así que tan sólo iría a esos concursos a hacer el ridículo... a lo mucho, obtendría el tercer lugar ¡Y eso si me esmero en el dibujo! lo cual, nunca hago por lo general -"No te esmeras ¡Pero te queda como si lo hicieras! ¡Imagínate como te quedaría si lo hicieras con ganas! ¡UFFF!" -¿Podrías callarte, por favor? La pintura se mueve y así no progresaré con tu "disfraz"....-Enunció suavemente, solicitando el silencio de su contrario, quien por primera vez en su vida, obedeció a la petición antes declamada. Pasaron los minutos, aquella larga espera era un infierno para el peli-rosáceo, anhelaba observar con ojos propios el resultado final... hasta que... el joven Knight dio término a su trabajo. "¿¡Y!? ¿Cómo me veo?" -Bueno... si te dijera que es la mejor obra que he realizado hasta ahora... ¿Cómo crees tú? -Sonrió satisfecho ante su obra artística. Todo su esfuerzo y dedicación habían servido... sin duda alguna. "¡Omaigudnes! ¡Me va a dar algo! ¡Ay...! ¡MARTÍN, TRAEME UNA COCA, POR FAVOR! ¡Me voy desmayar!"- Eres un exagerado.... no te vas a desmayar, sólo yo me desmayaría, pero como no me impresioné tanto como tú lo hiciste pues... ya sabrás....-De pronto, la puerta se abrió con ímpetu, haciéndola resonar entre todo el cuarto. La intensidad de aquel impacto fue tal, que ambos respingaron ante el ruido que forjó. "¡Kirby! ¿Estás bien?" Gritó exaltado, mientras sobre su mano derecha, tomaba firmemente un refresco bastante frío para su amigo.- Claro que está bien, Martín, sólo que es un pinche exagerado -Miró al mayor con seriedad, solicitando un disculpa, la cual se le fue otorgada casi instantáneamente. "¡Ah!, lo siento por lo de la puerta... yo me espanté mucho por los gritos de Kirby, en serio pensé que se estaba desmayando..." Colocó una mano por detrás de su nuca en señal de vergüenza. Su rostro comenzó a teñirse con un matiz rojizo, manifestando aquel sentimiento. "¡Oye, Martín! ¿Quieres ir a pedir calaverita conmigo?" Declamó más que ilusionado. Se imaginaba bajo un hermoso cielo nocturno en compañía de su amigo, tomando en manos una gran bolsa repleta por dulces de todo tipo. Era... como su fantasía ideal. Más sin embargo, vocablos derribaron su sueño ideal. "¿No crees que ya somos muy grandes para pedir calaverita? Digo... no es para hacerte sentir mal ¡Para nada! pero... eso hay que dejárselo a los niños pequeños ¿No crees?" Kirby descendió su mirada a causa de la tristeza, cosa que exaltó al joven Uirusu. "¡P-Pero yo nunca he ido a pedir calaverita! .... así que podría acompañarte y saber como se siente... esa ilusión de que te den dulces y después disfrutarlos... además, quiero conseguir algunos dulces para la ofrenda de hoy ¡Ya sabes! Quiero que mi madre venga al menos esta noche... me haría mucha ilusión volver a verle, escuchar su voz tan sesga... ay..." Suspiró melancólico, captando la completa atención del caballero. Rememoró con tristeza aquellos tiempos con su "entrenadora"... Garlude. Era como su segunda madre, pues se encargó de cuidarle cuando la desgarradora noticia sobre "Krystalim" llegó a sus oídos. Recordaba su belleza, los ojos que siempre le vigilaban cuan gato entre la oscuridad, todos los entrenamientos que le otorgó para su desarrollo como caballero... tenía tantas cosas que agradecerle...- Martín...-Habló abatido ante tales recuerdos.- ¿Podrías hacerme un favor?...-"¡Claro que sí, mi caballero! ¿Qué se te ofrece?" Contestó con dulzura.- Recolecta 30 dulces como máximo, necesito también hacerle un altar a esas personas que tanto extraño...-"Te refieres a nuestra madre y a "Mamá G" ¿verdad?" Declamó inocentemente, intentando adivinar los pensamientos de su hermano. Este sólo asintió utilizando la cabeza, sonriendo con levedad al unísono.
6:50 p.m...
-¡Martín! ¿Ya terminaste? Te estás tardando mucho ¿No crees? ya ni yo que según me tardé mucho en arreglarme y la chingada...-Declamaba hostigado ante la tardanza de su amigo, quien se encontraba arreglando sus vestuario para finalmente salir a pedir dulces entre cada casa cuan jóvenes infantes, repletos por pureza y apaciguo. "Voy, voy, necesito verme bien. La sangre falsa sabe horrible ¡Dijiste que no sabía tan feo y sabe como si fuera de verdad!" -Quizá sea porque realmente lo es -Habló con sorna, haciendo que Martín quedase en un shock gracias a sus palabras tan "sinceras"..."¿¡QUÉ?! ¿A QUIÉN MATASTE O QUÉ?" Fuera del baño, comenzaron a percibirse intensas risas por parte de Kirby, quien fue incapaz de contener su risa ante la inocencia del ángel.- ¡¿Cómo crees que va a ser de verdad?! ¡TE PASAS, MARTÍN! -La risa tan característica del joven pelirosáceo comenzaba a hostigarle. Sin embargo, su contrario tenía razón ¿Cómo fue capaz de creer que la sangre era verdadera? Sin duda, Kirby sería incapaz de asesinar a un individuo... Era un alma inocente y pura, desborda amor con tan sólo su mirada, tan sublime cuan estrella, decorando aquel manto estelar. El sonido de la puerta se hizo presente, indicando el salir del Uirusu. "¿Y? ¿Qué tal me veo?" Declamó con sutileza, requiriendo la opinión ajena sobre su vesturario. Kirby observaba cada aspecto de este.... debía admitir que aquel disfraz era un poco mejor que el suyo.- Te la rifaste, Fernando -Enunció impresionado y emocionado al unísono. Sus vocablos delataban esas sensaciones. "¿Fernando? ¿Quién es Fernando?" -¿Qué nunca has visto la película de Rio? Martín realizó una señal negativa con su cabeza como única respuesta. Las películas nunca fueron de su gusto o afición, por lo que prefería otorgar su tiempo a la realización de acitividades, antes que dejar pasar una hora entera viendo una película que, seguramente, al mes terminará olvidando hasta el nombre.-Bueno, en sí es la frase de un meme...-Sonrió.- Entonces... ¿Nos vamos? -"Claro, señor Catrín" -Pase usted, señor mordidas- "¡Oye! ¡No te pases de lanza! ¡Soy un vampiro, no Hideaki!" Exclamó fingiendo indignación ante los vocablos previamente dichos por su contrario. Acto seguido, decidieron retirarse del castillo entre varias risas.
7:15 p.m...
Finalmente habían llegado a la plaza central, su destino principal, zona en donde yace la ofrenda más grande de entre todas sobre el reino. Era tan brillante, sublime, hermosa... seguramente todos los visitantes del más allá realizaban una fiesta al rededor de ella. Estaba repleta por diversos panes dulces, sin embargo, el de mayor presencia era, por obvias razones, el pan de muerto. Las esquinas eran decoradas utilizando la tan famosisíma flor "Cempasúchil" símbolo inconfundible dentro de aquella hermosa tradición. Se utiliza como decoración y ofrenda ritual para este día. Los jóvenes infantes, e incluso algunos adultos dejaban juguetes, frutas o agua para dar término a la ofrenda. Las velas se colocaban en forma de "camino", permitiéndole a los visitantes tomar todo lo que necesitacen después de un largo viaje...- Es muy hermoso... allá en Edo no se hace esto. Dicen que es un ritual maligno para obtener más poder y ayuda de los muertos para matar a tus enemigos - "Esos vatos están más que locos. Tan sólo es para que nuestros mijos del más allá vengan a visitarnos y recuerden cosas de cuando aún estaban vivos... A veces quisiera saber si en verdad nuestra madre vendrá a visitarnos... Meta no recuerda su rostro, tan sólo puede recordar con dificultad la voz que tenía... yo... tenía 4 años cuando ella murió... y él 3, es obvio que no la recuerda.." Pronunció melancólico. Anhelaba volver a verle, disfrutar de sus cálidos abrazos nuevamente, escuchar la voz tan sesga que poseía. Mínimas lágrimas comenzaron a caer desde sus ojos, indicando el dolor que sentía al recordarle...- Yo estoy seguro de que vendrá, Kirby. Mi madre también vendrá... mi padre no lo sé... es que... tenemos algo en común... tanto tu como yo nunca conocimos a nuestro padre... Pero sinceramente, no me importa, tan sólo quiero verla a ella. Tengo el presentimiento de que vendrá ¡Estoy más que seguro! ¡Así que no te desanimes! ¡Vamos a pedir dulces! ¿Qué te parece? -Intentaba alegrar a su contrario con aquellas palabras, las cuales, completaron a la perfección su cometido principal... alegarle. "S-Si... ¡Vamos!" Sonrió con felicidad... Recorrieron cada sendero de aquella zona, tocando puerta por puerta, esperando que alguien les otorgase dulces. Ya que su rostro no podía verse gracias a la pintura utilizada, fueron confundidos por jóvenes de al menos unos 15 años, por lo que, sin duda alguna, recibieron muchísimos dulces. Además, finalmente su estatura les ayudó bastante.
10:35 p.m...
-¡Na' manches! ¡Me dieron un chingomadral de dulces! ¡Wacha, Martín! ¡WACHA NO MAS QUE TESORO TENGO EN MIS MANOS!... y el cual obviamente me comeré -Pronunciaba con emoción, del mismo modo en que vaciaba los dulces sobre una mesa forjada con madera. Cada que un dulce caía, la mesa comenzaba a sonar fuertemente. "Sí... a mi me gustan los dulces...pero... la mayoría se los daré a mi caballero... quiero hacer la ofrenda junto a ustedes dos... eso me haría mucha ilusión"...Suspiró cuan joven enamorado... o quizá realmente lo estaba. La mesa yacía desbordando dulces desde sus límites, pues era una cantitad exagerada. Según sus cálculos, los dulces que ambos consiguieron llenarían al menos 25 bolsas enteras... Bastantes ¿cierto? -¡Ay, Martín!~ Parece que seducirás a mi hermanito con dulces, mta, a ese wey le encantan. Me acuerdo que la primera vez que probó un dulce de aquí ¡Le facinó! Pero era una nucita, así que mejor te voy dando todas mis nucitas ¡Así caerá rendidito a tus pies! ¡Créeme! -Aquellos vocablos originaron un enorme sonrojo sobre el rostro de Martín, quien estaba más que avergonzado. "¡N-No digas eso! Claro que me gusta pero... ¡AY, KIRBY! ¡Odio cuando empiezas a decir cosas de este tipo!" -Jejeje... perdón. Es que te ves super apachurrable de este modo ¡Pareces un peluche! Además, ya sabes que lo digo de broma... mejor ve a entregarle los dulces, ya van a ser las 11 y aún no hacemos la ofrenda, luego los alcanzo, déjame apartar algunos para mí y esconder los restantes como recursos en caso de que me de hambre y flojera a la vez -"Estás pero si bien loco ¿eh?... bueno... creo que te haré caso esta vez ¡Pero vienes rápido! ¿ok? Qué luego te terminas agarrando todas las llavecitas y los sugus (winis)" -Si, Si... ¡Oye, también me agarro las obleas!... esas madres saben tan rico- "Pues para que veas..." Declamó con sorna, intentando avergonzar a su amigo del mismo modo. Sin embargo, al joven héroe no le importaba en lo más mínimo comerse todos los dulces... después de todo, le encantaban. Martín tomó una bolsa y comenzó a contar uno por uno cada dulce. Deseaba al menos quedarse con 50, los cuales 30 le otorgaría a "su caballero". Cuando dio término a sus acciones, se dirigió a la sala, en la cual yacían todos sus compañeros y aliados. Cuidaban cada aspecto de la ofrenda, adornándola cuan tesoro sublime. Las velas iluminaban cada rincón de esta, reflejando su luz sobre cada vaso cristalino. Cada individuo colocaba una imagen, fuese un conocido o no, todos estaban dispuestos a auxiliarse. Por lo general, Meta Knight e Hideaki se encargaban de situar en su lugar correspondiente los objetos y elementos de mayor altura, "sobreexplotándoles" la mayoría de veces. Martín, se acercó cautelosamente al caballero, todo con el propósito de tan siquiera asustarle. Sin embargo fue incapaz de ejercer aquella acción, tanto por respeto como por miedo a recibir un golpe y forjar otra pelea entre su hermano mayor, Hikaru, y "su caballero".- Mi caballero... -Susurró lo más bajo que pudo. Lo último que deseaba era llamar la atención de sus contrarios restantes. "¿Qué sucede, Martín?" Preguntó al mismo tiempo en que colocaba una vela sobre la ofrenda.- Quería entregarte los dulces... -Prosiguió a entregarle la bolsa de dulces a su contrario. El mayor quedó impresionado ante tal cantidad que la bolsa poseía. "Martín, te pedí 30, no una bolsa llena que tiene como 100" El joven Uirusu no pudo evitar soltar una risilla ante tales palabras.- Verás... es que conseguimos muchos dulces, entonces como nos sobraron muchos pues... te dí esa cantidad. Además, según Kirby, a ti te gustan mucho las nucitas, entonces pues...eso -Meta Knight sonrió levemente. "Gracias, Martín, en serio.... ese pinche Kirby, ahorita me las va a pagar el cabrón" -Pues, que sepan que te gustan los dulces no es malo...- "Lo sé pero... me parece algo infantil" -Martín comenzó a reir levemente, causando que su contrario soltase una pequeña risilla, sorprendiéndole bastante, sin embargo, optó por ocultar aquella emoción.
"No es más grande aquel que más espacio ocupa, si no aquel que más vacío deja en su ausencia"